Capítulo 26

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Tsuna pestaño varias veces, mirando a Sara golpear suavemente una pared. Estaba llegando a pensar que quizás la cucaracha tenía problemas de visión, porque francamente esto que estaba presenciando le recordaba a esas escenas en la televisión en donde las palomas chocaban en contra de los vidrios... lo peor del caso era que Sara no estaba chocando contra un vidrio como dichas palomas, ni siquiera como algunos insectos que al parecer no sabían que era el vidrio... Los ojos de Tsuna se agrandaron y su postura cambio, como si lo hubieran cacheteado...


Y justamente así se sentía Tsuna: cacheteado mágicamente ante lo que simplemente había sucedido en frente de él. Luego, su expresión se volvió casi amarga, y antes de saberlo había entrado en su Hyper Dying Will Mode, un puño envuelto en llamas listo para perforar la pobre (o quizás no tan pobre) pared. ¿Qué era lo que había pasado?, algo bastante simple y común si conocías a Reborn o algún mafioso bueno en el arte del espionaje. Una puerta pequeña, del tamaño perfecto para un bebé, se abrió y una cómoda silla y escritorio salieron, junto con una tasa de café recién hecho mágicamente si el vapor que salía de la tasa era un indicativo.


Ya sea porque quería ser seguida o simplemente quería escapar de la repentina ira del humano, Sara desapareció por el pasadizo secreto. Tsuna se contuvo justo a tiempo para no golpear la pared, hacer un desastre, o quejarse, debería de estar acostumbrado, pero sinceramente... ¡jamás espero esto en los vestidores de las niñas!, bueno, al menos no fue en alguno de los baños, aunque ahora ni se sorprendería... pero no iba a ir a ver a menos que fuera necesario. Una cosa era que te atraparan en los vestidores de las niñas en horas de clase, cuando no hay nadie, otra cosa muy diferente era que te atraparan en alguno de los baños de las niñas (sin importar la hora). Aunque tomando en consideración que Reborn era una persona con mucho poder, ego, y narcisismo, y obviamente era un "lindo" bebé para todas las comunidades a menos que se disfrazara, el mejor asesino a sueldo del mundo no tendría ninguna consecuencia más grave que un pequeño regaño de dos líneas si lo llegaban a atrapar alguna vez, y eso solo sucedería cuando el infierno se congelara...


Un repentino click lo saco de sus pensamientos, justo a tiempo para ver una puerta abrirse... Internamente el Décimo Vongola agradeció que todo esto estaba oculto por ropa, porque si no sería altamente sospechoso... más de lo que era de por sí. Vio a Sara salir de la otra puerta y entrar a la nueva, y sin pensarlo dos veces la siguió. Una vez que estaba adentro, la puerta se cerró y todo comenzó a moverse... hacia abajo. Un ascensor, tenía bastante sentido, aunque en verdad había sospechado más puertas ocultas...


- Vaya... - No fue un "vaya" de sorpresa, era un "vaya" de indiferencia junto con "¿por qué no me sorprende?"


El lugar podría ser ultra moderno, con tecnología de avanzada y muchísimas cosas más que lo hacían ver futurista para cualquier persona normal... pero era un desastre. Parecía que había venido un huracán a hacer una visita, seguido de una bomba nuclear y luego una estampida de Rinocerontes. Okey no, estaba exagerando, había unos cuantos cráteres, cosas tiradas y un poco de basura por todo el lugar, como si hubiera habido alguna clase de reunión con personas o muy volátiles o muy locas, cualquiera podría ser por todo lo que sabía y francamente eso no era lo que le importaba...


Lo que en verdad le importaba a Tsuna era la primera impresión que todo esto le daba: en ese lugar hubo una reunión con Reborn y probablemente todos los guardianes (menos el) y quizás otros más que no sabía, y el presentimiento de que la reunión había sido para hablar de él no estaba ayudando, sino echándole gasolina a la fogata en llamas. Iba a quemar algo, aparte de su frente por obvias razones, luego de revisar todo esto... pero primero...

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