Capítulo 2: Profecias... ¿Verdaderas?

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Se acurruca en el suelo mientras que miraba el fuego, aunque seguía teniendo mucho frio, estaba temblando y abrazaba sus rodillas mientras que tarareaba una canción de cuna que su madre le cantaba al dormir, pensar que no la veía desde los 5 años o mejor dicho desde hace casi 1 año.

Ella quería volver, pero no podia, no después de los problemas que le causó a su madre y a su padrastro quien en realidad es uno de los mejores amigos de su madre y que había aceptado darle un apellido para ayudarlas, el mismo que hacia lo mejor para mantenerlas a salvó, el mismo que la protegia de las pesadillas, el único al que puede llamar papá o padre ya que sabe que su verdadero padre no ha hecho nada para cuidarla y lo más seguro es que ni siquiera le importará su existencia... Por lo general los problemas que le causaba a sus padres eran por los monstruos que la perseguían, decidió huir cuando casi matan a su hermana menor de 1 año.

Abre los ojos con sorpresa, cada noche buscaba entre todas las auras del mundo a aquellas 3 que conocía a la perfección, la de sus padres y su hermana pero no estaban, no estaban en ninguna parte del mundo, entró en pánico al pensar que ya hubieran llegado a los Elisios, pero después nego, ella hubiera sentido su muerte.

Pero después sintió terror al pensar en las posibilidades también hubieran sido que no lo noto porque estaba pérdida en sus pensamientos, las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos de un extraño color verde platino.

Quisiera volver, pero se ha alejado mucho de Italia, en estos momentos esta en España, rueda los ojos mientras que apoya la cabeza en sus piernas para después soltar un sollozo silencioso.

¿Estas bien?

Levanta la cabeza y ve a una mujer de cabellos negros y rizados quien mira sorprendida sus ojos que en estos momentos eran de diferentes colores no reconocibles para el ojo humano, hasta los dioses se sorprenderían al ver como los ojos verde platinados pasaron a ser un arcoiris de colores que iban girando.

¿Quien eres tu?

La niña la miro mientras que los ojos se iban aclarando, trago saliva al recordar que solo conoció a una persona que puede ver auras y esta estaba encerrada en el Tartaro... No puede ser que esta niña también...

La niña pelinegra sonrió mientras que giraba la cabeza y sus ojos volvían a su color de nacimiento, ese verde plateado que ha sido el color mas normal hasta esos momentos que Nemesis –Diosa del castigo, venganza y justicia– había visto en los ojos de la niña

Lo sono Alessandra Di Lucca, tu eres la diosa Nemesis... ¿Cierto?

Vuelve a abrir los ojos para después sonreír por haber soñado con el día que conoció a Nemesis, aunque igual esta algo confundida ya que parecía todo ser tan antiguo el ambiente comparado con el de sus otros recuerdos, parecía que hubieran cambiado de época repentinamente.

Se levanta de su cama mientras que de dirige lentamente al armario de su habitación temporal en la cabaña general del campamento, aun no sabían quien era su padre y este podría reclamarla como su hija en cualquier momento, por lo que la mayoría de curiosos campistas estaban atentos de que símbolo aparecería sobre su cabeza indicando quienes son los hermanos de esa chica pero hasta el momento ningún símbolo aparece.

Alessandra sonríe para después bostezar, tiene que cambiarse de ropa para después ir al comedor y asegurarse de que Nico coma algo, si logra hacer que coma un poco de pan con mantequilla cumpliría su misión de hacer que Nico tome desayunó, saco su uniforme de cazeria negro aunque ahora que lo pensaba siempre lo usaba igual no pueden culparla, era cómodo y tenia muchos lugares para guardar sus armas.

La Profecía del Tiempo [Percico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora