"La dulceria misteriosa"

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Era un día reluciente y fresco en la ciudad de Nueva Saltadilla, una joven de unos 17 años, de cabello largo color como naranja zanahoria, atado a una coleta con un gran moño rosa y ojos rosas (inusuales para la gente común), iba de de camino a casa. Llevaba su uniforme de preparatoria: falda tableada color blanco, blusa blanca, arriba llevaba puesto un suéter negro en el costado el escudo de la preparatoria, calcetas blancas y zapatos negros con un poco de tacón.

Las clases habían terminado y esta joven amante de las golosinas, pastelillos y toda clase de comida dulce o picante, iba rumbo a su casa pero se desvió para comprar algunos ingredientes para hacer unos ricos y deliciosos pastelillo. Para su sorpresa la dulcería a donde siempre iba estaba cerrada, así que decidió retirarse con la cabeza agachada.

—Jum! Que mal que este cerrada la dulcería, y yo que tenía ganas de unos dulcecitos— Dijo tristemente.

Cuando se dispuso a retirarse, al voltear, extrañamente, había otra dulcería.

— ¿Qué raro? Nunca había visto esta dulcería y eso que siempre paso por estos rumbos— Dijo con un signo de interrogación en la cabeza.

Segundos después entro a la dulcería, era misteriosa y con muy poco color, la peli- naranja estaba un poco asustada, pues todo estaba callado y en algunos estantes se podían ver polvos extraños.

Estaba tan distraída recorriendo el lugar con los ojos que no se dio cuenta que una viejita con aspectos de bruja la estaba mirando fijamente.

— ¿Qué se te ofrece querida?— Dijo la vieja con una voz escalofriante.

Momoko sintió un escalofrió horrible que le recorría todo el cuerpo. Lentamente volteo a ver al mostrador, subió la mirada y para su sorpresa vio una vieja con un mandil, cabellos grises y un cutis arrugado por los años.

— ¡Ahh!— soltó Momoko de golpe.

—Disculpa querida, vi que estabas entretenida que no te quise molestar— dijo la vieja con una media sonrisa.

—Perdóneme, no quiero ser metiche ni nada pero estaba de camino a casa y quise pasar a la dulcería de enfrente, pero estaba cerrada y volteé y vi esta "dulcería"— Dijo y quiso reir nerviosamente.

— ¿Y qué buscabas?— pregunto la vieja con un tono que "parecía" dulce.

—Pues… como se supone esta es una dulcería, quisiera unos pastelillos de moras, fresa y chocolate. — dijo Momoko muy animadamente. "Se supone porque parece una tienda de hechizos" pensó Momoko para sí.

Pronto la vieja saco los pastelillos que pedía Momoko. 2 pastelillos de cada sabor, en total tenía 6 pastelillos; Momoko se saboreaba los pastelillos pero recordaba que no todos eran para ella; 2 para ella, 2 para Miyako y 2 para Kaoru.

— ¡Ah! Y también necesito un poco de harina, fresas, dulces de chocolate chicos y chocolate para pastel— dijo Momoko poniendo sus manos en el mostrador.

La vieja salió con todo lo que le había dicho la oji-rosa, pero traía unas botellas chicas en las manos.

— ¿Eh?, disculpe, no encargue esas botellas— dijo Momoko con un signo de interrogación pues no sabía porque traía esas extrañas botellas.

—Son un regalo querida Momoko, así te llamas ¿no?; estas botellas son de regalo cuando prepares tus pastelillos vacía los frasquitos, pero como es mucho liquido solo vacía 3 gotas en 6 pastelillos. Recuerda: fíjate en el color y en donde los vaciaste o si no…— dijo la vieja y se quedo pensando un momento.

Mientras tanto Momoko se quedo sorprendida pues ¡Había adivinado su nombre! Las dos personas (Momoko y la bruja) estaban en total silencio.

— ¿Cómo es que…?— dijo Momoko acabando de romper el silencio.

—Querida Momoko solo toma tus cosas y recuerda lo que te dije— dijo con una sonrisa medio creepy— ¡Ah! Y ten esta receta te quedaran exquisitos y vas a HECHIZAR a las personas que lo coman, claro por su dulce sabor— Finalizo la vieja.

Momoko se fue a su casa extrañada por lo que le dio la vieja.

¿Dulce amor o dulce hechizo? [Blossick]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora