¡Feliz Cumpleaños Baekhyunee! ◆ChanBaek◆

♣Capítulo Único♣

El sonido del canto de los pájaros junto la calidez de los rayos de sol, indicaban el comienzo de la mañana y a su vez el inicio de un día sumamente especial.

Park Chanyeol un diseñador de interiores fanático de la elegancia y los pequeños detalles, se encontraba sumamente abrumado mientras caminaba de un lado a otro por todo el dormitorio que compartía con su tierno novio, Byun Baekhyun.

La razón de su inquietud era el cumpleaños de su pareja, pero no era cualquier cumpleaños, era el primero que festejarian a un año de haberse mudado a vivir juntos. Por esa razón Chanyeol quería que éste fuese especial e inolvidable, y costara lo que le costara lo lograría sin importar qué. Pero para hacer eso, primero tenía que decidirse que era lo quería obsequiarle y mucho más aún como sorprenderlo y que este nunca en su vida lo olvidara.
 
En su quinta caminata, Chanyeol sintió como la puerta de la habitación era abierta y por ésta entraba sonrientemente Baekhyun mientras cargaba entre sus brazos, un peluche de conejo gigante junto a una taza de un espumoso y caliente café . Al verlo con el peluche, solo pudo pensar que aquel objeto se lo había obsequiado su presumido mejor amigo, Junmyeon; la sonrisa de su pareja fue decayendo a medida que se iba acercando a él, quería sonreirle, saludarlo, besarlo y decirle cuánto lo amaba pero sabía que si hacía aquello no podría prepararle la sorpresa que se merecía por su día, porque sabía que si se lanzaba a estrecharlo en un cálido abrazo, Baekhyun nunca se despegaria de su lado siguiendolo a todos lados como si él fuese la miel y Baekhyun la abejita que quería devorarlo a cada micro segundo.

-Buenos días Channie...te ves preocupado ¿Sucede algo malo?-Finalmente la sonrisa de Baekhyun había desaparecido por completo al ver el ceño fruncido y los labios tensos de su novio y más aún cuando éste rechazó la taza con el café.

-No Baekhyun, está todo bien solo que tengo que entregar la nueva paleta de colores y los nuevos diseños que me pidió mi jefe hoy...por cierto volveré tarde así que no me esperes despierto.-A Chanyeol le dolía ver el puchero que se formaba en los rosados y suaves labios de Baekhyun, marcando asi la tristeza que comenzaba a invadirlo.

Chanyeol nunca lo llamaba Baekhyun, siempre era Baekhyunee a menos que estuviese enojado, frustrado o triste; por esa razón Byun no pudo evitar sentirse mal por eso, pero lo que más le dolía era que Chanyeol no lo había saludado por su cumpleaños, siempre lo hacía aunque estuviese enojado y le regalaba un dulce o una porción de su pastel preferido, naranja con chocolate. Pero ahora apenas si lo había mirado cuando entró al dormitorio, por esa razón caminó más cerca de su novio para así reducir la poca distancia que los separaba, dejó el peluche sobre el colchón y la taza sobre una mesita de noche, estiró sus brazos para tratar de posicionarlos alrededor de su cintura; Chanyeol esquivó el abrazo de Baekhyun y caminó hacia la cama y de la misma tomó un toalla y la ropa que usaría aquel día, para luego salir de la habitación y dirigirse hacia el baño.

Al sentir como la puerta se cerraba, Baekhyun sintió como sus ojos comenzaron a calentarse y su visión se volvía borrosa dando paso a unas tímidas lágrimas, se volvió hacia la cama y tomó el conejo para llevarlo a su pecho. Mientras estrechaba el peluche, un pensamiento cruzó por su cabeza, pensó que Chanyeol se había olvidado de su cumpleaños y que por eso no lo había saludado; más lágrimas salieron de sus ojos color chocolate las cuales aterrizaron en el blanco pelaje que recubria el relleno del objeto. Luego de unos segundos, Baekhyun cayó en cuenta de que Chanyeol ni siquiera había preguntado de adónde sacó aquel conejo. Quizás ya no le importaba tanto a su novio como el pensaba, quizás había sido un error el haberse mudado a vivir juntos.

El agua caliente caía por toda la extensión de la espalda de Chanyeol, a la misma vez que lo hacía por todo su cuerpo desnudo hasta finalmente escurrirse hacia el suelo de la bañera. Mientras se higiénizaba decidió su sorpresa y lo que necesitaba para realizarla, ni bien aquel pensamiento desocupó su mente, comenzó a repasaba una y otra vez el rostro triste de su pareja, odiaba verlo así y mucho más aún sabiendo que él era la causa de ese sentimiento. Sin embargo, estaba dispuesto a hacer todo lo necesario para lograr su objetivo aunque esto fuese lastimar a su sensible novio.