SANGRE DE MI SANGRE [Crisis Matrimonial] Nian

Capítulo 9.-Boda, sorpresa y amor Parte I

Yo, yo no puedo perdonarte lo que me hiciste Ian y sinceramente no sé si algún día pueda hacerlo. Estoy demasiado herida... —El pelinegro la miró desolado, no sabía qué más hacer para poder recuperar su amor. —Solo quiero que sepas que esta es tu casa y no tienes por qué marcharte. El hecho de que tú y yo ya no estemos más juntos no significa que no podamos convivir como una familia por el bien de nuestros hijos. Ellos te necesitan a su lado, especialmente Nian y Sam. —Ian asintió. —Natalie se casa la próxima semana y comenzará a formar su familia. Ella también nos necesitará pero de distinta manera.

—Está bien, lo entiendo. —Dijo mostrando en su mirada cierta resignación y tristeza. —Ya no sé de qué manera pedirte perdón. Yo acepto mi error aunque no recuerde muy bien cómo sucedieron las cosas. Nina yo te amo y eso nunca va a cambiar. No pienso dejarte a ti, a mis hijos. Estoy de acuerdo en que aunque no estemos más juntos, convivamos como una familia por nuestros por ellos.

—Me alegra que lo tomes de esa manera. Mañana mismo puedes regresar a nuestra habitación no quiero que nuestra pequeña hija siga pensando que estamos peleados.

—De acuerdo. Mañana regresaré a nuestra habitación. —Dijo Ian con una sonrisa.

—Solo quiero que te quede claro que no habrá nada más entre nosotros que un trato cordial por nuestros hijos y compartiremos la cama solamente para dormir. —Dijo la morena firme en su decisión.

—Y yo lo acepto. —Dijo el pelinegro con resignación en su mirada.

1 SEMANA DESPUÉS

POV'S NINA

Siete días habían pasado desde que Ian regresó a dormir a nuestra recamara, todo iba bien, nos tratábamos cordialmente frente a nuestros hijos. Pero una vez llegada la noche todo era distinto. Ian intentaba constantes acercamientos que yo bajo ningún motivo permitía, por má que tratara de olvidar lo sucedió me era imposible hacerlo. Por las noches los recuerdos se colaban durante mis sueños, solo me atormentaban. Además seguía furiosa con Ian por no despedir a Emily de la constructora.

Ya jamás viviría en paz al saber que él se iba a trabajar, por la sola presencia de esa mujer me hacía desconfiar de Ian todos los días.

Pero hoy era un gran día, nuestra Natalie finalmente se casaba y aunque por un lado me encontraba feliz por ella por el otro me embargaba la tristeza de saber que ya no viviría con nosotros, mi primogénita ya era toda una mujer y pronto formaría su propia familia.

—¿No te parezco que luzco muy sencilla? —Me cuestionó Natalie mirándose al espejo detallando su sencillo vestido de seda color blanco.