Amor no correspondido

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Una gota de sudor comenzaba a bajar del rostro de Henry, gota que salió disparada a un rostro ajeno al suyo que ni la sintió con la prisa que tenía de alcanzar a nuestro pobre protagonista de cabellera naranja.
—¿Cómo me metí en esta completa locura?
Comenzó Henry mientras corría desesperado por la acera con un montón de gente tras suyo tratando de alcanzar la increíble velocidad de un Henry que bien podría ser confundida con flash.
—Solo déjenme sintonizarnos en la misma estación — comenzó para después poner música de persecusión a su propia persecución como si fuera un mal chiste — bien, ahora sí — sonrió orgulloso prosiguiendo — Aún no me creo que acepte pedir un deseo a ese desgraciado animal verde posible alimento de tiburones... ¿Cómo se les llama? ¿Tortugas ninja? ¿¡Que!? Cómo que solo "¿tortugas?" Todo este tiempo debí haber parecido un completo idiota... — continuaba en la persecusión su relato — bueno, resultó ser que llegó volando y me ofreció amor de mi público... ¡Pero, caray! ¡Yo no hablaba de esto!
Dijo justo cuando una tanga cayó en su rostro y el no pudo evitar ponerse colorado.
—Ellos, literalmente, me aman... Y no creo que estos interiores te hagan dudar de mi credibilidad solo porque soy un intento de comediante.
Dijo, y entre su distracción no noto que lo habían alcanzado, entre un suspiro pesado de inmediato se le lanzaron encima dejándolo sin muchos suspiros o mejor dicho sin respirar.
Se quitaron de encima para después tirarle piropos, besitos, chiflidos y te puedo jurar que te quedas sordo con el grito que pego al cielo, muy claro por el audio.
—¡Ya basta! ¡Yo no soy nada de eso! ¡Déjenme solo! ¡Pensé que odiaban a los comediantes!
—¡Te amamos! ¡No puedes sacarnos de tu mente así nomás!
Parecía que estaba alrededor de muchas chicas bonitas, pero por prevenir siempre me iba con la fea, aunque mis amigos le dijeran "gargolita"
Pero ahora ni para chuchas escojer.
Dije suspirando pesado aún en el suelo.
—tssss... Ojalá esa cosa regrese todo como lo era antes...
Susurro sin notar que gente nueva se unía a la persecución que se repitió, pero no creo que durará mucho tiempo, pues ya eran bastantes...
—Estoy frito — Henry dijo completamente resignado ante una multitud que si no lo amaba se lo comería vivo. Qué curiosa, poética y rara ironía.
Suerte para el próximo show, si es que lo hay, Henry.

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