Sherlock 2 : Las Historias De Amelie.

T2. Episodio 3, parte 3

Rosie no recordaba lo que había pasado. Se despertó, por así decirlo, tirada en el piso de un largo pasillo blanco. Todo era blanco. Tanto que te ardían los ojos. En uno de los extremos se encontraba Amelie, con un vestido a juego con el lugar mientras que en el otro extremo...
-Mamá...- susurró Rosie al borde de las lagrimas. Mary Watson estaba parada alli, vestida de blanco y con su hermosa sonrisa.
-Hola, cariño-La saludó. "Esto es un sueño Rosie. Despertate" Pero ella no podia despertar.
-¡Rosie!- La llamó su hermana por detrás. Sus ojos estaban caídos, no era la misma.
-Hija, acercate. Ven conmigo. Quiero que estemos juntas. Acompañarme...
-Pero es como si yo...
-Si, sin embargo estaríamos juntas. Juntas por siempre.- Rosie avanzó unos pasos hacia su madre.
-¿Qué pasará conmigo?- Preguntó Amelie, con las lágrimas a punto de salir. Rosie se detuvo en seco- Si vos te vas¿yo que voy a hacer?-
Rosie miró a su madre y luego a su hermana.
-Lo siento,mamá. Amelie me necesita- Corrió hacia su hermana, dejando atras a Mary, la cuál sonreía orgullosa.
...

Era imposible que Amelie imaginara a alguien ¿o no? Se había imaginado a un chico que la hacia sentir bien ¡ un chico! Solo había espacio para un hombre en la mente y  corazón de Amelie, y se encontraba en Irlanda.
Luego de darse cuenta de lo estúpido que había sido llorar delante de su padre y Mycroft, se levantó, despacio, dispuesta a ver a su hermana antes de que pase cualquier cosa.
La vio ahi. Dormida, no, no lo estaba. Comenzaba a costarle respirar. Un mareo surgió, se sentó en los pies de la camilla. Esto es muy malo. Estaba volviendo a ver cosas. Intentó dominarlo pero era peor cada vez.Se volvió a mirar a Rosie. Su cuerpo temblaba. No, era Amelie. Su mente se retorcia.
Afuera se oía un violín. Sherlock tocaba una de las canciones mas tristes que conocía. Para la mayoría, es raro descargarse tocando un instrumento en un hospital, pero para Sherlock, eso sería considerado normal.

Padre e hija imaginaban sus vidas si John y Rosie morían. Las lágrimas amenazaban con salir. De repente, las máquinas al redor de Rosie emitieron un pitido. Varios doctores llegaron. Amelie no lo soportó más. Salió corriendo, sin que le importara que la vean llorar.
Se encerró en el baño. Mojó su cara, refregandose los ojos. Levantó su cabeza al espejo y vio su rostro colorado de tanto llorar.  Una voz en si cabeza le decía: "las personas que ocultan sus sentimientos, parecen fuertes y valientes. Sin embrago, son unos cobardes, porque no le enseñan al mundo lo que realmente son. No seas uno de ellos" . Jeremy.
Oyó unos pasos cerca de la puerta. Dos mujeres iban al baño. Rápidamente, se encerró en uno de los cubículos. Lloró allí dentro, ya que nadie la podía ver. Las mujeres se quedaron unos minutos y luego salieron, dejando a Amelie sola con su dolor.
"Nada de esto hubiera pasado si yo me hubise dado cuenta de que era una trampa". Se echó la culpa. Se le heló la sangre. No se movió por unos segundos y luego pensó." Nada de esto hubiera pasado si Mycroft no nos hubiese pedido ayudarlo"
Mecánicamente, destrabó el pestillo. Se secó las lágrimas, y los vio. Frente a los lavabos, se encontraban las personas que amaba: Sherlock, la Sra. Hudson, sus abuelos, Molly y Lestrade.
-¿Qué hacen en el baño de mujeres? ¿Abuela, Abuelo?
-Vinimos a ayudarte- Respondió el Sr. Holmes.
-Hay solo una cosa que podes hacer para sentirte mejor-  Dijo Molly.
-Tenes que vengar a Rosie... Y a John- Aclaró la Sra. Hudson.
- Lleva al culpable a la muerte- Sugirió Lestrade.
-Tenes que matar a Mycroft- Sentenció su abuela.
-Pero ¡Es tu hijo!- Saltó Amelie.
-No importa de quien sea familiar- Dijo Sherlock-, debes matarlo.
- Debes hacerlo. De esa manera, podremos vivir tranquilos- Acotó John entrando al baño con Rosie. Amelie no podía entender como estaba alli, hablándole si estaba siendo operado. Sin embargo, su mente ya no distinguía entre la realidad y la ficción.
-Matalo, Am. Matalo por mí.- Dictó Rosie.
Esa frase dio en el clavo. Los ojos de Amelie se pusieron en blanco. Estaba lista para asesinar a Mycroft Holmes.

Caminó por el largo pasillo, deteniendose sólo para buscar un bisturí lo suficientemente afilado. Distinguió a lo lejos el cuello de su tío e imaginó como le brotaría la sangre si lo cortase.
La escena era propia de una película de terror. Amelie caminaba lento, con un bisturí y con el pelo suelto en su cara y la bata de hospital. Los ojos, eran lo mas tenebroso. Movía la cabeza como si no la pidiera sostener.
Mycroft la veía venir. Se paró frente a él.
-¡VOS MATASTE A ROSIE!- Con el puñal en mano se abalanzó a su tío. Pero no llegó ni siquiera a tocarlo:Sherlock inyectó a su hija un calmante, que la dejó tirada en el piso

Amelie despertó atontada. Su cerebro daba vueltas.
-Despertaste- Era su padre.
-¿Qué fue lo que pasó? ¿Me quedé dormida al lado de Rosie?- Apenas termino la frase, entraron a la habitación Mycroft y un doctor.
-Digamos que trataste de asecinarme- A continunción, explicó lo sucedido- Tranquila. No voy a presentar cargos.
- Entonces ¿Por qué no recuerdo nada?
-Aquí es donde entro yo- Contestó el médico.- Creo, y estoy bastante seguro, de que padeces de un trastorno disociativo, mas específico: Amnesia funcional. Los pacientes sufren, en tu caso,pérdidas de memoria o lagunas. Sucede luego de un evento traumático y son provocados por situaciones de estrés-
-¿Cuál fue esa situación traumática, Amelie? - Preguntó Sherlock, con un tono casi sarcástico.
-No recuerdo ninguna.-
El médico se quedó hablado con los hermanos Holmes, mientras la niña se escabullía por la puerta. Al final del pasillo, como si nada hubiese pasado, se encontraba Rosie. Amelie corrió y ambas se abrazaron.
-Creí que te perdería.
-Nunca te voy a dejar sola, Am.-

Un par de días después, toda la familia fue dada de alta. Cuándo ya se instalaron en Baker Street, John preguntó:
-¿Saben quién fue el culpable?
- Eso no interesa- lo corrió Sherlock-. Ahora quiero saber cuál fue tu situación para tener estres post traumático - John sonrió al oír ese término. Hace mucho que no lo oía.
- No es que no quiera- Comenzó la niña- No puedo. Esa información está bloqueada en mi mente. Solo a veces se abre y las puedo recordar. Yo necesito de...
Su padre no la dejó terminar la frase. Se sacó el cinturón. Los demás miraban asustados. Sherlock golpeó el sillón donde estaba su hija. Esta tembló. Lo hizo por segunda vez. Sus ojos se llenaron de lágrimas, no de dolor, sino de temor. Y una última vez, y Amelie se abrazó las piernas y cubrió su cara con ellas.
Eso fue suficiente.
-¿Quieren saber la verdad? Ahí va:  Viví desde los dos años hasta los cinco con una familia, si es que se le podía llamar familia. Eran suizos, lo sé porque hablaban todo el día en su idioma. Me mantenían encerrada, comía poco, trabajaba para ellos y cuándo hacia algo mal me...-Señaló al cinturón- No te molestes en buscar cicatrices, esas ya sanaron. -Comenzó a llorar. Si, en frente de ellos- Esa también es la razón por la que mi acento no es muy bueno. Aprendí a hablar, leer y escribir por mi cuenta. Además, los dueños del orfanato son colombianos y tienen el típico acento de alguien que no habla ingles.
- Ellos te...-John no supo como explicarse.
-No. Esperaban a que sea "sexualmente atractiva"- dijo estas palabras y soltó un llanto como el que jamás había soltado. Sherlock fue el primero en abrazarla.

-Recuerdo cuando ataqué a mi tío. Eso es lo único.
-Bueno, vamos mejorando- Dijo lo psicoanalista.A Amelie no le gustaba, pero era parte de su tratamiento.- Ahora, para terminar quiero que respondas esto Amelie:¿Cuándo amas a tu padre?
- Muchísimo. Hasta el infinito.- Sherlock, que se encontraba allí, salió de su mundo en el momento que ella pronunció eso.
-Muy bien. ¿Y tu, Sherlock? ¿Cuánto quieres a tu hija?
-¿Es necesario?
- Para algo sirven estas visitas padre e hija. - El hombre soltó un bufido.
- La quiero como a los criminales- La psicoanalista palideció muy asustada. Era la primera vez que oía a alguien decir semejante aberración- : Sin ellos no podría vivir...
Amelie abrazó a Sherlock tan fuerte que casi se caen del sillón.