You Could Be Mine KookV

Peggy Sue's

Nací cuando él me besó, Morí el día que me abandonó, y viví el tiempo que me amó...

Tal vez iniciar nuestra historia con esta frase sea... muy dramático, pero así fue lo nuestro, dramático, oscuro y doloroso, una tragedia parecida a la de Troya. Donde él era el caballo y yo, yo era la ciudad.

Oh bueno, pero de nada vale hablarles de nuestro final, si no les cuento nuestro pasado...

Había regresado a casa de mi padre, aquella enorme casa, en la que mi madre jugaba conmigo durante horas empujándome en el columpio del gran manzano y el monstruo del ático se encargaba de mantenerme lejos de las obras de arte de papá.

Cuando papá fue por mí al aeropuerto, no lo encontré con un cartel de bienvenida, una única llamada de celular y me dirigí al ala este del aeropuerto la expresión en su rostro denotaba nerviosismo y felicidad a partes iguales, había pasado solo unos meses desde que nos vimos. Durante años él tuvo que viajar hasta casa de mamá para que nos pudiéramos ver, ella siempre tuvo esa extraña paranoia de que si me dejaba dar un paso más allá de aquella casa con papá, él me raptaría y jamás volvería a verme, Tal vez fue la culpa de lo que ella hizo, pero yo nunca discutí contra sus decisiones.

Quisiera decir que regrese a este lugar por qué extrañaba pasar tiempo con papá o porque quería recordar mi infancia, en realidad lo que me trajo aquí fue aquella gran discusión con mamá, ella me había dado a elegir entre ir a la escuela militar o visitar a la única figura masculina de autoridad que había en mi vida.

Desde mi perspectiva ella simplemente exageró la situación, aunque encontrar aquel montón de basura fotográfica que me tome con Jaebum mientras teníamos relaciones en su casa y el escándalo que se armó en la preparatoria, porqué el imbécil perdió su celular en los vestidores y al día siguiente nuestras fotos y videos circulaban por toda la preparatoria es algo medio serio, (para ella, claro). No era para tanto, casi sentí su pie en mi trasero, cuando me dijo que necesitaba tiempo para reflexionar.

Respecto a la situación en la que me vi involucrado pues, fui el hazme reír. Pero gracias a mi personalidad, me pavoneaba por el lugar, me había acostado con el capitán del equipo de fútbol y yo era el chico más popular, el que había salido con las chicas más guapas, el de los mejores promedios, el de las mejores fiestas. Siempre supe que a la gente le gusta hablar, que si pagaba por mis trabajos y daba dinero a los profesores en los exámenes, que si me follaba a media escuela, a la gente le gustaba hablar así que les di más de que hablar, mi bi-curiosidad despertó más revuelo e interés del que yo esperaba. Llegue a ser parte de esa gente, así que sabía lo que tenía que hacer para ponerles un alto.

Logre averiguar quién había encontrado el iPhone de Jae, hasta quienes le ayudaron a regar las fotos y subir los vídeos a Facebook, con unos cuantos coqueteos lo conseguí.

La venganza es un plato frío, y el mío fue tan helado que les cause hipotermia a 4 chicos y una chica, literalmente.

- ¿Cómo estuvo el viaje?- Papá pasó su brazo por mi hombro y me dio unos cuantos golpecitos. Nunca fue una persona muy cariñosa, en eso nos parecíamos. Apreciamos demasiado el espacio personal.

-Bien, no pueden pasar tantas cosas malas en un viaje de una hora, dormí la mayor parte del tiempo- me encogí de hombros y ajuste mi mochila a mi hombro. Ambos sonreímos y comenzamos a salir del aeropuerto.

-El auto esta por aquí- caminamos entre el estacionamiento hasta que llegamos a su auto, lo recordaba ese auto, un Grand Marquis color dorado brillante, de pronto recordé el gran cariño que el hombre a mi lado le profesaba a este vehículo. De pequeño solía tenerle una gran envidia, desde que le pedí a mi padre un juguete en el supermercado mientras fuimos a comparar refacciones para el Marquis y él me dijo "Tienes que ganártelo" y al siguiente día me puso a trabajar haciéndole mandados a los vecinos. Mi coraje contra el auto empezó, así que cuando pasaba con la bicicleta, y pateaba el salpicadero del auto y huía esperando que no me vieran cometer mi fechoría.