-Recuerdo perfectamente ese día. El día que pensé que estaba entre la vida y la muerte... Fue un día que empezó como otros, pero, no era normal, no era real... Eso fue lo que pensé hasta que...-
Un día como otro, Liam se preparó para ir al instituto como todos los martes; el camino era rocoso ya que tenía que ir al pueblo vecino que estaba a media hora. Pero ese martes no llegó como planeó...
Liam comenzó a seguir el mismo camino de siempre, pero esta vez se dio cuenta de que había algo más adelante, algo que nunca había visto: una llama de fuego que era de color rojo rubí, una llama que le atraía sin saber por qué, pero se le hacía familiar. Liam se le acercó, pero la llama parecía que no era de este mundo ya que cada vez que se acercaba más a ella, detrás de esta comenzó a aparecer un espíritu que susurraba: "Acércate no te voy a hacer daño, solo quiero ser tu amigo" con una voz dulce como de mujer, pero a la vez con un tono que le paralizaba todo el cuerpo de una forma que llegaba a doler como, si le clavaran puñales por todo el cuerpo. Liam no se podía mover, pero la llama con ese ser misterioso sí que lo hacían y se dirigían a él volviendo a susurrar la misma frase con una voz de un hombre como si fuera un psicópata a punto de disfrutar de una víctima más, en sus matanzas.
El fantasma se le acercó a la oreja y le dijo:
-Me conoces muy bien pero no lo quieres creer. Si yo fuera tú me hubiera arrepentido de todo el mismo día que lo hice. –
Liam se quedó perplejito a lo que dijo ese ser sin saber que responder. Después de eso el espectro desapareció sin dejar rastro... solo dejó caer una especie de daga con la hoja dorada y una nota en el puñal:
"Solo he venido a avisarte no para hacerte daño (no me conoces y no has hecho nada malo, aunque, me lo he pasado bien asustándote). Esta daga te protegerá de las maldiciones de mis hermanos y, hermanas. No sé por qué nos atraes tanto, pero tienes algo que los humanos normales no tienes.
PD: Yo de ti dormiría con un ojo abierto."
Al terminar de leer la carta apareció una luz que transportó a Liam a un barrio que estaba al lado de su instituto y él fue corriendo para contarle todo a su mejor amigo, pero, no leyó las palabras que había en la hoja de la daga dorada...
Cuando llegó se encontró a su amigo en la puerta:
-Liam llegas tarde, ¿Qué te ha pasado? -
-Creerás que estoy loco si te lo cuento, John-
-Venga cuenta, no me voy a burlar de ti-
Liam le cuenta sobre el fantasma, la carta y todo lo relacionado con ello.
-Tampoco es para tanto tío. Seguro que ha sido una broma, no te preocupes-
Le dijo John con la mano en el hombro como para darle ánimos.
-Intentare creerme tu "hipótesis", pero yo sé lo que he visto con mis propios ojos.-
En ese momento sonó la campana del comienzo de clases y ellos entraron.
Al terminar las clases los dos se despidieron para volver a sus casas, pero cuando Liam llevaba 15 minutos caminando apareció un cuervo con una nota:
"Querido humano:
Te hemos escondido un tesoro a dos metros a tu izquierda. Para que lo puedas desenterrar, te dejamos una pala y pañuelos por, si te pones a llorar.
Atentamente alguien. "
Liam caminó hasta el punto que estaba en la nota y como ponía en esta, había una pala y unos pañuelos. El chico empezó a cavar hasta que noto que topó con algo. Al desenterrar la cosa, comenzaron a brotar lágrimas en sus ojos hasta que pronunció unas palabras que parecían tan frías que congelaron el tiempo:
-John, te prometo que me vengaré, cueste lo que cueste. -
Al terminar de hablar se hizo un silencio sepulcral que, fue interrumpido por el sonido de unos pasos con cadenas y una voz que Liam ya conocía perfectamente, era el fantasma:
-Pobrecito, ¿qué le habrá pasado? -
Se acercó al cadáver inerte cubierto de tierra.
-Ya sé lo que ha pasado. ¿Liam, le contastes que me viste? -
El chico no contesto hablando, sino, con la cabeza
-Liam lee la hoja de la daga-
Liam leyó la hoja y apretó el mango con todas sus fuerzas. En la hoja había una escritura:
"Si cuentas lo sucedido, la persona inocente morirá y tú, serás el culpable"
-Es mi culpa... -
-Chico no te escucho, habla más fuerte. -
- ¡QUE ES MI CULPA!, es mi culpa que John esté muerto. No se lo tuve que decir...-
-Liam hay una forma para que tú amigo vuelva, pero, solo los que son medio espíritus lo pueden hacer. Esos híbridos nos pueden ver, como tú y, también reconocen nuestras llamas por eso te parecía familiar, porque es tu propia llama y yo soy tu parte fantasmal. Lo que tienes que hacer es acercarte a él, clavarle la daga en el corazón y decir un encantamiento, pero cuidado, si lo haces mal moriremos los tres. –
- ¿Pasará algo contigo? -
-Desapareceré, pero no pasa nada. Cuando mueras nos reencontraremos y podremos ser amigos. El conjuro es el siguiente.-
Liam hizo todo y pronuncio el conjuro. Como dijo el fantasma John se levantó y desapareció.
- ¿Qué le ha pasado a John? -
-Ha sido transportado al día de ayer-
El fantasma comenzó a volverse invisible
-Espíritu...-
- ¿Si Liam? -
- ¿Cómo te llamas? -
El fantasma le susurro un nombre en al lado de la oreja de Liam y después de eso se convirtió en cenizas. Liam noto como vagaba una lágrima por su mejilla y comenzó a dormirse. Al despertarse Liam vio que estaba en su habitación y que era el día de ayer. Su oreja aun sentía el sonido del nombre de su amigo.
71 años después, Liam, estaba en una camilla de hospital a punto de perecer, pero antes susurro:
-Recuerdo perfectamente ese día. El día que pensé que estaba entre la vida y la muerte... Fue un día que empezó como otros, pero, no era normal, no era real... Eso fue lo que pensé hasta que... me desperté de una pesadilla, ¿o fue real? Da igual, hoy podré reencontrarme con mi amigo Jean, Jean el fantasma –
Finalmente cerró los ojos y no los volvió ha abrir...
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La maldición de la daga dorada
HorrorEs una historia corta con faltas (supongo) y que es de terror y misterio, espero que os gusto!! Esta es la historia de un niño llamado Liam, de 17 años de edad y que vivía en un pueblo en la montaña. Una historia solo para los más osados y no para...