Capitulo 19

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"A la luz de la luna"

El resto del viaje hasta Nueva York fue extremadamente tranquilo, Dagmar les había sugerido seguir manejando hasta llegar finalmente a la ciudad que nunca duerme. Todos estuvieron de acuerdo, pues solo eran tres horas más de lo que habían hecho esos días.

Entrando a la ciudad escucharon a su necesidad de detenerse por comida, cargar gasolina y más importante estirar las piernas. Esta vez los californianos decidieron ceder el lugar de guías a los semidioses, lo cual los llevo a estar en la fila de auto-servicio de Mc Donalds.

— ¡¿Y ahora a dónde?! — gritó Sean desde el jeep.

—¡Aún falta para llegar a Long Island!— respondió en un grito Percy, desde el otro auto. 

— ¡¿Se puede llegar en coche a ese lugar del que hablaron?!— cuestionó después de unos segundos, al intercambiar palabras con Rylee.

— ¡No! ¡Se llega a través del bosque! 

Los que iban abordo de la todo terreno hablaron entre ellos rápidamente y con algo de duda en su voz el moreno dijo:

— ¡Tenemos un lugar donde pasar la noche! ¡Serviría que dejamos los auto ahí y queda a menos de una hora de Long Island, podemos llegar caminando mañana a primera hora! 

Los semidioses se miraron entre ellos, sopesando sus opciones.

— ¿Creen qué sea buena idea?— inquirió Clarisse.

— Podríamos intentar llegar hasta allá de una vez.— opinó el ojiverde.— Pero ya es muy tarde y no sería muy seguro.

— Eso sin contar que algunos están cansados y se volvería difícil.— añadió Jason.

— ¡Que bien, la deuda con la princesita solo crece!— exclamó irónica la hija de Ares.

— ¡¿Dónde queda ese lugar?!— preguntó el hijo de Poseidon, ignorando a la castaña. 

— ¡Es una villa, ubicada en el condado de Suffolk llamada Babilonia! 

— ¡De acuerdo, nosotros los seguimos!

Pensándolo bien, los semidioses no habían tenido tiempo de explorar bien las afueras del campamento, ni ganas tenían de hacerlo, aunque fueran lugareños, ninguno había visto de cerca esa parte de la isla. Las casas eran grandes o enormes a medida que se adentraban, con grandes árboles y áreas verdes que marcaban el limite entre una y otra. 

Claro que con el clima, todo estaba cubierto de nieve, haciendo lucir aquello como casas de galleta glaseadas. 

Girando en la penúltima intersección de la calle, se toparon con una casa de gran tamaño de color beige y adornada con piedras de diferentes tamaños de una gama de colores cafés y negros, un techo de un color oscuro, pues era difícil decir con tanta nieve, luciendo como la casa de una bruja del cuento de Hansel y Gretel, pero más elegante y moderna. 

— Comienzo a creer que alguno de ellos de verdad tiene un pacto con el diablo.— exclamó por lo bajo el azabache mas grande.

La bailarina detuvo abruptamente el vehículo, ocasionando que Jason esquivara este y se detuviera a su lado. Era algo complicado saber que sucedía dentro del jeep, pero claramente noto la expresión del moreno, algo entre alerta y preocupado, mirando únicamente a su izquierda donde se encontraba la ojiambar. 

Behind The Armor (Nico Di Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora