I want u! [LuLaw]

Séptimo capítulo: Respuestas.

Cafetería Snake; Punk Hazard, Grand Line, Julio de 2018

No espero a que respondiera, era más que obvio que el chico era Torao, lo tomó de la mano y le obligo a que le acompañará a otra mesa vacía y apartada de la cafetería. Kid quiso intervenir, sabía muy bien la historia y porque el chico se había alejado de él. Cuando colocó un pie fuera de la barra, fue interceptado por el chico alto de cabellos rubios y le dio la negativa con la cabeza.

— No nos concierne a nosotros los problemas de ellos —espetó—. Déjalos ponerse al tanto de todo.

Lo único que recibió fue un suspiro de aceptación y cómo el muchacho regresaba a su lugar detrás de la barra.

En aquella mesa, llena de tensión e incertidumbre, el chico de cabellos negros miraba insistente el muchacho lleno de tatuajes, que cada vez se hundía más en su lugar, quiso salir dos veces corriendo de ahí y a modo, de retención, Luffy se sentó al lado de él, impidiéndole el escape.

— Tú ganas —cedió con el rostro cansado y lúgubre— pero promete que me dejarás en paz. No soy digno para ti.

— ¿Qué? Por supuesto que después de poner un poco las cosas en orden, regresarás conmigo a casa —dijo el menor con algo de enfado en la voz—. A nuestro hogar.

— No volveré —articuló con voz cansada— estoy sucio.

Exhaló con agotamiento y tomó la mano del contrario con fuerza, transmitiéndole la seguridad que no había podido darle antes de que se marchara sin decir algo. Le miró a los orbes grises, y apreció sus marcadas ojeras. Luego negó con lentitud y lo acuno en su pecho, haciéndole sentir protegido y seguro.

— Volvamos a casa —susurró— a nuestro hogar. Y aclaremos todos, necesito muchas respuestas, Law.

Fraccionamiento East blue, Dressrosa; Grand Line, Julio de 2018

Las diez horas en carretera no le había hecho mella, no estaban ni un poco cansados ni exhaustos, más bien estaban ansiosos y la tensión era palpable en el aíre. Sanji se despidió de Luffy y no quiso decirle comentario alguno a Law. No estaba ni celoso ni lo odiaba, tal vez sólo algo resentido por lo que le había hecho pasar al chico del sombrero de paja.

El actor le tiró el documento en la mesita de noche con delicadeza para que no sintiera que fuera un reproche, aunque estaba teñido un poco de él.

— ¿Y bien? —Lanzó la pregunta al aíre—. ¿Por qué no confiaste en mí?

Los ojos negros eran bastante acusadores y estaban pintados con un ligero tinte de decepción. ¿Qué había hecho mal para no poder ser digno de ser consultado en algo tan grave como una enfermedad de ese calibre?

— No quería darte molestias —confesó evadiendo la mirada— por eso pensé que desapareciendo, eventualmente te olvidarías de mí. ¡Eres un actor! —Clamó con la voz dolida y sin esperanza—. Puedes tener a quién quieras a tus pies y no aún tipo que sacaste de un burdel, que fue ultrajado y tenía una enfermedad venérea. ¿Cómo crees que me sentí al momento de poner todo eso en balance?

— Pues eres un tonto —respondió ya un poco más calmado. Durante sus meses de búsqueda se había planteado ese escenario, era lo más creíble, pero no encontraba la incógnita para que la ecuación pudiera ser resuelta—. El médico me informó al poco tiempo que no apareciste para tu tratamiento. Se preocupó y me hizo saber las cosas. Ya las sabía. Yo ya sabía que era lo que te pasaba. No soy tan tonto ni tan hueco —dijo mientras se apuntaba la cabeza con el dedo índice—. Era mejor que me contarás todo. Yo hubiera entendido. Y eso de que te ultrajaron y te saque de un burdel —colocó sus manos en jarra y lo miro desaprobatoriamente— es porque te quiero. ¿Crees que una persona como yo anda sacando al primer tipo que se le atraviese? —Comentó para agregar un poco indignado—: Además, para que te vayas enterando, fui a ese burdel para tener mí primera vez y aún no la tengo. ¿Sabes por qué? —Lo miró con amor y tomó sus manos temblorosas—. Porque tú fuiste el único que acaparo mi atención, todos me reclamaron que me acostará con una mujer, pero no, yo quería —negó y se corrigió al instante— quiero estar contigo.