Ilusion.

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Soltó un gruñido de rabia cuando se percató de que su cajetilla de cigarros se había terminado hace tan sólo unas horas, cosa que le hizo tener que levantarse de su cama para salir a comprar un par más de aquel vicio.

–“A la próxima debería fijarme en ello más temprano, va a ser una agonía encontrar aunque sea una tienda abierta a estas horas”. -Pensó mientras cerraba la puerta principal de su casa y se disponía a buscar la dichosa tienda tan sólo con dos billetes de dos mil a mano, dinero que se ganaba en su escuela.

– Son las tres y media pasadas... -Dijo en voz baja para después soltar un suspiro que hizo salir humo de su boca debido al frío abrumador que se hacía presente a dichas horas de la madrugada.
Park tenía un problema con el cigarrillo desde que contaba con doce años puesto que decía que este mismo "le ayudaba a alivianar el estrés" pero él mismo sabía que eran patrañas y que sólo empeoraba su salud.

Por unos instantes pensó que lo mejor sería volver a casa ya que estaba todo demasiado desolado y su barrio era ciertamente peligroso, pero este pensamiento cambió al ver una tienda a punto de ser cerrada.

– ¡Espere, no cierre todavía! -Gritó acelerando su paso más sin embargo al llegar a la supuesta tienda no había rastro, era sólo un muro sin causa. Frunció el ceño algo disgustado por la situación. Juró haber visto a un chico de cabellos negros que estaba decidido a cerrar el local.

– “Debe ser por el sueño que me cargo” -Se repetía mentalmente estas palabras para no terminar enloqueciendo por lo que había visto. Recordó que una cuadra más adelante había un pequeño local (que realmente era un tomadero* y cigarrería) el cual permanecía abierto las veinticuatro horas y decidido empezó a caminar hacia dicho establecimiento.

– Hola, ¿Me podría vender dos cajetillas de cigarrillos y una cerveza Póker*? –Le dijo al chico sin siquiera haberlo visto todavía, puesto que tenía puesta su capucha y tenía la cabeza gacha mientras sacaba el dinero.

– Aquí tiene -Escuchó decir al muchacho y se vio obligado a levantar la mirada para encontrarse con el chico que minutos antes juró ver cerrando el local. ¿Acaso contaba con poderes para ver el futuro y apenas se hacían presentes? Rió por dicho pensamiento e ignorando la tremenda coincidencia pagó lo indicado, tomó sus cosas y se quedó viendo al mencionado chico unos instantes.

– Disculpe, sé que esto es realmente atrevido por mi parte pero quisiera saber si nos conocemos de algún lugar -Esbozó una pequeña sonrisa y guardó los cigarros al interior de uno de los bolsillos de su chaqueta ignorando también el hecho de que podía sentir las penetrantes miradas de los viejos que se encontraban en el lugar, sentía perfectamente como le clavaban la mirada y le desnudaban con esta misma. Simplemente asqueroso.

– No lo creo, recordaría tu nombre a la perfección, ¿y tu nombre es...? -El misterioso muchacho pelinegro le devolvió la sonrisa a JiMin y así se percató de que tenía hoyuelos, tan lindo.

– Mi nombre es Park JiMin y recientemente cumplí mis dieciocho años -Replicó JiMin con un aire de superioridad pese a que se notaba a leguas que el tipo que tenía en frente era mayor que él.

– Me llamo Kim NamJoon y cuento con 28 años. Es un gusto -Dijo mientras se disponía a buscar las llaves y JiMin de inmediato supo que  iba a cerrar el local, pero, ¿no se suponía que debía permanecer abierto las veinticuatro horas...?.

– El gusto es mío. Bueno, ya debería marcharme así que probablemente nos veamos mañana. -Dichas estas palabras se dio la vuelta y se despidió del tal NamJoon mientras se encaminaba hasta la salida.

Una vez llegó a su casa sintió su celular vibrar dentro de su bolsillo y por alguna extraña razón creía que sería aquel chico de tez sutilmente morena, pero no, era su tía diciéndole que dentro de dos semanas llegaría a casa de su viaje, sin embargo él sabía que tardaría más que eso así que sencillamente respondió un “Está bien tía, nos veremos en dos semanas.” apagó del todo su celular y sacó uno de los cigarrillos pertenecientes a la cajetilla para así encenderlo con el mechero que tenía dentro de la mesita de noche.

– Supongo que todo es una gran Coincidencia, si, es eso. -Dijo para seguido soltar el humo retenido en sus pulmones formando una "O" casi perfecta. Sonrió y salió de su habitación yendo a por un trozo de papel para abrir de una vez su cerveza (Si amigos, es posible).

– Ah...es envase retornable. -Dijo luego de haber doblado aquel papel lo suficiente como para tirar lejos la tapa de la cerveza.- Eso quiere decir que si debo ir mañana a la tienda de nuevo... -Tomó la cerveza y caminó de nuevo hasta su habitación pero al ir a mitad de camino sintió que alguien tocó su hombro, provocando que volteara a ver. Nada; no había nada detrás de él.

–Ni siquiera he bebido y ya ando viendo cosas. -Rodó los ojos y corrió hasta su habitación echando pestillo a la puerta. Parecía que le había hecho mucha gracia lo que ocurrió en el pasillo pero siendo honestos estaba aterrado.

–Debo calmarme. Así no consigo nada. -Se dijo a sí mismo cuando notó que sus manos temblaban y que las cenizas del cigarrillo estaban haciendo un desastre completo en el suelo. Pasados un par de minutos se dirigió a su pequeño balcón y comenzó a pasar ese líquido amargo de la cerveza ignorando que esa sombra negra lo miraba fijamente desde la casa de su vecino de en frente.

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¡Hey! Esta es la segunda vez que hago un fic ;; (esta vez planeo intentar ser más activa al respecto) así que por favor tengan piedad y los consejos que sean con mucho respeto, ¡Gracias por leer!.

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⏰ Última actualización: Jun 24, 2018 ⏰

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