El principio del fin 3/3 capitulo 12

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Narrador externo

Mikasa comenzó a sudar frio al no encontrar por toda la casa a su hermana, tomo una sudadera,se la coloco para salir a la calle, una vez ya afuera comenzó a mirar a todas direcciones esperando encontrar una respuesta de la menor, para su suerte la pudo encontrar, pudo encontrar la silueta de una niña cabizbaja subiendo las escaleras del edificio abandonado, entro en pánico ¿Qué rayos hacia su hermana ahí? era peligroso, lo mejor era traerla de nuevo a casa.

- ¡Kirigiri! -exclamo la azabache mientras se acercaba a ese edificio corriendo, no obtuvo respuesta, solo pudo ver como la nombrada le dirigía una mirada cristalina, Mikasa se detuvo y se dispuso a observarla ¿Qué sucedía?. La menor cerro ambos ojos apretándolos y así siguió subiendo las escaleras pero mucho mas rápido.

La azabache mayor hizo lo mismo, corrió lo mas rápido que pudo hacia el interior del edificio, al entrar pudo notar un lugar oscuro, pedazos de vidrios dispersos por el lugar y uno que otro folder color paga con hojas dentro en el suelo ¿Qué demonios había pasado aquí? avanzo entre la oscuridad y conforme avanzaba la desesperación comenzó a invadir su cuerpo, para su mala suerte había tres caminos de escaleras "¿por cual se habrá ido?" pensó mientras escogía un camino a la zar, opto por el de en medio, comenzó a subir rápidamente sintiendo las gotas de sudor descender por su cien, la preocupante necesidad de encontrar a su hermana, el edificio era alto, mínimo eran veinte pisos. Con sus esfuerzos comenzó a correr, brincando escalones teniendo cuidado de no caer, los primeros diez pisos fueron fáciles sin embargo cuando mas avanzaba mas pesada se volvía la subida, no lo lograría a tiempo, es lo que pensaba, sus piernas pedían un descansó, sus pulmones un suspiro, su garganta seca deseaba ser refrescada ya que la saliva que pasaba no era suficiente para calmar su sed y a pesar de esto ella no se rindió continuo en lo suyo.

Estaba muy concentrada en subir, intentaba ignorar las necesidades de su cuerpo lo que se le era difícil hasta que, en un intento de brincar dos escalones tropezó con uno, lo que la llevo a caer al suelo y raspar levemente sus rodillas y palmas de sus manos. Su cuerpo temblaba, se coloco en cuclillas tratando de encontrar aire, levanto un poco la vista encontrándose con su celular, tomo el mismo y comenzó a marcar, era Pieck a quien lo hacia, mientras la nombrada contestaba se coloco de pie para después seguir en su carrera. Una ventaja fue que su amiga contesto rápido.

- ¿Hola, Mikasa?

- ¡¡Pieck!! ¡te necesitó! ¡necesitó que llames a los bomberos y a la policía, cunado lo hagas mándalos al edificio abandonado que esta enfrente de la casa de mi madre!

- O-ok pero ¿porque? ¿ha pasado algo?

- ¡Pieck no hay tiempo! ¡mi hermana esta en peligro!

La nombrada se quedo impactada, al mismo tiempo que entendió lo que estaba pasando, colgó la llamada que tenia con Mikasa y siguió sus ordenes. Mientras tanto Mikasa aun subía, parecía que esos escalones no tenían final, eran infinitos, lo único que podía hacer en esos momentos era ser lo mas veloz posible y rezar por su hermana para que estuviera bien. Pasaron exactamente ocho minutos pudo llegar hasta la sima, solo había una puerta que daba acceso a la azotea de manera que impedía su paso, trato de abrirla pero tenia seguro del otro lado de la puerta, su desesperación aumentó, lo que la llevo a golpear a todo lo que podía la puerta con sus palmas mientras gritaba el nombre de su hermana rogando a que abriera.

Nuevamente, no obtuvo respuesta de la menor, paso los dedos de sus manos sobre su cuero cabelludo jalando un poco su cabello azabache, se alejo de la puerta manteniendo distancia y así correr hacia ella para soltar una patada en la chapa, nada, lo intento de nuevo, obtuvo que la chapa se aflojara un poco, lo intento de nuevo pero aun mas fuerte dando resultado, esta se callo y abrió la puerta con brusquedad encontrándose con su hermana al fondo dándole la espalda, el pequeño cuerpo de Kirigiri llevaba una bata blanca, su cabello suelto bailando a causa del viento, su piel pálida y lagrimas se dejaban estrellar al suelo. Mikasa no lo entendía ¿Por qué estaba ahí? ¿Por qué así? ya un poco mas tranquila avanzo hacia la menor.

Un Romance Entre Dos Idiotas [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora