42.- Qué podría salir mal

63 3 1
                                    

Para mi buena fortuna acabamos la mudanza más pronto de lo que pensé. Eso debido a que la casa está aquí junto, sin olvidar que prácticamente sólo era un poco de ropa y una que otra cosilla que había traído de mi antigua ciudad.

Pedro y Erick entran a la casa hablando muy animados entre sí, caminan hacia el pasillo que da a las habitaciones cargando con lo que faltaba por traer, y se pierden de mi campo de visión.

Quizá por la carga de trabajo que tuve últimamente, no me había percatado del trato que ahora hay entre ellos. Ahora que lo pienso, se han saludado sin miradas asesinas por parte del señor Palacios, sin golpes ni palabras groseras como era su costumbre, hasta hemos compartido la cena de vez en cuando junto con mi hermana. No sé cuándo ni cómo pasó, ni porqué no había prestado atención, pero en verdad me alegra.

_Espero no verme así de boba_   la voz y la risita de Lili rompen esa hermosa burbuja que había formado a mi alrededor mientras suspiraba por causa de Pedro.

_Quizá no_  respondo rodando los ojos   _Pero sí rebosante de baba siempre que miras a mi jefe_

Resopla y ahora soy yo la que ríe. La señora Esperanza sonríe negando divertida mientras se mueve de aquí para allá cerca de la estufa. Desde que empezó a "frecuentar" al señor Marcos, está haciendo su máximo esfuerzo por adaptarse a las "relaciones actuales", como ella dice.

Estamos terminando de acomodar todo sobre la mesa cuando el par se asoma de nuevo. Pedro se acerca y me rodea la cintura desde atrás, deja un sonoro beso en mi cabeza provocando maripositas en mi estómago.

O quizá sólo sea el hambre.

La pareja melosa no deja de darse muestras de cariño. Entre besito y besito, agarradas de mano y ojitos de borrego a medio morir de parte de los dos, están a punto de causarme un coma diabético.

Pero igual me encanta verlos juntos.

_No es necesario que te vayas_  digo por enésima vez y mi hermana niega con la cabeza.

_Ese departamento realmente me encantó. Además, la dueña comentó que pronto tendrá que venderlo y no quiero perder la oportunidad de quedármelo_

Tal vez soy egoísta al no querer que se vaya, pero me había acostumbrado a su compañía en este poco tiempo.

Un apretón sobre mi rodilla hace que mire a mi compañero de junto, me sonríe como diciendo con ese simple gesto que está conmigo y que no hay motivo para estar triste. Total, la veo la mayor parte del día en el trabajo.

_Podemos salir hoy a bailar para celebrar_   habla Erick después de un rato.

Como si estuviésemos sincronizados, Pedro y yo intercambiamos miradas no muy convencidos ante ese plan.

_Mañana es domingo y no tenemos que madrugar_  defiende Lili animada ante la propuesta de mi jefe.

Hago una mueca de desagrado ante la idea de estar dentro de un lugar cerrado, lleno de un montón de cuerpos sudorosos, ruido, alcohol y no sé qué tanto. La sola imagen en mi cabeza me da escalofríos.

_¡Por favor!_  suplica la morena  _Podemos invitar a Izabel_  propone, sé que mi amiga estaría encantada, pero...

_Está bien_  acepto, tengo que pensar una buena excusa para no ir al final.

_¡Genial! Y no busques pretextos para faltar en el último momento_  ¿dije que amaba a mi hermana? Nah...

...

_Auch_  se queja Pedro, inconscientemente había estado enterrando mis uñas en su brazo.

_Lo siento_  aflojo el agarre y me acurruco a su costado, lo más que el banco me permite  _Esto no es lo mío_  hablo cerca de su oído, me sonríe y besa mi cabeza. Levanta la mano para llamar la atención del barman y pide más bebidas para los dos.

Amor DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora