Thirsty [KookV]

CAPITULO 1

Primavera de 1998, Busan

Prov Taehyung

Hilos de sangre recorrían aparentemente su rostro, mientras aquella mascara lo cubría totalmente impidiéndome ver un posible semblante inexistente

—¡Mamá, despierta por favor!—

Se hallaba frente a mi, inmóvil y con una ausencia total de pulso donde son ojos estaban dilatados, su piel un tono grisáceo y por los venas de su corazón la sangre no corría más, en cambio era drenaba por una herida a un costado de su pecho...

...

—Shhh, este será nuestro secreto— una voz monótona y grave salió de aquel hombre sin rostro

...

—N-no, ¿a-aque te refieres?— los sollozos se hacien presentes

...

—¿Q-qué le pasó a mi mami?...—

Vacío...consumido por el silencio he inundado por el terror

No podía ver nada, el aire era escaso, tan pesado como los días de invierno donde la respiración es escasa, y los pulmones se limitan al poco oxígeno existente en una bocanada...pero estando en medio del calor como si de un llano desierto se tratase...

Me levante de golpe de mi cama con la respiración agitada y mi cuerpo cubierto por una fina capa de sudor que recorría desde mis pies hasta mi cabeza, había tenido esa pesadilla nuevamente. Me perseguía constantemente, aquellas extrañas imágenes de un hombre con una singular mascara cubierta por tinta carmesí inundaban mi cabeza

Nada tenía sentido, simplemente no tenía sentido alguno para mi, ¿por qué abría de tener ese tipo de pesadillas?; mi madre había muerto en un accidente de auto cuando yo tan solo tenía 3 años según lo que me había contado mi tía

A pesar de que supiera que aquello no era real causaba un inmenso miedo que revolvía mis entrañas desde que tengo memoria...

—¡Taehyung, baja a desayunar!—

Me tomó unos instantes estabilizar mi respiración tanto como mis sentidos, salí de mi habitación a paso rápido y tomar paso a la cocina donde mi tía estaría preparando el desayuno para después dirigirme a mis clases en el instituto

—Buenos días, tía—

—Hasta que al fin bajas— un suspiro se escapó de sus labios

—Lo siento, tía es que...pasó de nuevo—

—¿Esa pesadilla otra vez?— su semblante cambio a uno de angustia

—Si...— baje mi cabeza mientras caminaba a pasos lentos hasta una de las sillas

—Ay Tae tendré que llevarte de nuevo con el psicólogo—

—¡No!— me apresuré a contestar, odiaba tener que ira a esas citas, ellos no hacen más que tratarte como un loco y recetarte pastillas para "estabilizar", que te dejan más fuera de tus sentidos que lo normal