Prólogo:Cabello castaño oscuro y largo; ondulado como si hubiese pasado varias horas en el salón de belleza intentando darle un brillo natural que la hiciera verse a la altura de un evento como aquel.
Portaba un vestido rojo que se ajustaba perfectamente a las curvas de su cuerpo y hacía resaltar su pálida piel. Yuzuru no pudo evitar preguntarse si su marido había tocado y besado esa piel de la misma forma que había adorado la suya hacía ya algunos años atrás.
Llevaba un pinta labios rojo que llamaba la atención de muchos por la brillante sonrisa; un poco arrogante le pareció al chico, pero jamás admitiría eso.
Yuzuru era demasiado buena persona como para permitirse pensar algo así de alguien, incluso si se trataba de la mujer que se colgaba del brazo de su marido y les sonreía a todos los socios tomando el lugar que por derecho le pertenecía.
Evgenia la hermana de Patrick Chan, abogado de lo familiar que pertenecía al buffet de abogados "Fernández y asociados", reprimió un mordaz comentario que ansiaba salir de sus labios, ya que no era ni el lugar ni la forma en la que alguien de su clase reaccionaria ante lo que estaba más que claro sucedía entre esos dos.
Javier no le había visto aún y algo le decía que no importaba que tan bien se viera en ese traje negro que hacía que su piel reluciera bajo las luces de la fiesta, su marido solo tenía ojos para esa mujer esa noche.
–Esto es un ultraje, ve ahí mismo y quita a es... –Evgenia tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no decir algo peor de la misteriosa mujer –Quita a esa mujer de tu lugar Yuzu, tu eres quien merece estar ahí. No sé qué le ve Javier, pero ya me las pagará, solo espera a que...
Pero el pelinegro ya no prestaba atención a las palabras de su amiga.
Javier ya había pronunciado el discurso que cada año daba a todos sus clientes y socios, y que Yuzuru había preparado para él algunas semanas atrás, justo para que su marido le dijera de forma poco amable que pensaba que aquello era una basura.
Sin embargo, después de haber escuchado a Javier decirlo con esa oratoria de la que hacía uso cada vez que tenía que litigar en un juicio, y escuchar a todos los invitados murmurar halagos y elogios hacia su persona, un pequeño rayo de felicidad le hacía sentir tranquilo.
Sentía que su marido aún le necesitaba, aunque él mismo no quisiera admitirlo.
Por lo menos eso fue lo que sintió hasta que le divisó nuevamente en medio de la sala tomando a aquella mujer por la cintura y tras susurrarle algo al oído, ella rió de manera inocente, Javier la atrajo hacia él y la besó.
La besó como hacía meses no se besaban ellos.
Era un beso limpio, nada del ámbito sexual como Evgenia había insinuado cuando los vio juntos y Yuzuru no pudo evitar preguntarse si es que Javier había prometido a esa deslumbrante mujer lo mismo que le prometió a él hace tres años atrás. Si es que así había sido, esperaba que por lo menos ella si fuese lo suficientemente digna para que Javier le bajase la luna y las estrellas.
Un pequeño grito de sorpresa e indignación salió de la chica que estaba al lado de Yuzuru, ganándose algunas miradas curiosas que de inmediato siguieron la mirada de Evgenia y luego regresaron al pelinegro y le vieron con pena.
Apenas un momento después y los cuchicheos de todos los invitados hicieron a la feliz pareja separarse.
Las lágrimas se acumulaban en los ojos del pelinegro, y por más que estas se esforzaran en salir y demostrar cuan herido y dolido se sentía, se negaba a romper a llorar. No podía hacer eso. Yuzuru se había esforzado por parecer siempre amable y comprensivo, por dar una buena imagen de su marido y de sí mismo.
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To the stars who listen
Fantasy¿Qué pasaría si aquellos deseos que provienen de nuestra parte más oscura, un día se hicieran realidad? ¿Te gustaría tu nueva realidad o te arrepentirías porque todo cambió? Dedicada a Anny, mi beta. Quien se desveló conmigo aunque cada quien esta...