Pequeño Delito

Capítulo 1

—Park Jimin, 25 años, sexo masculino, homosexual ¿Estoy en lo cierto? ¡¿O falta algún dato que no quiera decir?!

—No, no falta nada.

—Bien, entonces queda arrestado.

—Aceptaré mi condena, pero no olvidaré mi delito. Nunca.

—Enfermo.

5 horas atrás

Llegaba a mi nuevo hogar, me cambio de departamento muy seguido, quizás por eso perdí a muchos amigos. Pero en fin, ¿Quién necesita amigos? Al menos yo no los necesito. Me instalé, tardé un par de horas y después de eso, tenía que hecharme a dormir, o lo haría hasta que unos ruidos llamaron mi atención. Mis vecinos. Justo al lado de mi cama había una ventana y se veía claramente un chico, tez blanca, cabello negros, ojos gatunos, labios finos que moría por probar. ¿En qué piensas, Park? Quizás deba dormir un rato, si. Eso siempre ayuda.

Pasé media hora tratando de dormir, siendo mis intentos fallidos tenía que ir a casa de mis vecinos, al tocar la puerta simplemente se dejó ver a aquel chico de piel blanquecina con un leve sonrojo en sus mejillas. No me pude resistir, esta escena es tan adorable. Pero tampoco podía dejar que mi deseo de poseer a ese niño arruinara la primera impresión de este.

—¿Se encuentran tus padres?

—No.

—¿Estás solo?—Rayos Jimin, controla tus hormonas.

—Si, disculpe no lo conozco y tengo prohibido hablar con desconocidos.

Inocente.

—Soy Park Jimin. Ahora no somos desconocidos, pequeño. ¿Cuál es tu nombre?

—Eso no le incumbe, viejo pervertido.

Me cerró la puerta en la cara. Felicidades Jimin, primera impresión arruinada, esperen, el dijo que estaba solo, lo cual significa que sus padres trabajan o algo así. Entonces ¡Yo podría ser su niñero! Qué buena oportunidad, iré a casa a cambiarme para llegar en la noche a aquella casa, presentarme, ser el niñero de ese niño blanquecino, enamorarlo, hacerlo mío y fin. Tampoco es como si quisiera una vida llena de amor y cursilerías con el.

🕛

Llegó la hora. Al fin iba a conocer a los padres de aquel niño.
Toqué la puerta y casi al instante salieron dos señores, una señora y un señor.

—Buenas noches ¿Se le ofrece algo, jóven?

—Jimin, soy Park Jimin, soy nuevo en el vecindario y me preguntaba si les gustaría cenar conmigo, claro, si están de acuerdo.

—Nos encantaría ir, pero tenemos trabajo. A menos que quieras cenar con mi hijo.

Señora me encantaría cenar a su hijo.

—¡Claro, me encantaría!

—Pero, de una vez le advierto que mi hijo no es muy sociable que digamos.

—No se preocupe señora, no me incomoda en lo absoluto.

—Bien, regresamos a las 12:00 de la mañana, espero que no le incomode, es por nuestro trabajo.

—De acuerdo señora. ¿Podrían avisar a su hijo? Iré a preparar la cena.

—Claro, entonces le llevaré a mi hijo y pasaré por el a la media noche. ¿De acuerdo?

—Claro, señores, tengan linda noche.

—Gracias.

Fui directo a mi casa, a preparar una cena. Nunca en mi vida he cocinado, así que lo más fácil para mí fue pedir comida china.