Regreso.

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Te extrañé. Te extrañé como un náufrago a la civilización y al igual poco a poco te olvidé.

Pero volviste. Aunque no eras tú, cierto: era tu cuerpo y tu sonrisa... pero le faltaba esa esencia que tanto añoraba. Tan solo bastó ver el envase para recordar toda una vida que se fue por la alcantarilla y ahora volvía para ahogarse en el mar de mis emociones. Pero solo me viste y seguiste tu camino.

Tal vez si hubieras visto el terremoto dentro de mí te hubieras quedado. Pero soy lo suficientemente terca para esconderme en mi coraza y tú lo suficientemente ciego para no ver mi dolor.

La noche también se enamora || DISPONIBLE EN AMAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora