Aun no logro descifrar el por qué me fasina tu aroma.
Me encanta enterrar mi nariz en tus ropas, embriagarme con tu olor y tratar que se quede grabado en mi mente para toda la vida. Pero más que nada, me encanta imaginar que ese aroma es por mi, y que me lo dedicas con todo tu corazón.
Tal vez te suene cursi, estúpido y ridículo, pero eso es lo que has provocado desde que te presentaste sin aviso en mi vida, desde que me dedicaste esa primera mirada, desde que me abriste las puertas a tu vida, y desde que te convertiste en un intruso en mi vida, en mis días y en mi alma.
Pero, tal vez y sólo tal vez tu sepas lo que esto significa. Supongo que ya has pasado por esto mínimo una vez en tu vida, y que así te sentiste. Y yo sé que no fue por mi ni lo será jamás; eso lo tengo más que claro.Tengo solamente una cosa en mente desde que todo esto ha pasado; que te quiero de una forma diferente, en donde soy capaz de olvidarte si es necesario; en donde te cuidaría y ayudaría en todo lo que pueda, pase lo que pase; en donde entrego todo el corazón con tal de que permanezca esa sonrisa tuya tan hermosa para toda la vida, sin importar lo que yo pueda pasar para que sea posible.
Lo aprendí por las malas; te dejo, tú sonríes, yo sufro un rato, se agotan mis lágrimas, le doy vuelta a la página y me retiro feliz hacia donde me espera la siguiente parada.
Pero no todo es malo. Me resigné totalmente a tu persona, me rendí completamente para no sufrir tanto, y creo que funciona; si no te visualizo conmigo, después no habrá daño en mi alma ni dolor en mi pecho.
Después de todo, puedo pelear por otras cosas, o posiblemente, por otras personas que me entreguen su corazón sin sentirse obligado a darmelo. Alguien, que jamás pensé que sería él quien pensara en mi, alguien que me regala sus sonrisas cada vez que coincidimos en el camino, alguien que comparte abiertamente su vida conmigo, sin excepción alguna.
Te dejo ir, y contigo, dejo ir mis expectativas hacia ti, el sentimiento que surgió desde tu llegada, los pensamientos y deseos que se presentaban cada vez que te veía, hablaba o compartíamos algún momento juntos. Se va todo lo que algún momento pudo cruzarse en mi mente y en mi corazón. Se va la alegría que pasé al pensar en ti. Se van los sueños en los que tú eras el protagonista. Se va tu esencia y tu aroma de mi vida.
Y así como decidí buscar un nuevo rumbo, uno que me devolviera la ilusión, y que me diera esperanza y ánimos; tenlo por seguro que también lo tendrás, tendrás ese camino que te haga feliz y te de siempre el impulso que necesitas día tras día.