Si el texto aparece raro o cortado, solo tienen que salir y volver a entrar. Lo siento, Wattpad siempre molesta con eso.
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-Odio a las chicas y chicos de aquí - Taehyung le daba una larga calada a su cigarro-. Todos son exactamente lo mismo; las chicas tratan de lucir tiernas, pero solo se ven estúpidas, mientras que las que se empeñan en ser sexys parecen una broma, siendo tan planas de pechos y culo - Arrojó su cigarro al suelo para pisarlo, después encendió otro-. Y los chicos... literalmente se te ponen de rodillas sin decirles nada. Todas unas putas.
-Jodidamente cierto.
- ¿Entonces que buscas? -Preguntó Jungkook, soltando el humo por la nariz.
Dio una calada más. - Alguien que sea todo un reto, que sea toda una perra. Eso es lo que quiero.
...
Había pasado un mes desde que Hoseok escuchase aquello. Fue sin querer, en realidad.Era hora del almuerzo y decidió caminar por el instituto mientras comía una barrita de piña. Estaba a punto de irse hacia la parte de atrás del edificio cuando los escuchó. Hoseok de inmediato se escondió pegándose a la pared. Se acerco un poco y miró. Ahí estaban. Jungkook, NamJoon, YoonGi y Taehyung, sentados en el césped mientras fumaban.
Les dio un rápido vistazo a los demás y fijo sus ojos en Taehyung. Con su cabello gris ondulado, usando el uniforme desaliñadamente, poniendo el cigarro entre sus perfectos labios. Suspiró.
No podían culparlo por haberse enamorado de Taehyung, ya que, medio instituto lo estaba también, ¿Y cómo no? El chico era el más guapo de ahí y por supuesto, tenía amigos tan guapos como él, pero no lo suficiente.
Aunque cada uno tenía una especie de club de fans, el más buscado era Taehyung.
Su enamoramiento creció cuando supo que sacaba buenas calificaciones, también cuando lo veía siendo amable, sonriendo y teniendo modales. Varias veces lo había escuchado diciendo, "Por favor", "Gracias" y "Buenos días". Y maldita sea, Hoseok tenía una terrible debilidad por las personas educadas.
Así que, Taehyung era lo contrario al cliché de chico guapo que Hoseok conocía.
Ciertamente eso no ayudaba.
Quería que sus sentimientos se fueran. Ya que, bueno, no era como si en algún momento fuera a ser correspondido. Diablos, Taehyung ni siquiera sabía que existía.
Hoseok, siendo del último año; tímido y sin gracia. No tenía absolutamente nada de especial ni sobresaliente, así que no era popular. Al contrario de Taehyung.
Y aunque intentara ser notado, seguro le darían una rápida mirada para perder el interés y voltearse. Así de simple era.
Hoseok trataba de no perder detalle de lo que hablaban.
"Así que a Taehyung no le gustan esa clase de chicos ¿Eh?" Pensó, poniendo una mano en su barbilla.
Era una muy buena información, pero, ¿Qué iba a hacer? No podía simplemente cambiar su ropa y personalidad de un día para el otro y caminar por el instituto como una perra, ni siquiera él mismo se lo creería.
Sin embargo, quería hacer algo. Quería, por lo menos una vez, dejar de ser el Don Nadie de Jung Hoseok, para transformarse en una persona diferente. Alguien a quién Taehyung quisiera voltear a ver.
Entonces ahí estaba, un sábado por la noche, mirándose en el espejo de su habitación. Usando ropa que había comprado y escondido con anticipación en el fondo de su armario ya que, si su madre lo veía, haría todo un escándalo, no era propio de él.