capítulo 1:

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Aclaración ::skip beat no me pertenece si no a únicamente a nakamura-sensei y está historia es en un universo alternativo(ya que sólo unas cosas tendrán que ver con el manga)

Capítulo 1:

POV KYOKO:

8:35 de la mañana. ¡Por dios voy a llegar tarde otra vez! Sería la tercera vez en la semana, pero no era mi culpa; hacía todo lo que podía para llegar a tiempo, pero sinceramente no podía.

-Vamos Kuon se nos hace tarde -le dije a mi pequeño.

-¿No vene tía kanea, mami? -Me preguntó con su dulce vocecita.

-No bebé, tía kanea está trabajando, vamos. -Le expliqué mientras guardaba sus pertenencias en su pequeña mochila.

Salimos rápidamente del departamento y fuimos a la parada del autobús. Para mi suerte no tardó demasiado. Bajamos en la estación correspondiente y fuimos a paso rápido hasta el jardín maternal. Visualicé el reloj y eran las nueve de la mañana. ¡Genial!, a esta hora tendría que estar en la oficina.

-Hola kyoko,hola kuon-Nos saludo Amaya, su maestra.

-Hola amaya, te lo dejo, lo paso a buscar a las cinco y media -le dije a su maestra.

- Adiós cielo luego paso por ti, pórtate bien, te quiero mucho -me agaché a su altura y me despedí dejándole un beso en el tope de su cabeza.

-Yo tamben te tero mamita -respondió moviendo sus manitas entrando al jardín maternal.

Odiaba dejarlo solito con tan solo casi tres años, pero no tenia con quien dejarlo. Con la única que podía contar era con kanea, quien esta semana estaba haciendo una suplencia a la mañana y le era imposible traer a Kuon al jardín de niños, era por eso que me volvía pulpo tratando de hacer todas las cosas yo sola. Lo único que temía era que me despidieran de mi empleo, pero nada era más importante que mi hijo.

Fui hasta la parada del metro, otra vez. Por suerte nuevamente no tardó mucho. Prácticamente corrí las calles para llegar a la oficina. Una vez que estuve dentro del edificio ni siquiera esperé el ascensor, fui por las escaleras para hacer más rápido. Llegué a mi lugar de trabajo totalmente cansada y agitada por correr tanto. Miré mi reloj y ya eran las nueve y media. Seguí caminando sin mirar y me choqué con algo duro. Cuando subí la cabeza para ver que me lleve por delante vi esos ojos fríos que me miraban con el ceño fruncido.

(Hoy no era mi día de suerte)-pense

-mogomi-san-habló mi jefe con voz dura.

- Hoy es el tercer día que llegas tarde. Tuve que atender las llamadas yo. ¿Te parece correcto? Te pago para que hagas ese trabajo y lo tengo que realizar yo. Sabes que no me va a temblar la voz para despedirte, si todavía sigues aquí es porque eres una de las mejorcitas secretarias que tengo. Pero tengo un límite y tú ya lo estas pasando -me regañó mirándome fijamente con esos ojos inexpresivos.

- Solo pásame las llamadas de urgencia, hoy tengo una reunión importante y no quiero que nadie interrumpa.

-Muy bien Señor tsugara-san-le respondí con la cabeza gacha.

-Cuida tu puesto de trabajo Mogami-san,que sea la última vez que llegas tarde. Sabes que odio la impuntualidad -agregó metiéndose a su oficina.

Rápidamente me puse en mi lugar y comencé a fijarme la agenda de mi jefe. Para realizar este trabajo tenía que tener muchísima paciencia. Ren tsugara (mi ermitaño jefe) era conocido como el demonio tsugara.

Lo describían malhumorado, frío, calculador, gruñón y arrogante. Sinceramente es así como era. No le importaba si tenías algún problema o lo que sea, siempre tenías que estar dispuesta a lo que sea que necesite, a la hora que sea y cómo sea. Tenía muchas diferencias con él, pero no le podía decir ni una sola palabra, gracias a él le estaba dando un futuro prometedor a mi hijo.

mi ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora