El suave sonido de la cama rechinar lo hizo despertar, apenas salía el sol, la luz ni siquiera se tornaba anaranjada, era un azul grisáceo que lo hizo dudar de si ya había amanecido. Abrió los ojos por completo y sitió el cuerpo cálido sobre él, abrazándolo con insistencia para despertarlo. Vernon tomó su mano, dejándole en claro que ya había despertado.
—Buenos días— Canturreó Seungkwan dentro de su oreja, dejándole un beso en la cien con cariño, para volver a golpear sus mejillas juntas. Vernon cerró los ojos. —Tenemos mucho que hacer hoy, levántate de una vez.
Vernon miró el reloj, apenas eran las seis de la mañana y sabía que tenía que levantarse, pero aun así cerró los ojos, escuchando que contra la ventana se golpeaban las gotas de lluvia. Seungkwan soltó una pequeña risa besando su mejilla.
Para cuando Vernon decidió levantarse y ducharse Seungkwan ya estaba perfectamente vestido, sonriéndole de oreja a oreja con sus mejillas con un poco de rubor, sus ojos deslumbrando frente al espejo. Lo observó varios segundos, admirando su sonrisa y decidió solo vestirse en silencio.
Dos botones en una de sus mangas habían decidido no abrocharse, huyendo de sus intentos por juntarlos. Seungkwan se acercó y con paciencia lo hizo él, tan tranquilo y calmado mientras que la lluvia seguía golpeando fuera. Vernon observó la ventana por largo rato.
—Está listo— Murmuró Seungkwan, acomodando la ropa de Vernon y peinándole con las manos. —Siempre eres demasiado apuesto, no entiendo porque te ayudo a verte mejor de lo que ya te ves, terminaras dejándome por alguien más.
Aunque Seungkwan dijo eso no dejó de sonreír, tomando las mejillas de Vernon y obligándolo a verle. Pero Vernon solo negó mirando al suelo, con los labios entreabiertos pero sin poder decir más. Seungkwan asintió con lentitud y besó su frente, con tanto amor mientras el viento golpeó la ventana.
Vernon intentó preparar algo en la cocina, escuchando los chasquidos del aceite mientras que Seungkwan se acercaba por atrás y lo abrazaba, hundiéndose en su espalda.
— ¿Por qué te vistes antes de desayunar? Debí de evitar que lo hicieras, ahora te ensuciaras y tendremos que hacer todo de nuevo. — murmuró Seungkwan contra la espalda de Vernon. —Come con cuidado, intentemos no ensuciarnos.
Vernon sonrió un poco, prestando atención al sartén y bajando la intensidad de la llama, para que no saltara tanto y así no ensuciarse, como le había dicho Seungkwan.
Se sentó en la mesa, con Seungkwan frente a él, emocionado por lo que cocinó aunque estuviera un poco quemado. Seungkwan lo miró con los ojos casi iluminados, porque Vernon sabía que había preparado algo que a él le gustaba. Se encogió en hombros mientras bebía de su café, aun sonriendo.
—Gracias, lindo. — le dijo Seungkwan y vernon asintió con ojos cerrados, concentrado en el café.
Salió de casa cuando dieron las ocho, giró observando el auto que apenas había aprendido a manejar y Seungkwan ya estaba esperándolo en el asiento del copiloto, observando el mapa de la ciudad que guardaba en la guantera. Suspiró observando el cielo aun grisáceo con la esperanza de que el sol saliera pronto y caminó hasta el coche.
Manejó con tranquilidad, de vez en cuando mirando al asiento del copiloto, donde estaba Seungkwan dibujando garabatos con el espejo empañado. Lo observó por largos momentos, hasta que, por pura coincidencia, divisó una florería. No dejó de mirarla, se veía impecable y preciosa, aun cuando el día era nublado.
Seungkwan se giró a verlo, con una sonrisa apuntando a la florería.
—Me gustan las flores. — Fue una frase que fue tomada como una orden, Vernon se detuvo y bajó del coche, dispuesto a comprar todo tipo de flores lindas para él. — ¿Cuáles compraras?— Preguntó.
Vernon escogió las que consideró más hermosas, las que eran brillantes y de colores vivos, las escogió con esperanza y sonrió al verlas. Seungkwan se aceró de nuevo y asintió mientras las veía, tocó los pétalos con cuidado, y sonrió. Vernon solo las compró y volvió al auto.
Seungkwan tomó la mano de Vernon durante todo el camino, ambos observando enfrente, mientras el parabrisas estaba empapado constantemente limpiándose. Las luces de los demás autos brillaban, aunque no eran del todo nítidas. El día gris se vio iluminado por pequeñas luces, pero Vernon solo buscó a su lado a Seungkwan, tratando de alegrarse.
— ¿Sucede algo?— Preguntó Seungkwan cuando el auto fue deteniéndose. Llovió con más fuerza. —Vernon...— Seungkwan se notó preocupado, girándose a verlo mientras que Vernon no se atrevía a girar para encararlo.
Vernon detuvo el auto, quitó las llaves y exhalo, mientras las gotas seguían golpeando fuerte que distorsionaban los sonidos. Seungkwan lo observaba, preocupado. Se encogió en hombros y se ocultó entre sus brazos que aun sostenían el volante. Suspiró con fuerza.
—Vernon...— Seungkwan lo llamó, pero de nuevo, no respondió a su llamado. — ¿sucede algo? Ni siquiera me has hablado...
Vernon cerró con fuerza los ojos, apretando el agarre en el volante, mordiéndose el labio. Tembló sobre su asiento, tratando de no emitir sonido alguno mientras que la mano de Seungkwan descansó en su espalda.
—Vernon... Llegamos, tienes que bajar. — Murmuró. —Vamos, no estés así, mañana será un día soleado. Mañana... saldrás con tus amigos, quizás conozcas a alguien nuevo, mañana manejaras y le mostraras tu licencia de conducir a Seungcheol, mañana quizás Jun te abrace y te mande imágenes graciosas, Joshua te invitara a comer, tienes muchas cosas por hacer Vernon.
La lluvia continuó, y Vernon ya no pudo resistir las lágrimas acumuladas en sus ojos, ardía. Sollozó con fuerza, armándose de valor para salir de su pequeño escondite. Siguió llorando en el auto, resistiendo las ganas de girarse y ver el asiento del copiloto, buscando algo que no estaba ahí.
"Mañana" mañana tenía muchas cosas que hacer. Así que levantó el rostro al cielo gris. Mañana tenía que levantarse temprano, mañana tenía que salir con sus amigos, mañana trabajaría en un nuevo lugar, mañana buscaría a Minghao para salir a una cita. Mañana, mañana... mañana no estaría Seungkwan, ni al día siguiente, ni nunca.
Mañana. Ya no estaba emocionado por el mañana, si Seungkwan no estaba incluido en él.
Por fin miró al asiento del copiloto, con los ojos vidriosos y la nariz roja, jadeando por el llanto. El vidrio siendo golpeado por la lluvia, las flores sobre el asiento vacío donde una vez Seungkwan estuvo ahí. Cerró los ojos con fuerza, imaginándolo de nuevo ahí, con una linda sonrisa sosteniendo esas flores, diciéndole que mañana ellos irían a un lindo lugar, que tenían muchas cosas que hacer juntos.
—Mañana será soleado. — Le dijo Seungkwan, sonriéndole, con los ojos cerrados mientras Vernon quería tomarlo en sus brazos y besarlo. —Mañana serás feliz, aunque yo me haya quedado en ayer. Quiero que sonrías Hoy.
Vernon abrió los ojos, observando las flores, las tomó, dejando de jadear pero aun con lágrimas cayendo por sus mejillas. Respiró hondo y salió del auto, mientras que la lluvia comenzaba a parar. Caminó con tranquilidad, con su cabello mojándose y la ropa negra pegándose a su cuerpo. Respiró hondo de nuevo, cerrando los ojos y abriéndolos despues de un largo rato, como un parpadeo.
Entonces estuvo frente a aquella banca que Seungkwan amaba del parque. La miró, observando a Seungkwan sentado y sonriéndole, invitándolo a sentarse. Vernon le sonrió y dejó las flores sobre el lugar, quedándose de pie, solo admirando el lugar. Seungkwan tomó las flores y se quedó sentado, con su hermosa sonrisa en el rostro.
—Gracias, Vernon.
Vernon asintió, sin dejar de sonreír, con las lágrimas de nuevo corriendo por sus mejillas. Había dejado de llover y la luz del sol se colaba entre las nubes.
—Quizás mañana este soleado. — Dijo Vernon, sentándose a un lado y mirando al cielo. Seungkwan hizo lo mismo. —Hay muchas cosas que quiero hacer... ¿podrías acompañarme mañana?
—Mañana... Siempre, podre hacerlo siempre.
Seungkwan dejó caer su cabeza sobre el hombro de Vernon, mientras que las nubes grises comenzaban a desparecer.
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Mañana [Verkwan]
Fanfiction"Mañana" mañana tenía muchas cosas que hacer. -OneShot. -Verkwan.