♠♥♠♥♠♥♠♥BokuAka♥♠♥♠♥♠♥♠
—¡Akaasheee! —llamó Bokuto abriendo la puerta de la clase del mencionado.Los estudiantes que estaban en la clase le miraron raro.
—Si está buscando a Akaashi Keiji, no está aquí. Está enfermo en su casa —dijo uno de ellos.
—En...¿¡Enfermo!? —exclamó.El capitán salió corriendo. Una vez llegado a la azotea se dispuso a llamar al peli-negro, pero la campana le interrumpió indicando el regreso a clase.
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—Abran el libro por la página 45 —dijo el profesor—. Ren, empiece a leer por favor.El estudiante hizo lo que pidió el profesor. Todo iba bien hasta que llegó el turno de Bokuto.
—Bokuto, siga leyendo por favor —dijo el maestro—. ¡Bokuto!
—¿Ah? ¿Qué? ¿Akaashi? —soltó de repente.La clase entera empezó a reir y el profesor suspiró.
—Bokuto, quédese después de clases un momento.
El final de clase llegó inesperadamente rápido.
Bokuto al ver que ya se fueron todos y que el profesor aún no venía, intentó enviarle un mensaje a Akaashi. Cuando estaba a punto de darle a "enviar" se percató de que el sensei estaba justo detrás de él.—Con que Akaashi otra vez, ¿eh? —dijo éste —. Dime, ¿quién es ese tal Akaashi?
—S-solo es un a-amigo, me han dicho que está enfermo —repondió.El profesor procedió a sentarse y limpiarse las gafas.
—Últimamente has estado demasiado distraído en clase, y por lo que me has contado... Deduzco que te acabas de enterar hoy. ¿Cuál es la razón Bokuto? ¿Me lo podrías decir? —preguntó poniéndose las gafas.
El mencionado dudó por un momento. Realmente, él tampoco sabía la razón por la que estaba así.
—Si le soy sincero del todo, no tengo ni idea. Estos días no he parado de pensar en Akaashi. Creo que también estoy enfermo, cuando pasa por mi mente, me quedo absorto en mis pensamientos.
Cuando le escucho decir "Bokuto-san", mi corazón se acelera. La verdad es que me gustaría que me llamase por mi nombre y no por mi apellido...
—Ya, hasta allí —interrumpió el profesor he echándose a reír.
—P-pero esto es serio sensei —replicó Bokuto.
—Vale, vale... Ahh, la adolescencia... Bueno, tu ya te vas a graduar este año, pero bueno.
—¡E-eso también! Cuando pienso que no voy a pode ver a Akaashi todos los días y que no podré volver a jugar al volleyball con él... C-cada vez que pienso eso... Es como si me doliera el pecho.El profesor sonrió y no dijo nada más.
—Puedes irte.
Bokuto sonrió y salió de la clase. Al encender el móvil, vio que tenía un mensaje.
«Se ha cancelado el entrenamiento. »
Feliz, fue corriendo hacia la casa del armador.
Llamó a la puerta emocionado.
«Por fin podré verle.»
—¿Ein?
Llamó de nuevo, pero nadie respondió.
«¿Y si se ha caído? ¿Y si se ha desmayado mientras iba al baño?»
Atemorizado ante esta idea, intentó forzar el pomo de la puerta (sin obtener resultados :V).
Luego, recordó que la madre del azabache le había entregado una copia de las llaves de su casa.
Abrió la puerta y entró. La volvió a cerrar y se dirigió hacia la habitación del vicecapitán.
Al pasar por delante de la cocina vio a Akaashi con una escoba en la mano, en posición de ataque.—¿B-Bokuto...san? —preguntó antes de desmayarse.
—¡Akaasheee! —Bokuto fue corriendo hacia él y le cogió antes de que se golpeara contra el piso.
Lo cargó al estilo nupcial y lo llevó a su habitación, para después dejarlo en la cama y arroparle.
Suspiró, se llevó un gran susto.—Akaashi... Si supieras lo mucho que me duele el corazón al verte en este estado... —susurró Bokuto como si quisiera que le escuchara en sueños—. ¿Sabes? Siempre que te miro, veo a alguien que está dispuesto a todo, a esforzarse. El hecho de que luces tan bien cuando haces cualquier cosa... ¿Por qué mi corazón no para de latir así de rápido? Me dan ganas de abrazarte y no dejarte ir.
—Sabe que... Se acaba de declarar, ¿verdad? —dijo el menor despertándose.
—¿A-Akaasheee? ¡D-despertáste! —saltó el mayor de alegría.
—Bokuto-san... —llamó el que llacía en la cama—. Acérquese... Tengo que decirte una cosa muy importante. No tengo... Fuerzas para... Hablar más alto...Bokuto le hizo caso y se acercó a él.
—Un poco más... —dijo el azabache.
Cuando Bokuto estaba lo suficientemente cerca, Akaashi le agarró de la chaqueta y le susurró el "me gustas" mas seductivo que se puede hacer cuando uno se encuentra enfermo.
—¡A-Akaashi! ¡Déjame besarte ahora mismo! —gritó emocionado.
—Bokuto-san, no. Si lo hace, se contagiará y– ?!?Bokuto no esperó para que le soltara más excusas. Para ser el primer beso de los dos, fue bastante salvaje. ¡Cortesía de Bokuto-san!
—¡B-Bokuto-san! —dijo Akaashi separándose, pero el peli-gris de raíces negras colocó su mano detrás de la cabeza de Akaashi para atraerlo de nuevo.
Se escuchó el sonido de unas llaves y el azabache se alarmó. Intentó empujarlo, pero no tenía la fuerza suficiente.
Bokuto lo notó y le dejó ir.—Keiji, ya estoy en casa.
—B-buenas tardes Akaashi-san —saludó intentando disimular lo ocurrido.
—Oh, buenas tardes. Me alegro de que hayas venido a visitarle —sonrió agradecida —. Si tenéis hambre, he traído un pastel, está abajo en la cocina. Por cierto, ¿qué hace la escoba allí? Da igual, vuelvo mañana por la noche, Bokuto-kun, ¿te podrías quedar y encargarte de él hasta que vuelva?
—¡Sí! —exclamó radiante de contento.La madre se fue y Bokuto miró a Akaashi de nuevo.
—Keiji~
—Koutarou-san, ni se le ocurra.¡Yay! ¡¡¡Mi pareja favorita!!! ♥
Viva los búhos~
~Lunnie