Unique; Adagio

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(Aconsejo muchísimo el escuchar las piezas clásicas mencionadas al leer este OS, así como les recomiendo comenzar la lectura con Sonata para Violín n°6 de nuestro maestro Niccolò Paganini).

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Su música llegaba a los rincones más recónditos del lugar. Deleitaba los oídos de cualquiera, sonando tan triste y melancólica como solo él podía plasmarla. Se sentía el desespero en cada una de las notas, tratando de expresar lo que a él le gustaba llamar su agonía.

Sherrinford Hope no era el mejor violinista según la crítica, pero sí lo era a los ojos de mucha gente. Personas que se sentía identificada con su música y desespero.

Para los ojos de John Watson, en específico, la manera en la que aquel sujeto manejaba el violín era simplemente exquisita.

Oh, ¡y sus valores! Si su musica de por sí lo deleitaba, no podía ni expresar lo mucho que le fascinaban los valores que cargaba Sherrinford Hope.

Jamás se había mostrado al público, tocándo de espaldas a la multitud y con los reflectores apagados. Solo una vez se logró saber el motivo de ésto, pero nunca el emisor de dicha explicación.

Aún recordaba John aquella mañana en la que tomó el periódico y plasmado en medio de éste leyó, impresionado, las siguientes palabras:

«¡Ignorante es el que desea verme el rostro! Mas soy como cualquier persona de las miles que ven día a día.

Las notas deben ser apreciadas por sí solas, no a mí que estoy detrás de ellas ¿Por qué habría de importarles mi apariencia, cuando es mi música lo que les ofrezco?»

Temblaba con solo recordar aquel suceso. El día anterior se había anunciado que la próxima edición revelaría al fin el rostro del infame Sherrinford Hope, conseguido por una de sus mejores paparazzis; Molly Hooper. Pero, en cambio, solo aquel mensaje había aparecido. La prensa se disculpó inmediatamente, mencionando que tanto la foto como la información habían desaparecido misteriosamente y Hooper nunca quiso hablar al respecto.

Todo lo que rodeaba a Hope era misterioso; tanto su apariencia como su nombre.
Los periódicos llorarían con tal de desvelar todo lo que le rodeaba, pero jamás lo habían logrado.
De igual manera, eso no les impedía hablar mal de él cuando querían, recelosos del que su enigma fuese tan difícil de descifrar.

«¿Es siquiera Sherrinford Hope su verdadero nombre, o también nos engaña con esto?»

«Su música trata de un sentimiento puro cuando su completa existencia es un engaño»

«¿Por qué considerar a Hope como el futuro Niccolò Paganini, siquiera merece este titulo?»

Esas y más frases decoraban los titulares de cada mañana.
La prensa era amarillista, querían destruir lo que creían que era el poco espíritu del violinista y John los odiaba.

No, los detestaba.

Creía no poder sentir algo tan fuerte como el odio hacia aquella gente. Y era porque John lo sabía, entendía el que Hope no quisiese mostrarse y lo hermoso de su filosofía.

La música era arte, no podía ser considerada de aquel mundo y se veía sucio el que se tocase por manos de un simple mortal. Comprendía totalmente el amor que el violinista sentía por las notas, a tal punto que no se creía merecedor de poder interpretarla. Por eso se había ocultado, por eso detestaba que reclamasen más su rostro que música.

le cygne. 🎻 ||  johnlockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora