Makeup

-¡Naruto, no! -Aquella pelirroja levantaba a su hijo del suelo lleno de maquillaje, mientras aquel niño aún sostenía los labiales rojos de su madre y los restregaba por su cara. -Se que te encanta el maquillaje de mamá pero por favor, no los agarres son muy caros Naruto. -Le quito los labiales, los tiró a la basura ya que estos dejaron de funcionar por las travesuras del niño.

Al dejarlo en su habitación, él niño no hizo más que comenzar a llorar, no quería otra cosa más que el maquillaje de su madre. Por más que mirara alrededor de su habitación no encontró nada igual que él brillante maquillaje que tanto le gustaba tocar con sus pequeñas manos.

A la mañana siguiente, aún con los ojos hinchados por tanto llorar, fue al comedor para desayunar con sus padres. Esa noche la había pasado meditando sobre su futuro, para ser un niño de cinco años ya pensaba en todo lo que quería hacer para cuando fuera un adulto.

-Mami... -El niño la miraba serio mientras ella preparaba sus panqueques y su padre bajó el periódico para escuchar lo que su pequeño travieso tenía para decir. -Lamento agarrar tu maquillaje, no volverá a pasar. -Su madre asintió contenta y su padre volvió a su periódico. -Por eso, cuando sea grande tendré mi propio maquillaje. -Sus padres al escuchar tal declaración se alarmaron y en ese mismo instante comenzaron a dudar de la sexualidad de su hijo. -Seré un hombre que maquilla a mujeres como mami. -Sin más, él niño tomó sus panqueques y se fue a la sala a ver su serie de acción favorita. 

Kushina y Minato tuvieron una charla en el comedor sobre él gusto de su hijo, se dieron cuenta de que lo juzgaron demasiado rápido por lo que apoyarían a su hijo en lo que él quisiera ser cuando fuera mayor. Les sorprendía por mucho él gusto tan peculiar que tenía por él  maquillaje, pero si ese era su sueño no lo detendrían.

Llegados sus diez y ocho años ya se encontraba en la universidad estudiando aquello que había establecido hace trece años antes. Debía agradecer a sus padres quienes hicieron el esfuerzo por meterlo en una de las mejores universidades de la ciudad, especializada en cosmetología.

Con el paso del tiempo se dio cuenta que él ser cosmetólogo era más que solo él maquillaje y verte lindo. El cuidado de la piel era esencial, así como todos eso productos que podrían ser nocivos para la salud de la piel, lo mismo que conocer el maquillaje y su contenido, si estos eran probados en animales, que tanto colorante, como ayuda a tu piel. Podía parecer presuntuoso, pero la verdad era que resaltaba en las clases, siempre implementaba sus creaciones en su mismo rostro e incluso en el laboratorio creaba cremas especiales para el cuidado de la cara, rostro e incluso corporal.

Cabe destacar que aparte de todo, era un vanidoso a la máxima potencia. Siempre se colocaba un maquillaje sutil para resaltar los rasgos de su rostro, nunca de una manera afeminada. Él tenía claras sus preferencias, hombres y mujeres sin más ni menos pero no quitaba que hubiera quienes lo discriminaban por su carrera y por usar maquillaje, no le importaba en lo más mínimo, estaba seguro de quién era y qué es lo que deseaba en la vida.

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Pronto llegarían los exámenes finales de su tercer semestre y le ponía nervioso él examen de maquillaje, por más que sus creaciones fueran excelentes aún no tenía la confianza suficiente en sí mismo, pero uno de sus profesores le ponía fe absoluta.

-Naruto... -Todos los alumnos habían ya salido del aula y él profesor de maquillaje lo había llamado.

-¿Diga? -Acomodaba sus cosas mientras lo escuchaba sin verlo -Mierda donde esta mi paleta de sombras.

-¿Puedes ponerme atención? Es importante. -El profesor se cruzó de brazos y esperó a que el rubio dejara sus cosas en paz.

-Lo siento Kakashi. Lo escucho.