El olor a alcohol inundaba tus fosas nasales, el sonido fuerte el cual hacia mover a las personas cual títeres se escuchaba en cada uno de los rincones de aquél bar, las luces neón ambientaban el lugar de forma traviesa y provocativa a los más jóvenes cosa que no te dejó atrás; El equipo había salido a tomarse unos tragos y parecía que surtía efecto hasta ese momento, Si bien tu sostenías tu figura como la más madura del grupo junto con Tim quien se había ido a atender una llamada, a los otros simplemente se les habían pasado los tragos, a unos más que a otros.
Dick bailaba con su reluciente novia, Starfire; Las risas entre ellos dos resonaban por la pista de baile al igual que sus movimientos, sin más mencionar que Starfire destacaba simplemente por ser ella. Bruce se mantenía en la barra bebiendo algunas bebidas exóticas que el lugar proporcionaba, aún sabiendo que este había rechazado múltiples veces la oferta de pasar un rato en aquél bar de quinta este aceptó; Quizás por simple cortesía, aunque te alegraba que este haya aceptado ante tal exuberante pedido. Damian no había podido ir ya que era menor de edad, así que se había quedado en casa con su gato Alfred, cosa que posiblemente le hubiera gustado más que acompañarlos en ese maloliente bar; Era lindo, pero solo habías aceptado por una sola razón. Y no, no eran los tragos gratis que Dick había ofertado, era una razón más.. peculiar.
Estoy olvidando algo. Pensaste.
— Hey linda. - Una figura masculina se acercó rudamente hacia tu espacio personal, frunciste el ceño y entrecerraste los ojos intentando divisar quién era esa persona tan molesta entre las luces color rosa neón cerca de tu persona, el ambiente solo podía ser reconocido por estas luces y unas cuantas más de distintos colores; Soltaste un suspiro fastidioso cuanto supiste de quién se trataba.
— Jason. - Le miraste por encima del hombro como este tomaba su vaso con tequila y lo posicionaba en sus rosados labios, frunciste más el ceño y dirigiste tu mirada hacia la puerta en aquella figura tan deseosa. Tim seguía hablando con la persona desconocida en el celular mientras daba pequeños giros entre si mismo para calmar la impaciencia, su tan perfecto cuerpo se giró unos grados más hasta poder observarlo mejor; Su cara mostraba nada más que serenidad y eso era lo que te gustaba de él, su rostro apacible y sereno que ocultan sentimientos desconocidos hacia todo lo demás. Le miraste fijamente y suspiraste vacía de satisfacción. Su rostro se atrajo al tuyo como un imán, sus ojos te miraban curioso y con cierto sentimiento de duda a tu persona, una sonrisa cálida fue lo que este te regaló y se lo devolviste más provocativamente haciéndolo reaccionar de forma torpe hacia sus llamados detrás del teléfono. Soltaste una pequeña risa.
— Tim, ¿Huh? - Tu ceño se frunció de nuevo y giraste tu cabeza hacia la figura que lo había provocado, su persona se mantenía cerca de ti y personalmente lo encontrabas molesto, pero sabías como era inútil discutir con Jason sobre aquellos temas; No pudiste hacer más que suspirar frustrada. — Tim, ¿Qué? - Mencionaste molesta hacia el anti-héroe, giró su cabeza hacia ti y te miró con una sonrisa ladina, sus brazos se sostenían en los colchones de los asientos detrás y sus pies se colocaron en la pesa en donde tenía mis bebidas, sus cejas subieron y bajaron burlonamente. — Te gusta. - No reaccionaste ante aquellas palabras, tu mirada se dirigió hacia aquella figura la cuál habías compartido fantasías pasionales; Un simple "gustar" no bastaba para describir la sensación que este te provocaba cuando te regalaba una mirada.
El mencionado se mantenía con el celular en su oído, pequeñas acciones en su figura te daba a entender que la llamada estaba por terminar; Cosa que te relajaba, pues querías hablarle solamente a él por el resto de lo que quedaba de la velada. Él había sido la razón que te condujo a ese mismo lugar. — Tiene mucha suerte. - Tu mirada fija se vio interrumpida, una mano había agarrado tu mentón y jalado tu rostro hacia la figura molesta de Jason, sus rostros se encontraban en repentino acercamiento mientras que pudiste divisar a Tim entrando al bar con una mirada indescriptible a tu persona. Justo antes de que sus labios pudieran siquiera rozarse, usaste tus poderes para alejar al borracho Jason Todd de tu persona; Te pusiste de pie y le miraste con repentino odio, este te siguió mirando de aquella forma ladina que te tenía harta. Te giraste en tu posición para ver a Tim, quién había desaparecido de allí dando un pequeño portazo a la puerta del bar.
Suspiraste aún más irritada y te encaminaste a la casa del mencionado, donde supiste que lo encontrarías.
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Tocaste no una, si no 6 veces durante esos minutos que te parecían eternos.
— Tim, sé que estás ahí. - Mencionaste con irritación, eran las pasadas 1 de la mañana de la madrugada y no habías llevado los atuendos apropiados para estar en la calle con un frío invernal. — ¿Por favor? - Te resignaste y utilizaste aquella palabra sobre valorada que al parecer a Drake le encantaba utilizar.
— Wow, en serio debe ser algo grave para que utilices esa palabra. - La puerte se abrió dejandote ver a un Timothy sin camisa y con un short holgado que supusiste que era su vestimenta de dormir. Tus ojos se desviaron lentamente por el abdomen de este hasta llegar al pequeño triángulo que señalaba una parte más prohibida hacia tus ojos. — ¿Quieres pasar? - Aquella pregunta te sacó de tus pensamientos obscenos a lo que asentiste rápidamente esperando que no te haya visto recorrer todos sus atributos en su cara.
Te adentraste de la casa que parecía estar oscura totalmente lo cuál se te hizo raro, quisiste girarte para verlo a aquellos ojos que te gustaban tanto, pero no te dejó. Sentiste sus manos en tus hombros, haciéndote sobresaltar ligeramente y poniéndote continuamente nerviosa. — ¿Lo besaste? - Sentiste su cuerpo acercarse hacia el tuyo, rozándose el uno al otro, mordiste tus labios intentando no provocar algún sonido obsceno o que interrumpiera aquél momento que habías estado esperando y como pudiste negaste con la cabeza ligeramente. — Responde. - Sus manos bajaban por tu figura lentamente, como una dolorosa tortura que te nublaba todos tus sentidos; Tu corazón latía progresivamente más rápido y con cierta ansiedad en cada latido, sus manos viajaban traviesamente por tu atuendo apretado. Sentiste como algo te cortaba la respiración cuando pequeños suspiros de parte de Drake llegaron a tu cuello desnudo provocándote escalofríos. — Dílo - Objetó contra tu oído, sacándote un ligero "No" por tu parte sonando más como un pequeño gemido; Su cuerpo se retiró de su tacto con el tuyo, dejándote tiempo para pensar más claramente lo que estaba pasando en ese momento, la luz de la cocina se encendió dándote a entender que fueras allí.
Suspiraste nerviosa para adentrarte más hacia la boca del lobo.
— ¿Quieres una taza de café? - Su voz te hizo fruncir el ceño ligeramente. ¿Va a hacer como si nada pasó?, pensaste confusa. Diste un pequeño No en respuesta, te seguías recuperando de las sensaciones que solo pasaron unos momentos; Apretaste tus piernas en un falso intento de satisfacer aquellas necesidades de tacto en tu persona. — ¿Por que has venido? - Su cuerpo se giró hacia el tuyo y te regaló una pequeña sonrisa, sentiste como las sensaciones que habías querido callar despertaban de nuevo a atormentarte abruptamente, desviaste la mirada ligeramente y te acercaste al sillón de allí; Te sentaste cuidadosa y tranquilamente, intentando mantener la compostura mientras este te observaba expectante.
— Saliste de la nada cuando tenía la intención de conversar contigo, me preocupaste. - Le miraste serenamente mientras su cuerpo se acercaba al tuyo genuinamente; No era estúpido, sabía completamente que estabas a sus pies — No te veías tan disponible como para conversar. - Su voz enronquecida llenó tus oídos, tu cejo se frunció en duda ante tal comentario. — ¿Por qué te importa tanto si me besa Jason o no? - El espacio entre ustedes dos fue rudamente cortado por un beso lleno de deseo y necesidad, tus manos inmediatamente se adhirieron a su cuello en un intento de mantenerlo aún más, sus manos bajaban y subían por tu figura en busca de mantener el mayor contacto posible entre ustedes; No sabías cuando se había acercado tanto a tu persona, pero no querías alejarlo de ti, aquél fogoso beso te nublaba cualquier pizca de razón en tus sentidos. No te importara que te desnudara en ese mismo instante. — Por que eres mía. - Suspiró en tus labios una vez que se tuvieron que separar de aquél beso por falta de aire, sentiste un creciente deseo de besarlo de nuevo y más intensamente; No te contuviste, como respuesta le entregaste un beso lleno de todos los sentimientos ocultos que le mantenías, deseo, necesidad, ambición.
