Único Capitulo

11 0 0
                                    

Mis azules ojos miraban atentamente como los copos de nieve se deslizaban gentilmente por las ventanas cerradas con seguro, para así evitar los robos me había dicho él hace ya mucho tiempo atrás, mis pensamientos solamente eran de él y de nadie más solo podía recordar como desde muy jóvenes el siempre estuvo a mi lado en todo momento, en todas partes, en donde yo caminaba el estaba, también recordé nuestro primer encuentro fue un día soleado y muy importante para mí ya que por primera vez iba a poder mostrar mi pasión y mis sentimientos en todas las pinturas hechas por mí que me habían tomado meses en hacerla pero todo por cumplir mis sueños de ser una gran artista conocida por la expresión tan única pero pasional de mi arte. Muchas personas me habían dicho que era un sueño para morir de hambre y que nunca lo lograría con la capacidad tan nula que tengo pero a mí nunca me importo sus comentarios porque a diferencia de ellos yo si tenía sueño que luego fue tomado por vos, bajo mi mirada estabas admirando mi creación tus lagrimas se derramaban pero sin dejar caer tu sonrisa tan gentil y dulce notaba como mi arte te había conmovido y sentí como tú me conmoviste que al encontrarse nuestras miradas un escalofrió en mi espalda y un cosquilleo en mi estomago se formo dentro de mi cuerpo, mi temperatura subió a mis mejillas al ver tu acercamiento ese fue el comienzo de una inusual relación. Una sonrisa salió de mis labios al recordarlo pensando lo boba que fui, retomando nuevamente los recuerdos de mi pasado donde solíamos caminar agarrados de las manos a todas nuestras citas usualmente en un restaurante después de salir de la secundaria para seguirlo con un paseo por el barrio y hablar de infinidades de cosas bueno más bien yo solo hablaba y tu escuchabas hasta que un día en una mañana de otoño cuando yo volvía de la escuela en mi tercer año de secundaria ya conocida mas como una artista y también como tu novia te encontré dentro de mi casa limpiándote las manos manchadas con pintura al verme entrar una sonrisa me regalaste y me dijiste con una voz calmada: "ve hacia tu cuarto de pinturas te he dejado una sorpresa", yo emocionada te obedecí, corrí hacia los escalones con tanto esmero que me quedaba sin aire al abrí la puerta blanca de la habitación note como en la pared naranja estaba escrito claramente y con tu letra la pregunta que junto a su lado una gran sorpresa que cambiaria mi vida para siempre. Simplemente al recordar ese día no puedo evitar querer llorar de alegría, dirían ustedes, pero la vida no siempre es tan dulce, no siempre es tan amable, sobre mi pared naranja está escrito "quieres casarte conmigo" y al lado de esas palabras estaban mis padres sentados juntos con una manta blanca tapándole hasta cuello, parecían dormidos así que me acerque lentamente para despertarlos y agradecerles por su bendición ya que ellos nunca me habían apoyado con mi relación y siempre me decían que era muy chica o que él no era un buen hombre, si mis ojos no hubieran sido cegados al igual que mis oídos no hubieran sido tapados ¿ Qué habría pasado? ¿Hubieras llegado a esto? La vida siempre te guarda sorpresas y una de ellas fue esta, al tocar el hombro de mi padre pude ver como su cuerpo se movía perdiendo equilibrio y cayendo hacia el piso revelando que debajo de esa manta blanca y fina, sobre tu piel y traspasando las telas de tus ropas un cuchillo se encontraba hundiéndose en tu estomago provocando así el descubrimiento de esa misma pintura roja y en el fino cuello de mi madre marcas moradas y rojizas la rodeaban y en su rostro mostraba sutiles signos de dolor. Mi rostro se desfiguro al ver tal atrocidad y al darme vuelta estabas recostado sobre el marco de la puerta con un cuchillo que derramaba sangre y con una sonrisa macabra, mi cuerpo perdía estabilidad provocando que de rodillas cayera, al tiemble de mi voz pronuncie su nombre.

-Javier ¿Por qué?-

-Porque así nadie más volverá a alejarte de mí, ya no tienes escapatoria-

Ese día me convertí en tu esposa por miedo a la muerte también en tu cómplice del asesinato de mis padres al igual que el de su entierro perdiendo así algo muy importante, mi libertad y derecho como mujer.

DespiertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora