-Increíble-. Soltó sin disimular su sorpresa.
-¿Nos vamos?-. Preguntó César que ya se había montado a la motocicleta.
-Sí, voy detrás de ti-. Aseguró Samuel mientras Christina se subía a la parte trasera de su vehículo.
En cuanto César arrancó, la cúpula de cristal se cerró, impidiendo que la Capitana pudiese ver el interior; una vez que Samuel se asegurara que Christina estuviera bien posicionada arrancó y ocurrió lo mismo: la cúpula se cerró, aunque no solo sucedió eso... en la parte frontal de la cúpula, donde estaba Samuel apareció un mapa digital en el que se podían ver varios caminos marcados con líneas de diferentes colores. Cris pudo notar que había letras y lugares marcados con círculos. El mapa mostró entonces una línea roja y un punto del mismo color detrás, conforme avanzaban el punto se movía y fue cuando la Capitana entendió. La línea era la ruta y el punto eran ellos. Era un GPS que se mostraba en la parte interna del cristal. ¿Quién lo diría?
Samuel aceleró y la motocicleta duplicó su velocidad. Luego movió algo en la semiesfera y el mapa se hizo pequeño, se relocalizó en la parte superior izquierda, dejando ver otras ventanas, una de éstas parecía ser el video de algunas cámaras colocadas en la motocicleta, lo más seguro era que fuese una cámara delantera y una trasera. La siguiente ventana tenía una lista de al menos 20 cosas que Christina no alcanzó a ver. Todo el conjunto de ventanas se hizo más chico y se colocaron una sobre otra, como si de carpetas se tratara. Entonces Samuel movió la semiesfera nuevamente y las ventanas se fueron deslizando a la izquierda de la cúpula.
El soldado seleccionó la ventana que estaba buscando y la hizo grande. Parecía ser...
El cielo se nubló en menos de cinco minutos, el viento comenzó a soplar fuerte y el sol había desaparecido por completo. La humedad en el ambiente les advirtió que otra tormenta se avecinaba. Era cuestión de minutos. Con las tormentas nada era seguro, solo el hecho de que llegaban sin dar aviso.
Matías estaba despierto, consiente y se veía mucho mejor que cuando el cansancio le ganó, obligándolo a dormir. Tenía mucha energía, después de que el resto le contara lo que sucedía y que el clima empeorara, no esperó en despertar a Karen; primero movió su hombro derecho, desenado que fuera suficiente para sacarla de sus sueños. Al darse cuenta que no funcionaba comenzó a mover sus dos hombros y hasta intentó darle pequeños golpes en las mejillas. Todo ello en vano: el sueño de Karen era profundo.
Al final, y sin encontrar otro remedio, recurrió a las botellas de agua, solo bastó derramar un chorro en su rostro y la chica abrió los ojos al instante.
Karen siendo tan comprensiva, no se quejó en ningún momento. Entendía a la perfección la situación y hubiera deseado que sus amigos se hubiesen ido cuando ella se los pidió. Habrían abarcado más área y posiblemente ya estarían en el punto de encuentro.
No se lamento por ello, porque sabía que no valía la pena pensar en un "hubiera". Lo que la abrumaba ahora era la inminente llegada de la tormenta.
-Vamos a seguir, si es posible hay que trotar. Perdimos mucho tiempo gracias a que decidieron quedarse con nosotros, cosa que discutiré después. La tormenta está cerca. Hay que cubrir el mayor terreno posible antes de que comiencen a caer las primeras gotas porque después de eso todo se volverá más complicado. Por los animales no hay que preocuparnos mucho, buscarán refugio. Pero si ven algo quiero que lo griten de inmediato. Si alguien cae, por el hecho que sea, regresamos. No dejamos a nadie atrás ¿Entienden?
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Si tú vas, yo también
AdventureLa Zona. Más de 90 kilómetros a la redonda de lo que fue el estallido del rector. Isaac, un SOBREVIVIENTE, creía que estaban solos, él y su pequeña hermana, pero se equivocó. Su objetivo estaba claro al inicio: buscaba algo, algo que le había si...