La última

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El joven se encontraba apoyado en la pared de afuera del edificio de desintoxicación, vomitando y mareado. Su hermana, con la hija de él entre sus brazos, lo miraba algo asustada. 

-Papá -lo llamó la pequeña al verlo en aquel estado que no entendía

Su padre se giró y vio a su hija mirándolo con lagrimas en los ojos. 

-Llévatela, llévatela, llévatela... -le dijo a su hermana

No había conseguido permanecer encerrado en aquel centro, ni siquiera una hora. Decía que quería dejar la droga, pero no era capaz. Saber que debía de quedarse allí diez días sin consumir nada y sin su hija, le daba pánico.  

Minutos después, ya en el coche, la pequeña lloraba y gritaba en el asiento de atrás. Ella conducía mirando a su hermano cada dos segundos que pasaban. Él no paraba de retorcerse en el asiento de el acompañante, sudando como si hubiese corrido durante horas en un día de verano. 

-No pasa nada, cielo -le dijo la Katie a su sobrina- Tranquila...

Los ruidos de dolor que hacía él la desesperaban.

-Venga, déjame salir -le dijo él, como si se estuviese ahogando- déjame salir, joder

Katie seguía conduciendo, dispuesta a llevarlo a rehabilitación. La pequeña seguía pegando gritos y llamando a su padre. 

-Llévame a que pille -dijo él- luego iré donde quieras, joder, pero llévame a que pille...

Respiraba dificultosamente, y se retorcía en el asiento mientras se estiraba de la camiseta y se pasaba las manos por el pantalón repetidamente. Estiraba su cabeza hacia atrás, y las venas de su cuello y los brazos se marcaban. Frustrado y agobiado por no saber estarse quieto y no tener nada, comenzó a llorar. 

-Por favor -insistió sollozando- por favor, por favor...

Si hermana estaba a punto de echarse a llorar junto a los dos, pero no podía hacerlo. Intentaba solucionar las cosas, y de esa manera solo lo empeoraría todo, si es que era posible. 

-No hago mas que mentir por ti -dijo ella negando con la cabeza

Le había dicho a sus padres que iría a buscar una tarta para un cumpleaños que celebraban pero, al final dejó eso a un lado por estar con su hermano menor. 

-Estaré bien, solo necesito un poco -dijo desenfrenado- de verdad, solo necesito un poco, un poco...

Todo estaba desmoronándose a su alrededor. No podía escucharse a si misma, ni siquiera sabía que debía hacer. Tan solo escuchaba sus latidos a punto de salir de su pecho, a la pequeña gritar mientras lloraba y llamaba a su padre, y a éste revolviéndose en el asiento de una manera estresante mientras sudaba y sollozaba pidiendo algo de droga. 

-Tú llévame. Llévame, por favor...

-No puedo -dijo ella a punto de romper a llorar

Siguió conduciendo e intentó no mirarlo para evitar que el agujero en su pecho creciera. 

-Lo siento -gimoteó- no quiero hacerte esto, de verdad que no quiero, pero es que no aguanto más...

El sonido de el móvil se unió a ese escándalo, pero ella solo escuchaba a su hermano

-¡Katie, por favor! -suplicó

La pequeña por fin se había calmado, pero su hermano seguía insistiendo y gimoteando con penuria. 

-No volveré a meterme -sollozó- esta es la última, la última... Te juro que es la última, joder....



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Película: 6 globos







Relatos llenos de dolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora