Capítulo 1: "Tóxicos"

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Cada palabra es un suspiro que muere conmigo


Lali.
Hojeaba la revista "Pronto" de este mes sin siquiera prestarle atención. Candela estaba sentada en la alfombra con las piernas cruzadas y el celular en sus manos.

-¿A vos te pasa algo Lali? ---me preguntó, sin mirarme---.

-¿A mí? ---a penas podía contener las lágrimas---. No, nada.

Tragué en seco hasta que sentí las manos de mi amiga en la revista. Me la sacó y la dejó a un lado del sillón.

-A vos te pasa algo ---afirmó---, y me vas a contar, Mariana. Para que VOS no hayas ido al estudio... dale ---ladeó la cabeza incrédula---, algo grave tuvo que haber pasado.

-Discutí con Santi ---arrugué mi cara en mil intentos de no derramar ni una sola lágrima, pero me fue imposible lograrlo---.

-Hey ---me agarró fuerte las manos mientras me miraba preocupada---, contame.

Flashback
Comía sin problemas y no me miraba. Por momentos agarraba el teléfono, cuando yo ni siquiera lo había llevado. Mis intenciones eran hablar sobre lo que había pasado y él sólo se concentraba en lo que él quería.

-¿Podés dejar de...

-Diaj ---dejó la cuchara sobre el plato y conectó su mirada a la mía por primera vez en la noche---. Incomible. Dame que te lo voy a cambiar ---me pidió el plato---.

-Dije que no. No quiero comer, no tengo hambre. No voy a comer y punto.

-Te dije que...

-No me siento bien.

-... te voy a cuidar ---no me escuchaba---, y eso voy a hacer. Dame tu plato que lo voy a cambiar ---me lo sacó y se levantó---.

-No si con vos no se puede, hacés lo que querés ---largué en un susurro molesto---.

Pasaban los minutos y Santiago no volvía. Asumí en mi interior que estaba discutiendo con el mozo o con el cocinero así que aproveché ese momento para agarrar su teléfono y llamar un remis que me llevara hasta casa, para no volver a la de él esta noche. Cuando desbloqueé el teléfono la primera notificación que le llegó fue de "Mía", nombre de persona a la cual no conozco, y de la cual nunca me habló. Abrí su chat y volví a cerrarlo inmediatamente al darme cuenta de la foto que había mandado. Mi corazón empezó a latir más rápido y descoordinado. Volví a dejar el celular en donde estaba y esperé a que Santiago volviera.

-¿Escuchaste al cocinero? ---se sentó---.

-Yo escuché algo en tu casa que fue peor ---reproché, recordándole la discusión del día anterior---.

-Bue-bueno, Lali, ¿otra vez con eso?

-Sí. Sí.

-Pedí lo que quieras, discutí con el cocinero y la casa invita. Dijo que la carne estaba buena. No sé, me vio cara de imbécil.

-Te pedí que charláramos del tema y no me contestaste, te pedí que habláramos sobre nuestra relación y me invitaste acá para mirar tu teléfono toda la noche, te pedí que me aclares lo que escuché y no me aclarás nada...

-No fue así ---negó---. Te contesté que por ahí escuchaste algo mal y...

-¿Quién es Mía? Contestame eso ---me crucé de brazos mientras admiraba el show de caras que tenía en frente. De enojado pasó a nervioso, incrédulo---.

-No sé de qué me hablás.

-No sabés. Ah,...

-No.

Único - BenjaliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora