Capítulo 8

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De repente, Aitana se dió cuenta de que debería que prestar atención a lo que los muñecos decían. Y así lo hizo.

-Así que.. Cambiaremos la sustancia. No cambiarán las cantidades , pero puede ser que sus cuerpos reaccionen de otra manera -dijo Mery con una sonrisa sádica

Los muñecos desaparecieron como si de aire estuvieran hechos y las luces volvieron a apagarse.

Algunos sintieron el terror de ser infectados correr por sus venas, mientras que otros directamente sentían ese terror vuelto realidad.

Bruce, nuestro protagonista, sintió el líquido quemando por dentro de su cuerpo. Sin embargo, sabía que no debería gritar o mostrar que era infectado, ya que los muñecos castigarían a aquel que lo hiciera.

De repente, un grito agudo inundó la sala.

-Quema! Quema mucho!-gritó Aime

Nadie más gritó, ya que sabían lo que Marshall había pactado con ellos sobre el Exterminio.

Su hermana Aixa intentó callarla con lágrimas empañando sus ojos imaginando lo que podría ocurrirle a su hermana si no lo hacía.

Las luces se encendieron.

Los muñecos aparecieron y se llevaron a Aime.

Su hermana, con el dolor a flor de piel, veía como su gemela y la persona que siempre la había acompañado era llevada lentamente a la muerte.

Ese sufrimiento inhumano de ver morir a lo unico que tenía aquí que le recordara su familia, pronto fue convirtiendose en ira y odio.

Pero, aún estaba escondido. Se dedicó a dormir durante 2 días, para así  de alguna manera pensar que era un sueño y que su hermana volvería viva, sana y salva.

Sin embargo, cuando despertó las cosas no mejoraron. Los demás estaban sentados en circulo alrededor de una pulsera de Aime.  Aixa les arrebató esa posesión de su hermana, que desde ahora sería su único bien material que la mantuviera en su mente.

Ella se sentó en un rincón abrazando sus rodillas imaginando que aquel mundo ya no existía, y que sólo subsitía aquél espacio entre sus piernas y su cara.

Sin embargo, la poca cordura que podría quedarle, le decía que el mundo seguía existiendo y que su hermana ya no formaba parte de él, pero ella si.

Se levantó de repente y se limpió las lágrimas.

Miró a los demás en busca de apoyo emocional, sin embargo, sólo Bruce vino a abrazarla.

Aixa se sintió protegida en brazos de Bruce, y cuando él la soltó volvió a sentirse vacía. Como si de alguna manera su cabeza le dijera que Bruce la completaba.

De repente, vió como su "otra mitad" veía a Aitana llorar, seguramente por la pérdida de su amiga, y corría a abrazarla.

Allí, sintió una energía espectral que le ordenaba deshacerse de todo lo que podría interponerse entre la persona que la completaba y ella.

Quería matar a Aitana sin escrúpulo alguno,  y así lo haría sin pensarselo dos veces.

Nadie.. Nadie podría interponerse entre Bruce y ella.. Y el que lo intentara, no volvería a hacer otra cosa..

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