XIII

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Los días habían pasado y Theo había perdido la noción de ellos ¿cuánto tiempo había durado en aquel sitio? Comenzó a notar que le volvía a crecer la barba, necesitaba asearse, con suerte le habían llevado sus alimentos o sino ya hubiera muerto de hambre hace varios días ¿qué estaba pasando? El rubio tenía muchas preguntas y nadie se atrevía a responderlas, sus días eran silencios absolutos. Había tenido pesadillas continuamente y decidió dejar de dormir para que estas no le afectaran psicológicamente. Estaba casi seguro que empezaba a perder la cordura.

La puerta del confinamiento solitario se abrió y la luz cegó un poco sus ojos por lo cual se cubrió estos un poco con las manos soltando un rugido, había pasado tanto tiempo sin hablar con nadie que hasta empezaba a creer que no sabía lo que era hablar ahora.

─Vaya, si que pareces un costal de pura mierda, chico ─dijo una voz nada conocida para él. Lo levanto del suelo y esposó sus manos mirando al hombre.

Lucía bastante mayor como de unos treinta y tantos, incluso era algo apuesto. Su cabello era negro y en estos se formaban una especie de ondas, producto del gel para el cabello. Para Theo era la primera vez que veía aquel hombre.

─ ¿Qu...quién eres? ─preguntó algo confuso notando entonces los ojos azules del contrario contra los suyos.

─Oficial Clark, ven te llevare a asearte y después a tu nueva celda.

─ ¿Nueva? ¿Qué paso con la anterior? ─cuestionó confuso.

─Ya la ocupan, chico. Pero tranquilo, ya tus cosas están en la nueva ─le dijo como quien no quiere la cosa y después arrastro a Theo fuera de la habitación oscura, en mucho tiempo se alegraba de dejar aquel lugar.

(...)

El haberse duchado había reconfortado su cuerpo, extrañaba el sentir el agua limpiarlo. Se sentía completamente mugroso, como si el sudor y la mugre se hubiesen pegado a su piel, incluso se alegró que el oficial Clark le diera su espacio en el baño y que estuviera completamente solo. Al terminar de ducharse tomo una rasuradora y se pregunto si aquel hombre había sido considerado con él y pensó en todo, no le dio mucha importancia y optó por remover la barba de su rostro.

Tras haber terminado tocó tres veces la puerta del baño indicando que ya había terminado y esta se abrió. Clark había esposado de nueva cuenta las manos de Theo y el rubio suspiró con algo de fastidio ¿algún día terminaría todo aquello? Caminaron por un nuevo pasillo el cual nunca antes había visto el muchacho y entonces al llegar a la celda fue liberado de las esposas y empujado al interior de lo que era su nuevo "hogar". Simplemente él no sabía que estaba ocurriendo ¿dónde estaba Stiles? ¿Por qué lo estaban alejando ahora del Vacío? Había tantas preguntas rodeando su cabeza y ninguna respuesta.

─Supongo que tú eres mi compañero ─respondió una voz joven a lo cual Theo levanto la mirada, era un chico de cabello castaño casi similar al color de Stiles, pero en él no lucían unas grandes ojeras rojas sin dormir, en cambio, aquel nuevo compañero tenía unos grandes ojos azules como el cielo mismo, el verlo hasta hacía sentirlo completamente embobado─. Soy Liam, Liam Dunbar ¿tú eres?

─Theo, Theo Raeken ─se incorporo del suelo y camino hasta la cama que estaba en el otro costado de la celda en la cual estaban sus pertenencias. Se acostó para mirar al techo de concreto notando entonces aquellos intensos ojos azules mirándolo.

─¿Y por qué estás aquí? ─quiso saber Liam, aquella curiosidad le hizo saber a Theo que aquel chico era nuevo en aquel recinto. Pobre muchacho, no sabe en lo que se acaba de meter.

─Muchos problemas en mi pasado, sabía manejar una pistola, robaba, incluso llegué a matar y cada vez que lo hacía la culpa me llegaba al dormir ─respondió ¿para que ir con rodeos y no decirle nada al joven? A fin de cuentas, durarían mucho tiempo siendo compañeros, así que lo mejor era ser sinceros de una vez─. ¿Qué hay de ti?

─Problemas de Ira, digamos que es una clase de síndrome cuando me hacen enojar todo sale mal, termino golpeando a las personas.

Pues lamentó informarte que este lugar nunca va a curar eso, mi amigo pensó Theo, no quería romper las ilusiones de aquel muchacho pero si lo mejor era advertirlo. Se incorporó para sentarse sobre la cama mirando a su compañero.

─Escucha, estos malditos hijos de puta harán lo impensable porque tú realmente no te cures y te quedes aquí por mucho tiempo, llevo aquí ya dos años y créeme que han hecho todo lo posible para que me vaya en su contra. Así que solo ten cuidado, Liam ─le advirtió mientras el joven solo se quedaba en silencio sin saber que decir, por lo que solo asintió con la cabeza─. Bien.

Y hubo un enorme silencio desde entonces, Theo solo se dio la vuelta después para mirar la pared de la habitación y cerró los ojos para poder dormir y esperar que las pesadillas no lo albergaran de nuevo, solo era lo único que estaba pidiendo ahora.

(...)

─¡Hijos de puta! ─grito Liam mientras la puerta se cerraba detrás de Theo.

Aquel día fue una completa pesadilla para Liam, otros reos lo habían provocado lo suficiente durante el comedor y este término por golpearlos con la bandeja, lo que había desatado una pelea entre todos ellos, aunque la mayoría eran palizas que le daban al menor, resulta que Liam tenía dieciséis años siendo dos años menor que Theo. Entonces los policías se lo habían llevado para golpearlo con las porras hasta que lo regresaron a la celda todo magullado y sangrando, obviamente se llevarían al rubio para que fuese su turno de ir a desayunar, o mejor dicho; a almorzar.

El comedor lucía terrible como siempre, bastante apagado pero con mucha sangre y dientes rotos en varios lados, la comida que le habían dado lucía poco apetitosa por lo que se sentó en una mesa bastante alejada de todos, la cual se perdía estando en un rincón. La cotidianidad lo estaba abrumando cada día más y se seguía haciendo la misma pregunta: ¿dónde estaba Stiles? Uno de sus mayores temores era que ya se había curado y se había ido, o peor, que hubiese escapado dejándolo. Lo que lo hizo pensar que si solo lo rescató aquella vez fue sólo para cogérselo. Theo no estaba completamente seguro de nada en ese momento, lo que si sabía es que lo siguiente que vio lo abrumo un poco, entre los nuevos que estaban entrando para tomar su comida estaba Jordan Parrish. Casi no escupe lo que estaba comiendo en ese momento ante la sorpresa ¿por qué ahora él estaba como un paciente?

─¿Sorprendido? Yo también lo estuve cuando lo vi el primer día ─aquella voz se le hizo bastante conocida a Theo por lo cual se volteo y fue como si una gran felicidad hubiera llegado finalmente a su vida.

Ahí estaba Stiles.

Insane [Stheo/Steo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora