Capítulo Único

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Y allí estaba ella, contemplando la foto de aquel famoso artista en su ordenador, acariciando la pantalla mientras suspiraba.

—Adrien...— decía melancólica, pensando en que jamás tendrá la oportunidad de conocer a su gran ídolo, más que eso, su Crush.

Porque ella se había enamorado, aun sabiendo que él quizás ni la notara, a pesar de seguirlo en todas sus redes sociales.

¿Cuántas chicas están en su día a día como famoso, como para percatarse de la presencia de una en particular? Las probabilidades eran nulas.

Bajaba en la publicación, gracias al mouse.

"El gran cantante Adrien Agreste dará un concierto el día de mañana en la hermosísima ciudad de París"

Se contuvo para no gritar de emoción, hasta que se acordó de un detalle más que importante: ella no podía ir.

No es que no quisiera, pero sabía que un concierto como ese, de un joven famoso, no sería nada barato.

Sus ánimos cayeron, haciéndole dar click en la x superior de la pantalla para cerrar la página, sin terminar de leerla por completo.

Bajó a la cocina, donde sus padres la miraron preocupados al verla tan alicaída.

—¿Estás bien, Marinette?— preguntó maternalmente la mujer.

—Sí...— dijo abriendo la heladera y sacando de esta un cartón de leche.

—¿Estás segura? No te ves muy bien— continuó la madre, esta vez acercándose a su hija.

Ella suspiró —No es nada importante, solo es cosa mía— caminó hasta la mesa y vertió la leche en un vaso.

Tomó unas galletas y subió a su habitación, para comenzar a merendar.

Los señores solo se miraron angustiados, pero no le iban a insistir si no estaba segura.

Bajó sus comestibles sobre su escritorio y se echó en la silla, recostándose contra el respaldo de la misma, antes de comenzar a degustar.

Un pitido llamó su atención. Era su celular.

Lo tomó y revisó, encontrándose con un mensaje de su mejor amiga, Alya.

Marinette, toma tu trasero y deja lo que sea que estés haciendo. Ven para el parque AHORA. No preguntes para qué, es una sorpresa.

Marinette miró extrañada, frunciendo el ceño.

Aun así, obedeció.

Bajó las escaleras casi volando, apenas avisando a sus padres que saldría, sin darles tiempo de responder.

Solo se achicaron de hombros ante la actitud de la Dupain.

•••

Alya estaba sentada en una de las bancas, mientras miraba algo en su celular.

La azabache se acercó hasta ella, silenciosamente.

—Hola Alya— tomó asiento a su lado.

—¡Marinette!— exclamó bajando su aparato celular. —¿Sabes quién viene a París?— preguntó arqueando una ceja. Sabía que ella era también una gran admiradora, al igual que ella, a diferencia de que no sabía que la ojiazul estaba enamorada de él.

Nunca se lo había dicho, consideraba algo patético enamorarse de alguien a quien ni has visto personalmente.

Marinette bajó la cabeza, asintiendo.

♪Listen to your music♪ [AU- Adrinette] (ONESHOT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora