(Narrado por John Laurens)
...
Os vengo a relatar el día en que mi vida cambió para siempre, como poco a poco un hombre que antes sólo existía en mis sueños apareció en carne y hueso, vino de repente, no como un trago amargo de licor, algo muy fuerte, algo inexplicable o hasta casi paranormal...
Bajé del autobús y caminé hacia las rejas plateadas de la escuela, era una mañana de verano, cálida y empalagosa, flores regadas por los suelos y los pájaros cantando a mi alrededor. Llevaba el cabello rizado y largo recogido, el cual rozaba mi mochila con cada paso que daba. El edificio se hacía más grande y sorprendente en cada paso, y mis ganas por ver a mis amigos aumentaban.
Me detuve antes de entrar por las puertas principales, un grupo de adolescentes femeninas se sonrojaron al verme y cuchichearon entre sí, al ver que empujaban a una de lentes hacia mí tuve una idea de lo que estaba pasando.
La pobre chica tropezó (o la hicieron tropezar) conmigo, levantó la mirada, tenía el cabello corto, lacio y oscuro.
–Oh, pe, perdón John, y hola–. Dijo ajustándose los lentes.
–Hola–. Respondí con una sonrisa forzada.
–Este, te conozco desde el año pasado, pero nunca me atreví a hablarte...–. Ella giró a mirar a sus amigas, una de ellas le levantó el pulgar.
Suspiró y me miró a los ojos.
–John, ¿Quieres...salir?–. Dijo con timidez.
–...Lo siento, pero, ahora no–. Respondí. Agité mi mano y seguí caminando hacia la escuela. Una de las amigas se me puso al frente, tenía una actitud desafiante, con los puños en las caderas y una mueca de disgusto.
–¡Al menos dale una oportunidad!–.
–Dije que no, gracias–. La rodee y me metí las manos a los bolsillos.
–Demonios, ¿Por qué los más guapos tienen que ser gays?–. Dijo con la intención de que yo escuchara.
–Tsk, ¡Marica!–. Dijo la otra.
–¡¿A quién llaman marica?!–. Un chico rudo con una banda en la frente apareció de la nada.
Llegó corriendo hacia mí, lo reconocí y me alegré mucho de verlo, moreno, terriblemente alto y con el cabello oscuro, con todo el porte de un hombre preparado para la guerra. Ahuyentó a las jóvenes y me acompañó en mi paseo por la escuela.
–Mulligan, no tenías que hacer eso–. Rodeamos los árboles y caminamos sobre un sendero de piedra.
Mi amigo me sonrió y me dio una palmada en la espalda. –No dejes que te digan marica, a pesar de que a veces pienso que eso es cierto–.
–¿Qué?–. Levanté una ceja.
–Es la verdad, nunca les haces caso–. Dijo subiendo sus hombros.
Caminamos alrededor de la fuente del patio de la escuela y escuché como alguien gritó mi nombre.
–¡John Laurens!–.
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En otra vida
FanfictionLaurens logra volver a nacer, ahora con otra oportunidad de conseguir a la persona que ama: Alexander, el chico nuevo del instituto. ~ "Derramé una lágrima" "Nunca creí que liberar a un país entero fuera más fácil que tenerte" "Alexander, estaremos...