Together we are One~
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Duele.
Ella camina en torno a su habitación mordiéndose los dedos en ese hábito que le es tan común, sin importarle el daño que está causando a su piel blanca, que ya luce los primeros trazos de su osadía.
Duele...
Su maleta está a medio empacar, quizás porque hasta hace un día atrás consideraba usar su carácter rebelde y negarse a la orden de volver a unirse a su anterior escuadrón. Pero ahora no tiene motivo para desobedecer ni razón para quedarse. Sus ojos escocen y ya no sabe si es a causa del atroz desgarro de los incisivos en su piel, o el recuerdo de su voz llamándola como lo que es...
Eres un monstruo Zero Two...
Aún puede oírlo, sonaba tan frío, tan seco, tan... resentido. Lejos de su tono usualmente suave, y casi amoroso con el que cada vez que se dirigía a ella. Había odio, rencor y hasta decepción en esos ojos masculinos que se asemejaban tanto al mar que, finalmente luego de mucho anhelo, días atrás pudo conocer. Todo él siempre tan calmo, tan manso... Sin embargo, no tuvo reparos en remarcar esa verdad que la quemaba por dentro.
No eres humana.
Y aquellas palabras duelen. Duele como nunca imaginó, una sensación sorda, potente que parece taladrar su pecho en una agonía que se extiende por sus tejidos e invade su sangre.
El ruido en la puerta de su habitación la distrae de su actividad y se gira, ansiosa, esperanzada de que él se aparezca para remediar... remediar lo que ya no tiene sentido. Sus ojos arden de decepción y por el movimiento brusco, algunas lágrimas rebeldes resbalan de sus cuencas. Ahí está Nana, nunca la reconoció como autoridad, pero esta vez debe darle crédito de que cumplió rápidamente su pedido.
—Han venido a recogerte —dice secamente.
No la culpa. Su trabajo es cuidar de esos niños que están a su cargo de cualquier dificultad, y ella por supuesto, representa a ciencia cierta el peligro en toda su extensión. El objetivo de enviarla a su anterior escuadrón esconde la decisión de separarla de Hiro. El experimento del doctor no ha dado resultado, y ya no la necesitan aquí.
Asiente a las palabras de la mujer y se limpia las mejillas enojada consigo por su momento de debilidad,
Sin esperar más respuesta Nana agrega —Pediré que vengan a buscar tu equipaje — y se da la vuelta desapareciendo por donde vino.
Zero Two gira sobre sus talones y mientras espera, contempla la habitación que le sirvió de refugio hasta ese momento. Hay marcas de su ira por todos lados, en las paredes, en los muebles donde usó sus uñas como si fueran garras, en el espejo que destrozó con furia pues nunca sirvió para reflejar lo que tanto desea. Ese espejo que atesoró con ilusión cuando Hiro se lo obsequió, y al que luego desechó con rabia cuando la verdad del monstruo que era comenzó a hacerse palpable.
Escucha que irrumpen en la alcoba y allí están los guardias que Nana ha enviado. Cierran la maleta sin mayor ceremonia y uno de ellos le coloca el abrigo. Es gracioso comprender que nadie la quiere en ningún lado por su comportamiento insubordinado, pero el doctor Werner ha cumplido todos y cada uno de sus caprichos desde que descubrió lo necesaria que era para pilotear a los Franxx. Y no va a negar que ella nunca tuvo reparos de usar esa especie de beneficio a su favor.
Soltando un suspiro camina tras sus guardaespaldas y atraviesa gran parte de ese caserón que en ese corto tiempo lo consideró lo más próximo a un hogar. Allí abajo en la sala encuentra al resto de los habitantes que la observan con rabia y desdén. La mayoría aún luce las secuelas de su ultima disputa; esa que trajo como saldo que hoy estuviera fuera del escuadrón 13.

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Together we are One
Short StoryQuiero correr, alcanzarla y decirle... que me perdone... que ella no es un monstruo. Que cumpliremos nuestra promesa y estaremos juntos. DarliFra ZeroxHiro