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La compuerta de aquella gran ventana se abrió lentamente, dejando que la luz del día entrara en aquella oscura habitación y provocando que todas las mariposas que reposaban en el suelo salieran reboloteando por todos lados.
—Este es un extraño sentimiento... tan puro y con tanto deseo de venganza... ¡totalmente perfecto y único! —la voz de la mujer resonó por todo el lugar. —Siento que hoy por fin... los prodigios serán completamente míos. — extendió su mano para recibir en ella a la mariposa más cercana, y cubriéndola la volvió a un morado oscuro.
Hoy definitivamente nada podía fallar, no con un villano como el que tenía en mente. Esta vez lo lograría. Haría lo que fuera necesario, sin importar el precio, sin importarle nada.
Apretó al insecto contra su pecho, deseando profundamente que su objetivo se cumpliera. Y dejándola libre, esperó pacientemente a que llegara con el joven en agonía.
La mariposa voló por las calles sin ser vista por nadie, y en cuestión de minutos llegó a su destino. El lugar era de lo peor, de los lugares más bajos de todo el país. Pobreza, delincuencia y muerte rondaban a diario por ahí. Papillon nunca había recurrido a ese tipo de emociones, no las creyó necesarias... y por eso hasta hoy no había logrado nada.
Liam era tan solo un joven inocente y con esperanzas, alguien demasiado blando para un ambiente tan destructivo. Nunca había hecho nada malo, no era un delincuente y trataba de mantenerse a él y a su hermano honestamente. Durmiendo en la calle entre cartones, entre basura...
¡Era cierto!, debía dinero a gente peligrosa. Había recibido la golpiza y la humillación de su vida en aquel callejón, pero no se quejó.
Tal vez lo merecía.
Pero aquel hombre había cruzado la línea entre la maldad y la crueldad.
¡Estuvo trabajando tan duro por aquel medicamento!, ¡no era justo!, ¡no había necesidad alguna de quebrarlo y desperdiciarlo frente a sus ojos!... Y mucho menos de reírse por hacerlo. ¿Ahora qué llevaría a casa?, ¡su hermano menor necesitaba eso!
Liam daría lo que fuera por estar en otro lugar, en otra vida, en otra dimensión... cualquier cosa sería mejor que la porquería en la que estaba hundido.
(...)
"París es conocido por ser la ciudad del amor... o al menos así era antes de que aquella famosa villana decidiera atacar cada vez que quería.
Ahora cada vez que alguien mencionaba a la ciudad lo primero en lo que las personas pensaban era en un loco gritando y haciendo rabietas para conseguir los prodigios, aunque al final de día no lograban obtener absolutamente nada.
Hubo una época oscura en la que incluso dos o tres veces al día se veían akumatizados por las calles. Y todo gracias a la villana y a la generosa ayuda de su más fiel seguidor... ¡Colín Bourgeois!
Aunque el chico en realidad fuera el fan número uno del héroe, era costumbre y tradición que al menos cuatro de los cinco akumatizados fueran su culpa.
Él era un chico directo y bastante maquiavélico, no podía negarlo.
Discutió miles de veces con Lordbug en privado. El héroe intentaba convencerlo de que debía cambiar su actitud y el rubio no escuchaba nada por estar en su mundo de fantasía por tener a su ídolo en frente. Nunca se llegó a ningún acuerdo y las cosas continuaron igual que siempre.
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Él No Es Chloe.
FanfictionEs obvio que Colín Bourgueois no es un ejemplo a seguir, en ninguna dimensión existente lo sería... Con excepción tal vez de ésta. ¿Cómo es que el egocéntrico hijo de la alcaldesa terminó en un lugar tan extraño como ese?, ¿por qué todos lo miraban...