Storybrooke, 8 años más tarde.
Caminaba tranquila por las callejuelas de aquella pequeña ciudad, conocía de memoria cada rincón cada recoveco, cada secreto… Durante años hizo de Storybrooke su hogar y, sin buscarlo, también fue el lugar donde el nombre de Stargirl empezó a sonar con fuerza.
A pesar de que para ella aquel incendio, aquella muchacha de cabellos negros y ojos café fue la primera de muchos inocentes a los que salvó, empezó a ser conocida y considerada un milagro caído del cielo cuando años más tarde un terremoto inesperado amenazó con acabar con la mitad de la población y así habría sido sin ella, salida de la nada, volando más rápida que el propio viento y con su fuerza sobrehumana consiguió mantener a los civiles a salvo, desde entonces la foto de aquella muchacha de cabellos azules, mirada clara oculta tras un antifaz también azul y ese traje que con los años fue perfeccionando, adhiriéndolo a su cuerpo y adornándolo con una capa también azul oscuro a pesar de que en ella brillaba el firmamento entero como huella de su identidad, empezó a poblar las primeras planas de todos los periódicos así como su nombre.
Se sentía bien, había alcanzado todo aquello por lo que de niña siempre soñó, ser noble y justa, una heroína como aquellas que poblaban las páginas de sus cómics, los mismos que devoró durante toda su juventud. Desde esa primera gran catástrofe se volvió costumbre que la población mirase al cielo cuando, ya sea por mano de los hombres o de la naturaleza, Stargirl era requerida y esta jamás se hizo esperar.
Mientras su lado heroico y reconocido estaba en auge, Emma Swan lidiaba día y noche con la carrera de derecho, tratando de mantener su identidad oculta, sin rodearse de muchos amigos a los que tener que dar explicaciones cuando, sin motivo alguno, echaba a correr en dirección a la llamada de sus obligaciones.
Tardó mucho más de lo que pensaba en poder licenciarse y salir de la facultad como abogada, orgullosa de su logro y algo nerviosa pues debía construir una vida normal, no levantar sospechas sobre ella misma y el secreto que celosamente guardaba.
Esa mañana en particular, tras años de esfuerzo, se sentía ansiosa y algo nerviosa puesto que había conseguido su primer contrato de pruebas en un bufete de abogados, el más importante de la ciudad Gold & Co.
Sabía que entraba como simple becaria y que a sus veintiocho años era cuanto menos humillante ese puesto pero no le importó, trabajar suponía fingir ser normal y era cuanto necesitaba.
El atuendo que había elegido para su gran momento fueron sus eternos vaqueros estrechos, botas altas y desgastadas, según ella porque le daban suerte, una camisa blanca y sencilla escondida debajo de su inseparable chaqueta de cuero roja. Gafas de pasta escondiendo su mirada pues, aunque llevaba antifaz, el azul de sus ojos tan claro y brillante podía delatarla.
Cuando por fin llegó a la entrada del edificio donde iba a iniciar su carrera en la abogacía, ojeó el reloj certificando que llegaba pronto. Tomó aire lentamente, observando la enorme entrada acristalada de ese lugar, cuando alguien chocó con ella por la espalda obligándola a tambalearse, fingiendo que el impacto había sido más que la caricia de un mosquito en ella. Sus ojos se posaron en la espalda de la mujer que pasó apresurada mascullando una disculpa sin dignarse a mirarla. Su aroma a manzana invadió sus sentidos mientras se perdía en el contorno de su figura, perfectamente dibujado por un traje de ejecutiva, sus interminables piernas perfectamente estilizadas por unos zapatos de tacón y sus cabellos perfectos, negros como la noche… sin un solo mechón fuera de lugar…
Una extraña sensación se formó en su estómago cuando su mente voló tantos años atrás, su primera vez como Stargirl y los cabellos negros de aquella muchacha, Regina… Sacudió la cabeza nerviosa, no podía ser la misma persona, sería demasiada casualidad.
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Stargirl
FanfictionAU SwanQueen, ScyFy. Ella llegó delas estrellas una noche tranquila para cambiar el destino de la humanidad, sin saber que unos ojos marrones como el café se convertirían en su única debilidad. Una mezcla loca de swanqueen y DC cómics