Capítulo 12 Después de la calma...

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Hace calor...

Son las 4 a.m y aun así hace calor. Hoy es el día, dentro de poco saldremos a campo abierto, partiremos con destino al "Fuerte Díaz-32", situado al suroeste de Hoziron a 10 kilómetros de Stone Know.

Según los libros de historia hace algunos años, durante la última guerra entre Hoziron y Growlion un pequeño batallón de soldados hozironianos quedaron atrapados en un pequeño pueblo en ruinas dentro de territorio enemigo, en ese entonces el ejército hozironiano estaba en plena retirada, nadie mandaría refuerzos, pasaron más de 3 días en combate activo, durante ese tiempo no durmieron y casi no comieron, siendo atacados desde todos los flancos fueron cayendo uno a uno hasta que solo un joven soldado raso quedo en pie, por así decirlo, se le dio la oportunidad de rendirse pero este se negó, puso resistencia y termino malherido, un caballero al mando de las fuerzas growlianas que protagonizaron el ataque sintió lastima por él muchacho y le perdonó la vida, le aplicaron los primeros auxilios y lo llevaron hasta la frontera de Carmely.

El ejército de Growlion dividió sus fuerzas creyendo que las fuerzas hozironianas se preparaban para una contraofensiva, pero solo se trataba de un pequeño grupo de soldados rezagados que tuvieron la desgracia de ser avistados por el enemigo, irónicamente gracias a ellos muchos soldados hozironianos en medio de la distracción lograron reagruparse con el ejército principal y regresar a territorio aliado. Y por si se lo preguntan, si, Díaz era el soldado que sobrevivió y pertenecía al trigésimo segundo (32) batallón de infantería, de ahí el nombre.

Puedo escuchar a una multitud de personas a las fueras de la academia, eso no es común a estas horas de la mañana, la mayoría deben ser parientes que vienen a despedirse de mis camaradas, no es para menos, estaremos fuera por un largo tiempo, el Fuerte Díaz-32 es uno de los puestos militares más seguros de Hoziron, está a unos escasos kilómetros de la frontera Oeste de Stone Know, desde allí puede apreciarse el escudo de energía que envuelve todo el territorio de los Guardianes, no puedo esperar a verlo con mis propios ojos.

Estamos en formación, en pelotones alienados de 5 columnas y 10 filas, haciendo un total de 50 cadetes por pelotón separados a unos 10 pasos de distancia de los demás.

Para nuestra fortuna el Sargento Colhen está a nuestro mando, montado sobre su caballo espera la señal para avanzar.

En estos momentos estamos equipados con armas de fuego real, rifles de cerrojo para ser más exactos, sin municiones obviamente, estos armatostes están más que viejos, deben ser de la primera guerra entre Growlion y Hoziron, para empezar la madera de las armas esta decolorada, a algunos les faltan algunas partes como... ¡El gatillo!

¡Dios! El rifle de Mason está unido con cinta adhesiva, ¡Cinta adhesiva! Soy consciente de que debemos dar la impresión de estar listos para ir a la guerra cuando sea necesario, y que debemos simular las situaciones que se dan en el frente de batalla, pero esto es ridículo, el arma de Mason le estallara en las manos ni bien intente disparar, si nos emboscan camino al Fuerte Díaz se acabó.

También tenemos las mochilas de campaña de color blanco a nuestras espaldas, grandes y pesadas, mi escuadra (Raúl Cortez, Mason Kitamori, Kit Ledezma y yo) se dividió las cosas que llevaríamos al campamento con anticipación, Raúl y Mason llevan partes de la tienda de campaña en sus mochilas, Kit y yo llevamos las bolsas de dormir de todo nuestro grupo, eso sí, cada quien lleva sus botellas de agua y su ración seca, no se quien invento la comida enlatada, pero sea quien sea, se encuentre donde se encuentre tiene mi gratitud, sopa instantánea, guisantes y galletitas de agua para 3 semanas, además de las 3 comidas diarias que el ejército nos debe proporcionar de las carretas de suministros que nos acompañaran en todo este viaje, no voy a mentirles, estoy emocionado.

El Lamento de los HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora