Yo recién salía de la universidad graduada como enfermera, con honores, creo que había nacido para ser capaz de sobresalir de mis demás compañeros sin hacer esfuerzo alguno, créanme lo probé. Conseguí rápidamente un buen trabajo, ubicado en el centro de la ciudad y sobre todo cerca de mi departamento porque odio que tenga que madrugar más de lo debido por llegar a tiempo.
En ese tiempo, me dedicaba completamente a mi trabajo y hacer buenos amigos en el servicio de cardiología ya sean doctores, residentes, internas, enfermeras, técnicas, etc.
Pero siempre en mis ratos libres, que por cierto eran muy pocos, tenía un viejo habito de mirar aquellas novelas románticas de otros países como las turcas o las coreanas que son las que me encantaban, como también leer mangas japoneses de comedia y romances, aunque estaban en ingles podía descifrar lo esencial de la historia. Vivía enamorada de aquellos personajes varoniles, misteriosos y guapos. Aunque nunca llegaba a culminar las series. Recuerdo la primera vez que me aventuré en esas cosas recomendada por una amiga, fue como descubrir un mundo diferente. Pero solo servía para soñar, eso lo tuve claro.
III
Pasó tres meses para alcanzar la confianza de mis compañeros, sabían que era muy buena en mi trabajo, eso me alegraba y cultivaba mi orgullo, muchos decían que era la más destacada de las nuevitas...
En una guardia nocturna escuche de mis compañeras que habían trasferido de otra ciudad a un médico joven especializado en cardiología, los médicos veteranos lo habían recomendado ya que nuestro servicio teníamos solo dos médicos especializados y hacía falta uno. No escuche claramente si se presentaba mañana o pasado mañana. Eso no me preocupaba, yo solo tenía que hacer mi trabajo.
El día siguiente temprano a las 7:30 am, después de dar el reporte de enfermería nos llamaron a una reunión, y presentí que hoy era el día de su presentación al servicio... y fue así. El mismo director del hospital estaba presente y a su lado derecho estaba él. Un muchacho de espalda recta, como si habría asistido a un colegio militar, alto y delgado con bata blanca, de ojos azules que resaltaba la blancura de sus ropas y combinada con aquel cabello castaño lacio, de tez blanca, hasta diría que tenía una cierta palidez facial. Intuía que teníamos casi la misma edad. Sin darme cuenta utilice la valoración y la observación como si fuera un paciente...
Se presentó:
-Soy el Dr. Ethan Wood, gusto en conocerlos, trabajare con ustedes.
Esa sola línea, me hizo notar que era frío, casi la temperatura del quirófano. Su mirada era muy cortante como si algo dentro de ti, se hubiera clavado. En ese momento supe que entablar una conversación cortes y amena sería difícil.
Luego de esto el director Bestway, señalo que debíamos saludarlo y darle la bienvenida. Como era de costumbre el doctor a cargo saludaba con un apretón de manos, y luego serían los internos de medicina que lo acompañaban. Por nuestra parte, solo la jefa de enfermería saludaba al nuevo integrante, pero en esta ocasión, salió unos minutos antes, porque teníamos que cambiarle el frasco de suero a un paciente, así que como era su brazo derecho, mis compañeras decidieron que seria que la saludara en representación de todas. Me dispuse a saludar.
-Buenos días, es un gusto conocerlo. Soy la Lic Annie Alcocer espero que... Me interrumpió
-¿La jefa de enfermería es la que acaba de salir de salir?- Me parece de muy mal gusto salir, cuando le presentan a una persona con quien trabajará de ahora en adelante.
Respondí, sin dudar:
-Pues, como verá estamos en un hospital en un servicio especial, el cual el paciente debe ser la prioridad.
No pensaba que yo le iba a responder tan rápidamente, solo asentó la cabeza como símbolo de afirmación, sonrió y dijo extendiendo la mano para responder mi saludo.
-Será un servicio interesante, al trabajar con todos... (Señal burlesca)
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Un amor del ayer
RomanceEs una pérdida de tiempo tratar de entender como funciona el amor, porque ai hay algo verdaderamente cierto en esta materia, es que el romance surge cuando uno menos se lo espera y casi siempre llega de la manera que jamás habíamos imaginado. Supong...