Castigo

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2 MESES DESPUÉS


Sí, ya habían transcurrido dos meses desde el nacimiento de sus hijos, dos meses desde que fueran secuestrados, dos largos meses donde no se tenía noticia de los pequeños, dos meses donde ambos padres estaban devastados y sin saber que más podían hacer, sin embargo habían esperado pacientes alguna noticia de la policía y habían tenido que volver a su trabajo aunque así no lo quisieran.
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Shouta entró al departamento esmeralda y tomó asiento en su silla, estaba pálido, y muy callado, aquella sonrisa que lo caracterizaba no estaba allí y todos podían darse cuenta, sólo que no decían nada. Takano lo miró por un segundo antes de llamarlo.

—¡Shouta!, ¡acompañame!

—...Si,— se puso de pie y fue tras Takano, no sabía hacia donde se dirigía.... sólo caminaba y se sorprendió al llegar al departamento de ventas, sus ojos aún estaban llorosos y limpiaba sus lágrimas cada vez que podía. En poco tiempo se vio frente al escritorio de Yokozawa con muchas miradas sobre él y Takano pues no era para menos ya que ellos casi no iban hacia allá.

—Masamune... Kisa, perdón ahora es Yukina ¿cierto?... ¿cómo están tus hijos?— ante la sola mención de los gemelos Shouta soltó más lágrimas incapaz de hablar, Yokozawa no sabía que pasaba y Takano tomó la palabra.

—ellos... están desaparecidos... ¿crees que puedes ayudarlo?—Takano estaba serio e imperturbable como siempre e incluso parecía indiferente ante el hecho

Yokozawa permaneció callado, miró a Shouta un segundo y frunció el seño con enojo, sacó su móvil del bolsillo y marco un número telefónico, al parecer lo sabía de memoria ya que no busco entre sus contactos, Takano y Shouta permanecieron callados mientras Yokozawa hablaba por teléfono

<<necesito un favor...
Se han perdido dos pequeños diamantes del anillo de compromiso... sí, era un zafiro azul con dos diamantes pequeños a cada lado... perfecto... te veré ahí en 30 minutos>>

Al terminar la llamada Yokozawa sudo frío, pues acababa de llegar el editor en jefe de japun y había escuchado toda la plática telefónica, se veía claramente molesto y podía apreciarse que estaba celoso, pues en su cara había una expresión de reproche "¿tu anillo de compromiso? ¿Con quién?"
Claro que tendría que explicarle luego que no era su "anillo de compromiso" y tampoco hablaba de "diamantes", sino que hablaba en clave con la otra parte de la línea, pero por el momento trató de ignorar esa mirada fija sobre él que le ponía demasiado nervioso.

—Shouta, ve a recoger tus cosas, deja tus manuscritos y todo lo que tengas pendiente, te veré en la entrada del edificio en 10 minutos

El azabache obedeció, sin saber muy bien la razón, al parecer el oso no estaba molesto con él pues cuando éste le habló fue demasiado... ¿amable? algo que le pareció extraño pero, no dijo nada y salió del lugar por sus cosas.

—Masamune... ¿hace cuánto que sabes esto?

—... hace... Aproximadamente dos meses, casi cuando paso...

—¡imbécil! ¡Si lo sabías porque no me dijiste nada!, ¡sabes que puedo hacer algo por ellos!, ¡¿porqué esperar tanto tiempo para decirme algo tan importante?!

—¡idiota! ¡No creí que su rescate sería tan tardado!

—¡¡ya pasaron dos meses y yo no sabía nada!! ¡¡Eres un imbécil!!, ¡si fueran tus hijos no lo habrías dudado un segundo!

—¡No tengo hijos y esos niños no son mi responsabilidad!

—¡Shouta es tu subordinado y por tanto tu responsabilidad!, si algo no esta bien con él afecta su trabajo y eso te afecta a ti!, ¡y de paso también a mí!

—¡No tienes hijos, claro que no sabes de lo que estas hablando!

Kirishima abrió los ojos de la impresión tanto como Yokozawa pero éste tardó menos tiempo en reaccionar, ya se dirigía hacia los elevadores con Kirishima y Takano detrás de él, oprimió el botón del elevador y se giró hacia Takano.

—¡Claro que tengo una hija! ¡y si algo le llegara a ocurrir no podría estar tranquilo!.— las puertas se abrieron y Yokozawa entró al elevador, Kirishima entró después de él aún sorprendido y Takano se quedó de piedra al ver la cara seria de su amigo, pues en ella no había rastro alguno de estar bromeando. Yokozawa detuvo las puertas del ascensor antes de que se cerraran por completo para decir algo mas que parecía haber recordado— ¡ah! Por cierto, Shouta no vendrá a trabajar los próximos meses, así podrá recuperar el tiempo que no ha estado con sus hijos, por supuesto que tú autorizaras esto y no le enviaras trabajo a casa, serás TÚ quien haga su trabajo, no podrás encargárselo a nadie más de tu división, si lo haces lo sabré y claro que estos meses que el no venga seguirá recibiendo su paga, como si viniera al trabajo, además, debes decirle que esto lo haces por tu cuenta, como "buen jefe", ¿me has escuchado? ¡Ése va a ser el pago por tu estupidez! Por haber permanecido callado todo este tiempo a sabiendas que sus hijos podían estar con él desde hace tiempo.— Las puertas se cerraron y Takano se quedó ahí parado un momento más sin saber que hacer, el oso estaba realmente molesto con él ya que nunca le había hablado de aquella manera.

Dentro del elevador había un silencio un poco incómodo, Yokozawa estaba rojo y la molestia que tenía Kirishima en un principio se había desvanecido, sabía perfectamente que Yokozawa hablaba de Hiyo cuando dijo que tenía una hija, lo cual le causó una gran felicidad.

—d-deberías haber vuelto a tu trabajo...

—¿cómo podría después de lo que has dicho?

—sólo... ¡vuelve a tu trabajo!

—No, has hecho que me ponga celoso y poco después me has hecho muy feliz, ¿cómo podría dejarte a un lado después de escucharte decir algo tan hermoso?

—...

—¿quieres que te acompañe?

—No es necesario...

—iré de todas formas, ya iba de salida de todos modos, por eso pasaba por ti pero, me parece que iremos a otro lugar, ¿cierto?

—...

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Se encontraban en un restaurante familiar con Kirishima sentado al lado de Yokozawa, Shouta estaba frente a ellos y a su lado estaba... Ichinose Haku, la persona a la que Yokozawa había contactado, Shouta les explicó toda la situación y los tres hombres estaban asombrados. Yokozawa estaba cada vez más molesto con Takano y se lo haría pagar, no pedir ayuda en una situación tan difícil... no se lo perdonaría fácilmente por muy amigos que fueran.

—por favor, no me importa trabajar para usted toda la vida... yo, sólo quiero a mis hijos conmigo— el azabache volvió a llorar y todos sentían tristeza de ver tanto dolor reflejado en sus ojos

—... no vas a pagarme nada... Yokozawa no lo permitiría, además, será otra persona quien lo pagará...— fue lo último que dijo Haku mientras intercambiaba miradas con Yokozawa.

Festejando el cumpleaños de Kisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora