ACTION TALES:Lobezno#1

 PROLOGO

            Cuando la mujer pisó la nieve del bosque, sintió un escalofrío reconfortante que otras personas no habrían podido conseguir. Para ella, la naturaleza, en su multitud de formas, era una bendición; ya fuese  el sofocante calor de la sabana africana, o la fría nieve canadiense de su nuevo hogar.

            Caminó durante unos cuantos metros hasta que alcanzó una agrupación de árboles cuya visión disfrutó en el siguiente rato. Acarició sus ramas, sus hojas, gozando de la fuerte corteza cuyo tacto hacía brotar en su mente recuerdos de su tierra. Allí todo aquello era diferente, pero al mismo tiempo igual. La madre tierra en su plenitud, pero surgiendo por el otro lado de la moneda.

            Ororo Munroe, también conocida por su nombre código de Tormenta, creó con sus poderes mutantes un pequeño huracán controlado en el cual se introdujo. Echó a volar en un solo segundo, elevándose en el cielo nocturno, su silueta recortada sobre la luna llena que iluminaba los bosques canadienses.

             Mientras las corrientes de aire la empujaban con cariño, pensó que se alegraba de haber aceptado la oferta de Logan(1) para mudarse temporalmente a la mansión Alpha. Formar parte del equipo fue un regalo inesperado que aceptó con mucho gusto.

            Había pasado mucho tiempo con la Patrulla-X. Demasiado, viéndolo con perspectiva. Desde que Xavier la reclutó junto con Lobezno, Coloso, y Rondador Nocturno, Banshee y Ave de Trueno había sido muchas cosas; desde líder de los Morlocks, hasta líder de la propia Patrulla-X, pasando por mujer-x, amiga, compañera, hermana, amante, pero, ¿desde cuándo no era ella misma? Tormenta, Ororo Munroe, diosa de los vientos y las tempestades. Deidad humana africana.

            Luchar contra terroristas mutantes, combatir contra robots gigantes cazadores de gente como ella, pelear contra supervillanos, evitar que criminales con poderes atraquen bancos, sobrevivir a las absurdas venganzas de asesinos superpoderosos, ¿cuándo había sido la última vez que tuvo un momento de felicidad sin que nadie intentara matarla?

            Echaba de menos las tardes de risas con Kitty, las charlas con Logan, los momentos de camaradería con Peter (que jamás podría recuperar, salvo que la muerte lo alejase de su lado en el momento más inesperado), la ternura de Rondado Nocturno, su hermano, en los momentos más bajos de su existencia. No eran los únicos; todos los hombres y mujeres-x formaban una gran familia, que estaban allí en los peores y mejores momentos.

            Pero últimamente sólo había malos momentos, necesitaba alejarse, correr de todo, no huir, no, ya que ella nunca huía, sino volver a encontrarse, disfrutar de su vida entre lucha y lucha. No sabía si lo conseguiría con Alpha Flight, pero debía intentarlo; por el momento todo iba mejor que bien. Todo era perfecto; naturaleza, tiempo para sí misma, y una nueva familia a la que conocer casi desde cero.

            Todos eran un encanto. Especialmente Puck y Heather. Quizás la que menos abría la boca era Marrina o, bueno, la nueva Marrina(2). Al principio le extrañó la relación que ésta mantenía con Logan, pero tras pensarlo mejor vio claro qué era lo que estaba pasando.

            Logan, duro como una piedra, y no sólo por sus huesos de adamantium, capaz de convertirse en el mejor mentor del mundo cuando una joven perdida se le acercaba. Pícara, Kitty Pryde, Jubilo… Si se conocía al mutante canadiense se descubría que no había ningún misterio, ni intención oculta en su relación con la chica, y menos sabiendo su origen, creada en un laboratorio, como si fuese un vulgar experimento.

            ¿Cómo no iba a sentir Logan empatía con ella?

            La noche se le pegó a la piel. Soltó una silenciosa carcajada acompañada de una sonrisa que hacía mucho tiempo no esgrimían sus labios perfectos. Era libre en la amplitud de Canadá; al fin era libre, y volvía  a ser ella misma. Tormenta, Ororo, diosa de los vientos y le tempestad. Una autentica deidad para muchos en África.