Soldiers - Eric/Divergente

Capitulo XXIX: La Traidora

Tris descansaba en la habitación. No sé que era lo que había pasado en Erudición ni las cosas que Jeanine le habría hecho. Tampoco quería preguntarle, prefería darle su espacio.

Marcus Eaton había venido con el grupo de Abnegados que se había ocultado en uno de los refugios de abandonados. Discutió con Evelyn muchísimo antes de aceptar que ella se quedara en su antigua casa.

Eric y yo decidimos tomar una casa para nosotros solos, y la mayoría comenzó a hacer lo mismo también. El área de casas de Abnegación estaba muy dividido entre osados leales y abandonados, era notoria todavía la diferencia que había entre ambos equipos.

Me quito la remera con mucho esfuerzo y me recuesto en la cama. Había sido un día muy agotador, pero luego de tantas horas de planes ya habíamos establecido cómo lidiar con Erudición. Por la mañana, el primer grupo irá para incendiar todo a su paso. No pregunten por que eso parece coherente.

Otro grupo, partirá unos minutos más tarde para encargarse de todos los guardias que tenga Erudición, el tercer grupo entrará por la parte de atrás y comenzaría desde el piso de arriba a buscar a Jeanine. El cuarto grupo tendría que comenzar a reunir a todos los eruditos sobrevivientes en un solo lugar para que sean vigilados y luego sean sometidos a un juicio.

No me gustaría formar parte de ningún grupo. No quería matar ni encerrar eruditos, ¿Un día haciendo investigaciones en tu facción y al otro siendo asesinada por haber tenido ese resultado en la prueba? Los abandonados habían hecho que los osados pensaran a los eruditos como divergentes, como un error, como una aberración. Evelyn sí que era inteligente.

-¿Cansada?- pregunta Eric. Yo asiento y el se acuesta a mi lado. Las sábanas de color gris se arrugan ante su peso, el se pone de costado para observarme a mi y me toma de la cintura. Con su mano hace que me acerque más a él y me besa repentinamente, dejándome sin aire.

-Tal vez no tanto como imaginé- le respondo en el oido. Eric ríe y me apreta con más fuerza hacia el haciendo que nuestros cuerpos quedarán totalmente pegados. Se quita la remera en un rápido movimiento y se pone encima de mi. Nuestros labios de vuelven a encontrar, busca en ellos jugar con mi lengua y lo consigue. Su lengua es tibia y se mueve demasiado rápido y demasiado bien. Me hace sentir una inexperta.

Comienzo a acariciar el abdomen marcado de Eric y finalmente llego hacía su erección notoria. Con desesperación comienzo a bajar sus pantalones negros y el me ayuda con una de sus manos. Sigue besándome.

En cuanto se queda sin pantalón, me toma de los tobillos levantando mis piernas y me quita de un tirón mi pantalón y también mis bragas.

La oscuridad hace que tenga confianza, y que eso no me haga avergonzarme para nada. Eric acaricia mi abdomen y llega hacia mi intimidad. En cuanto sus dedos comienzan a acariciarla, mi espalda se arquea y suelto un pequeño gemido. Eso al parecer motiva a Eric, quien introduce sin aviso dos dedos y los mueve rápidamente dentro de mi.

Sus movimientos hacían que yo me arqueara de placer y abriera aún más las piernas para poder disfrutarlo al máximo. Él seguía de rodillas sobre la cama y con su mano libre sostenía una de mis piernas desde los tobillos todavía.

Cuando se cansa, me toma bruscamente y sin aviso me penetra. No siento ni una pizca de dolor por su trabajo anterior, sino que enseguida siento alivio, y un inmenso placer con cada estocada que da Eric dentro de mi. El había levantado mis caderas con ambas manos para que así quedáramos al mismo nivel.

Sus manos comienzan a lastimar mi piel de su agarre tan fuerte, presentía que iban a quedar marcadas pero el placer que me generaba con sus embestidas ahora cada vez menos rítmicas pero más fuertes me impedían hablar. Lo único que hacía era pedirle por más y gemir su nombre.