T2. Episodio 3, parte 2

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Amelie despertó con un dolor de cabeza terrible. Su vista se fijó en el techo. Una luz amarillenta se asomaba. Movió un poco la cabeza, lo máximo que su dolor le permitió. Se encontraba en una sala de hospital. "Barts. ¿Qué hago acá?"
En la habitación no había nadie mas que ella. Unas flores con una tarjeta se apoyaban en una mesa de luz. Eran de la señora Hudson. Buscó un reloj: las 19:40.
Se tocó la cabeza. Tenia puesta una cinta. Se miró en un espejo. Una mancha de sangre se asomaba en la blancura de la cinta. Unas lágrimas se asomaban. ¿Dónde estaban los demás? ¿Y su padre?¿Rosie? Abrió la puerta y caminó lentamente por el pasillo.
Sentado en unas sillas muy incomodas, se hayaba Sherlock, con la cara más triste que Amelie vio. Se frotaba las sienes como si de algo funcionara pensar.
-¿Qué mierda pasó?- Preguntó la niña con la voz entre cortada.
-¿Qué pasó, preguntas?  Pasó que John recibió una bala en el pecho y Rosie esta en un coma.
-Eh... Eh ¿Cómo...?
-Y yo no estoy muerto por qué fui el último al que atacaron. Los enfrente y logré controlarlo. Ahora que despertaste es un muerto menos al que enterrar.- Los ojos de Amelie estaban llenos de lagrimas, pero no quería llorar. Intentó convenserse que lo dijo en forma de duelo. "Cada uno se expresa como puede..."
-¿Y donde están ahora?- Preguntó con un hilo de voz.
- A John lo estan operando en este momento. Y Rosie esta en la habitacion 119. Yo no creo que...-
Amelie salió corriendo, dejando a su padre con la frase en el aire. Era muy evidente que Sherlock tambien lidiaba con la posibilidad de perder a alguien querido, si es que los quería...
Tardó un par de minutos ya que su golpe no le permitía ni ver ni estabilizarse. Entró en la habitación de Rosie de un portazo. Y la vio. La vio con su piel mas pálida de lo normal y su cabello rubio despeinado.  Miles de tubos y cables brotaban de su cuerpo hacia máquinas y pantallas.
Entonces observó la pantalla.Su corazón había sufrido un especie de ataque y al ser tan pequeña, su cuerpo no tuvo la suficiente fuerza.
Le tomó la mano, que no llegaba a estar fría pero tampoco con una temperatura adecuada.  Parecía muerta. Parecía que nunca mas iban a estar juntas otra vez.
-¿Qué voy a hacer sin vos?- Lloró mientras le acariciaba la frente.- Ahora entiendo lo que sentiste cuando fingí lo del suicidio. Lo lamento tanto...
Lo primero que se lo ocurrió para calmarse, al menos un poco,  fue agarrar el celular de Rosie que estaba sobre una mesa y puso música. Nunca escuchaba musica para tranquilizarse, pero esto nunca le había pasado y no sabía que hacer.
Lloró como jamas lo había echo. No tener familia es un gran factor para llorar, sin embargo es peor encontrarla para luego tener que verla morir.

Afuera se oían voces. Mycroft y Sherlock. Discutían, procurando no levantar la voz.
-¿Qué voy a hacer? Yo no... Yo no se. Por primera vez no se que hacer- Dijo Sherlock.
-¿Estas afligido por lo que sucedió? ¿Qué pasó con tu frialdad?- Hubo una pausa en la que,muy seguro, el menor lanzó una mirada asesina. No se oyó nada más. Pero ellos seguían discutiendo, en voz baja y nadie los escuchaba.

Amelie se retiró del cuarto, varios minutos después. Se mojó la cara y fue a buscar un buen café. Su padre seguía en el mismo lugar, frente la sala de operaciones. La señora Hudson, Mycroft hasta Lestrade y Molly se hayaban en la sala de espera. La niña decidió ir a otro lado, lejos de todos. Donde se sentó no había nadie. Solo un hombre profundamente dormido. Lloró con las manos cubriendole la cara. Nadie tenia que verla.
De la nada, persive movimiento a su lado. Era un chico. De unos dieciséis años, alto y guapo.
-¿Por qué lloras?
-Estoy en un hospital. Es obvio que alguien se me esta muriendo.
-Ah.- Hizo una pausa, en la que Amelie lo miró con los ojos rojos- Yo también estoy aqui por eso. Mis padres sufrieron un accidente automovilístico.
-¿Y por qué no estas mal?
-No pierdo las esperanzas. Persivo que vos ya las perdiste hace tiempo- La niña asintió.- Me llamo Philip.
-Amelie Holmes.
-Si, te reconocí por las noticias. No te sientas mal. Seguro que no les pasará nada. Hay que tener fe y un poco de suerte
- La fe y la suerte escasean en mí. Philip rió.-Voy a quedarme sola, otra vez...
-No te quedarás sola, te lo aseguro. Tu familia no te abandonará. Tu hermana estará bien, te lo prometo.
-¿Cómo sabías que mi hermana estaba mal?-Preguntó Amelie, preocupandose mas que antes.
-Lo siento, me tengo que ir- Salió disparado, dobló en una esquina y luego desapareció. Amelie respiraba sin que el oxígeno entrara. Esto era mucho.

Unos minutos mas tarde, Amelie  sentía que, por alguna razón, debía encontrar a este Philip. Quizás con su positivismo la podría ayudar. Afuera era de noche y cada vez sus expectativas bajaban.
Se chocó, lamentablemente con Mycroft. "Él me va a servir"
-¿Podrías haceme un favor? Estoy pasando un mal momento y hay un chico que me ayuda a... Sentime mejor. Es alto, rubio y se llama Philip ¿Lo podrías buscar?
- ¿Un chico? ¿Eso es lo que estas pensando?
-Y a vos que te importa lo que yo esté pensado ahora, gordito- Comenzaba a carcomerle los nervios.
-No hay necesidad de ponerte agresiva-
- Ay, cállate.- Mycroft susurró algo como"Dejala, es adolescente" y se fue.

Sherlock seguía en la misma posición. Habian pasado ya tres horas desde que John entró en la sala de cirugías. Perdia las pocas esperanzas que tenía.
Amelie se le acercó lentamente. Lloró, y mucho, por como estaban sus ojos. Se sentó a su lado. Hubo una pausa. Y lo abrazó.
Lo abrazó mientras lloraba. Su cara estaba cubierta por el pecho de Sherlock. Este le devolvió el abrazó, con todo el cariño que el podia dar. Ambos estaban perdiendo a personas importantes y una muestra de afecto era exactamente lo que necesitaban.

Se quedaron así, un par de minutos. Sherlock podia sentir el rápido latido de su hija, y esta el de él. Mycroft se encaminaba hacia ellos con una expresión absorta.
-¿Quién murió?- Preguntó Sherlock. Amelie se preparó para lo peor.
-Nadie, hasta donde yo se. El problema aqui es...-Hizo una pausa, (¡Todo el día estuvo lleno de pausas!) como si quisiera elegir con cuidado sus palabras- Amelie, el joven que viste hoy no existe. No hay ninguna pareja que haya tenido un accidente con un hijo. Además, nadie vio a un chico con esa complexión.
Amelie se sintió abrumada. Estaba imaginado cosas, alucinado... Otra vez.

Sherlock 2 : Las Historias De Amelie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora