Mi visión se encontraba borrosa a causa de las lágrimas, cuando te sientes frágil el mundo puede notarlo y aun así a ti deja de importarte porque el mundo simplemente desaparece y no existe más que todo lo que ya alguna vez viviste.
Sus comentarios coquetos o sarcástico llenaban el silencio de la habitación, no necesitaba esforzarme demasiado para verlo de pie junto al marco de la puerta aguardando mi llegada cuando era yo la que llegaba tarde del trabajo.
Es mi culpa de nuevo que estés llorando mi hermosa margarita, siento tanto no poder estar ahí para consolarte Puedo escucharle decir.
— ¡Jack! —grito a la nada porque sé que no ha sido mas que una burla de mi cerebro hacia mí, Jack, no está aquí.
Sollozo recostándome contra la pared de mi casa, había corrido hasta ella desesperada y así intentar huir de mi dolor, pero ¿cómo sacas de tu sistema a alguien que está instalado dentro? Mi mente es mi mayor tormento, su ausencia me aniquila y mi imaginación me marchita.
— Tu flor está ahora marchita, cariño.
Sabía que él no me escucharía, que no obtendría ninguna respuesta, sin embargo, una parte de mi corazón albergaba la esperanza de que mis palabras se las llevara el viento y las deposite directo en su corazón.
Porque no hay mayor sufrimiento que ver sufrir al amor de tu vida, Clary, espero nunca pases por ello mi delicada y hermosa flor
Esa noche nos había marcado, yo sufría por mis pesadillas, pero era egoísta al nunca pensar en cómo podía sentirse él al verme en ese estado, quizá estaba pagando eso o simplemente la vida estaba llevándose mi cordura. Siempre al llegar a casa sentía que quedaba muy poco para llegar al final de la historia y quizás de lo único que de verdad me arrepentiría era de no haberme despedido, sin embargo, era enfermizo el siquiera pensar en hacerlo, es inconcebible que te despidas de alguien que amas, creo que nada te prepara para ello, pero con forme los días pasaban era cada vez menos probable que, Jackson, saliera de ese estado.
No había dejado de creer en el amor, pero me parecía ilógico pensar que mi vida sería como la de la bella durmiente que con un beso de su amor verdadero había regresado a la vida, que con un simple y estúpido beso toda su suerte había cambiado, los cuentos son eso, cuentos para crear a niños soñadores y adultos expectantes.
Nada era como ese absurdo cuento, Jack, no había sido hechizado, estaba en coma y por más besos sinceros y llenos de amor que yo le diera él no despertaría, probablemente nunca más volvería a escucharle molesto porque había botado su café por el fregadero o como de una cena en casa hacía una cita memorable. Ese era mi prometido, una persona ingeniosa, que odiaba caer en la rutina, que tenía la esperanza de cambiar el mundo, no el mundo en general porque eso era imposible, pero si nuestro mundo juntos, mi mundo era él al igual que yo el suyo y eso era una de sus cosas favoritas, el hacernos temblar y desestructurarnos con nuevas creencias o experiencias. Así era él y aunque dadas las circunstancias era una crueldad hablar de él en forma pasada, la esperanza cada vez se evaporaba un poco más y daba paso a la desesperanza.
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Frágil [1° Trilogía Puntos De Quiebre ]
Roman d'amour[BORRADOR, SIN EDITAR] Cuando la vida te arrebata sin previo aviso la felicidad no puedes más que sentirte «frágil»