Cap.9

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-¿Y este?
Jalo el borde de la tela sobre mi muslo y trato de acomodarla para que no se vea tan corto.
-¿No crees que es exagerado?
-¡No! Me gusta. Se te ve bien. Anda, ponte zapatos y estas lista para la acción.
Jane me guiña un ojo desde la cama de mi habitación y levanta la mano para un high five que obviamente respondo. Esta noche Harry me ha invitado a salir a algún antro o pub de moda, así que rebusque entre mis cosas por un outfit para la ocasión. Como casi muero en el intento preferí llamar a Jane para que esta me dé su aprobación, y por lo tanto llevamos casi una hora probándome solo la ropa. Me maquillo y arreglo el pelo antes, para así poder dedicar la mayor parte del tiempo en que cosa iba a llevar puesto. El vestido final es uno de tono azul metálico muy corto para mi gusto pero con estilo (según yo). Me pongo unos botines negros y una gabardina del mismo color porque vamos, aunque sea noche de fiesta estamos en Londres y el frío no perdona.
Cierro bien la puerta y me despido de Jane en el momento justo en el que Harry estaciona su ya conocido Mini Cooper.
Saludo al subir.
-Hey, que bien te ves Colette. ¿Estas lista?
-Yup.
Sonrío y nos vamos.
A decir verdad Harry no es el mejor conductor de la historia. Respeta las leyes de tránsito pero le gusta la velocidad. No me quejo, es divertido ir en el mismo auto que el.
¡Es como estar en Rápidos y furiosos!
Después de manejar durante casi una hora aparcamos en un local a la orilla de la calle. Bajamos del auto y entrega las llaves al valet parkin. El lugar está repleto y la música se escucha fuerte incluso desde afuera.
-¿No crees que está muy lleno?- gritó para que logre escucharme.
-¡Que va! Esta perfecto. Anda ven.
Toma mi mano y me guía hacia el gran guardia de la entrada.
-Hola José, ¿qué tal está?- hace un movimiento con la cabeza para señalar el antro.
El latino enorme me examina de pies a cabeza y después a Harry. Asiente y rápidamente quita la cadena para que entremos. Me siento en un cliché de película adolescente pero no puedo evitarlo.
Camino de la mano con Harry y nos escurrimos entre todas estas personas semiebrias y sudorosas que bailan a ritmos y estilos diferentes aunque la melodía sea la misma para todos. Desde fuera el lugar parece más chico pero no es así. Nos cuesta mucho llegar hasta la barra que está al fondo, con unos cuantos meseros que van de aquí para allá con pedidos en charolas. Tomamos asiento y el barman se acerca.
-¡Eh Harry!- grita al chico de al lado que aún sostiene mi mano.
-¡Bryan! ¿Qué tal te va?
-Nada mal, es cansado pero provechoso.
Ambos ríen y Bryan el barman se percata de mi existencia. No es que sea tan patética como para pasar desapercibida todo el tiempo pero tampoco soy lo suficientemente atractiva para que me miren sin excepción.
-¿Y ella? ¿Quieren tomar algo?- sonríe coquetamente
-Oh, es Colette. Colette el es Bryan, un viejo amigo.
Saludo con la mano y sonrío, no dispuesta a hablar. El ruido es tan apabullante que no lo permitiría.
-Danos un whisky en las rocas y...
Me mira esperando mi respuesta.
-Gin con tónica
-Vale.
Bryan se va a preparar las bebidas por lo que Harry voltea en dirección mía y nuestras rodillas chocan. Por fin suelta mi mano pero la dirige a mi rodilla desnuda.
-¿Que te parece el lugar? ¿Te gusta?
-En definitiva no es mi estilo de música, pero no me quejo. - gritó como puedo.
Ríe y acaricia mi piel. Justo cuando comienza a subir la mano Bryan aparece con nuestras bebidas y gracias al cielo me libro de una situación incómoda. El barman se vuelve a retirar.
Me sorprendo que Harry se toma casi de una sola el vaso de whisky. Vaya, que garganta.
Mientras yo solo le doy pequeños sorbos y miro a otro lado haciéndome la despistada
-¿Que sucede? ¿Quieres que busquemos otro lugar? Si no te gusta este, nos vamos a donde quieras.
-¡No no! Aquí estamos bien, solo me acoplo ¿va?- tomo otro poco- Oye, ¿puedo preguntar algo?
-Por supuesto.
-¿Frecuentas mucho estos...-pienso como llamarlos- sitios de diversión?
Suelta una carcajada.
-¿Que si soy cliente frecuente de bares y antros? No lo diría así, pero si me gusta divertirme de vez en cuando. ¿Te molesta?
-No, eso está bien- levanto las manos en signo de paz- Digo, no puedo esperar que todos sean igual de aburridos que yo.
Reímos y vuelve a colocar sus caricias en mi rodilla pero inmediatamente la sube a mi muslo.
-Me gusta tu vestido.
-¿Ah si? Te lo puedo regalar si quieres, aunque te quedará justo.- trato de sonar graciosa para ocultar mis nervios.
-Tienes muy buen cuerpo Colette. Lo digo en serio, deberías lucirlo con más orgullo. Además, no solo eres una cara bonita- ¡Dijo que soy una cara bonita! Ahueca con la mano libre mi mejilla- también eres una mente bonita.
-Exageras- sueno nerviosa y claramente estoy sonrojada. Muevo la mano haciéndome la despreocupada pero no es así. Más bien estoy todo lo contrario.
Creo que nota mi estado por lo que decide cambiar de tema.
-¿Bailamos un rato?
-Claro, vamos.
Ahora soy yo la que toma su mano y lo jala a la pista de baile.
La música es electrónica pero creo reconocer cuál es. Harry me sujeta muy cerca por las caderas. Por la cercanía de todos los cuerpos recibo algunas manos juguetonas en mi cuerpo.
Comenzamos a movernos al ritmo del, más bien, ruido que sale de los altavoces.
No puedo decir que soy mala bailarina, solo que no lo practico muy a menudo. En cambio Harry se nota que lleva tiempo haciendo esto y se mueve con gracia.
Al final termino igual de sudorosa como todos los presentes pero me sobra energía.
Calculo que llevamos alrededor de 3 horas bailando y bebiendo, por lo cual me siento ligeramente ebria. ¡Yay! Mi primera borrachera en el Reino Unido.
Me siento en un taburete junto a la barra para tomar un respiro y otro vaso de licor.
-¿Quieres que te lleve a casa?
-Mmm... no lo sé Harry, ¡me estoy divirtiendo mucho!- Rayos, arrastro las palabras.
-Lo noto, pero creo que estás un poquito bebida.
-¡Pero son solo las 2! Anda..
-¿Que me das a cambio?- me mira curioso.
-¿Que es lo que quieres?
Hace como si lo pensara mucho y responde jalándome por el brazo.
-Un beso. Solo uno y quizás diga que si.
Me lamo los labios por que los tengo resecos por tanto alcohol. Y le doy un beso salvaje. Como esperaba este me lo responde con igual o más urgencia. Puedo sentir su lengua en mi boca y eso (y los gin tonic) me animan a acariciarle el cuello, los hombros, el pecho y el abdomen sin importarme que estemos en un lugar tan público . Como resultado Harry me aprieta el trasero y lo acaricia ávidamente. Suelto un chillido cuando mete la mano debajo de mi vestido y tira del elástico de mi ropa interior. Ríe durante el beso y nos separamos por falta de aire para poder seguir con el segundo round.
Sus manos viajan por mis muslos, trasero, espalda y cintura hasta llegar al escote.
Me alejo un poco como acto reflejo y el tira más de mi pegándome por completo a su cuerpo duro.
Al parecer nadie se percató de lo ocurrido y siguen con lo suyo. Gracias a Dios las luces de colores disfrazan todo.
-No lo sé... ese beso me convenció de ir casa ¿tu que dices?
Por el estado en que me ha dejado inmediatamente digo que si y muerdo su mandíbula.
Salimos a tiempo récord del antro y rápidamente le traen el auto.
Ahora maneja más rápido que de lo acostumbrado y va rumbo a mi departamento.
Cuando llegamos abro como puedo la puerta principal, y en el momento exacto en el que se cierra también se cierra la distancia entre ambos con otro ardiente beso.
Mis manos jalan de su pelo y el me sostiene por el trasero. Sube el dobladillo de mi vestido hasta la cintura y baja mis pantis. Mientras me dedico a quitarle la camisa y aventarla por los aires.
Saca completamente mi prenda y me deja solamente con mi sujetador. Aprieta una vez más mi desnudo trasero y me lleva a mi cama. Caigo pesadamente en ella y me quito la única prenda que me quedaba para quedar sin nada ante el. Por su parte saca un paquetito plateado de la bolsa trasera de los vaqueros, lo abre con los dientes y se pone el envoltorio en unos cuantos segundos. Caray, que practica.
Justo cuando entra de golpe en mi suelto un gruñido y Harry lo ahoga mordiendo y succionando mis pechos, primero el izquierdo y luego el derecho. Continúa sus movimientos rápidos y fuertes.
Ninguno de los dos dice nada. Solo se escuchan gemidos ahogados y gruñidos suyos.
Es solo sexo sin compromiso. Es solo sexo de una noche.








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