Capitulo 9

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Bruce, que hasta el momento no se había dado cuenta de lo que había pasado con Aixa, acercó a Aitana bajo su brazo al sector donde estaba Aixa.

Él abrazó a ambas, como si algo dentro de él le dijera que Aixa lo necesitaba más que Aitana pero que tampoco tenía que dejar a Aitana sola.

Aixa, con la ira saliendo por sus poros, se controlaba pensando que esto no volvería a pasar. Simplemente porque ella no permitiría que esa mujer volviera a abrazarlo.

Pasaron los días, y Aixa ya tenía la mayor parte de su plan para asesinar a Aitana, sólo le faltaba ultimar los detalles para el crimen.

Sin embargo, se dió cuenta de que no podría hacerlo cuando todos estuvieran despiertos, porque sería inculpada y llevada al Exterminio muy fácilmente. Así que tendría que esperar hasta bien entrada la noche, cuando todos ya estuvieran dormidos.

Sería aquella, la noche del 3 de mayo, la fecha en la que su amado por fin correspondería sus sentimientos. O eso es lo que ella pensaba.

Aún era de día, aproximadamente las 3PM, cuando las luces se apagaron otra vez y los infectados volvieron a ser inyectados. Esta vez no se escuchó sonido alguno. A Aixa recordar ese momento en el que su hermana hizo su último sonido aún le dolía y eso seguía recordándoselo.

Cuando las luces volvieron a encenderse, se vió unas fotos de los integrantes de "el experimento" pegadas en la pared rodeadas con una corona de flores. Aixa dirigió su mirada automaticamente a la foto de su hermana. Ésta tenía una cruz roja hecha con un marcador permanente.

Algunas lágrimas corrieron por las mejillas de la pelirosada que, sin saber muy bien por que, no podía detener.

Bruce la abrazó otra vez, otra vez la sensación de sentirse completa y volver a sentirse vacía. Aunque este abrazo duró más tiempo, cuando él moreno la soltó ella sintió una gran punzada en el pecho como si su mismo corazón hubiese sido arrancado de éste.

Estaba decidido, iba a matarla.

Pasaron las horas, 8.30 PM, y Aixa seguía controlando todos los movimientos de la morena que, sin saberlo, presentía que algo saldría mal hoy.


12.30.. La hora en la que Aixa planeaba matarla..

11.40.. La hora que era..

Aixa preparó una galleta que había en uno de los armarios y mezcló las sustancias de algunos alimentos para hacer un somnífero mortal y lo colocó por encima de la galleta

En menos de una hora, el único obstaculo que había entre Bruce y ella desaparecería de la faz de la tierra.

12.20.. Preparense para el impacto.

Aixa llamó muy bajito a Aitana, la cual despertó de sólo una vez.

Apartadas, Aixa fingió que le dolía los hombros y que necesitaba que Aitana en especial le hiciera masajes.

Aitana accedió, algo extrañada por la petición, y se colocó detrás de ella para hacerle masajes.

Aixa disfrutó de esos masajes, pero más disfrutó el saber que su víctima estaba colaborando con el crimen.

Cuando Aitana terminó, la pelirosada tomó dos galletas del aparador y le ofreció la envenenada a Aitana tomando ella la buena.

Aitana, en su ignorancia e inocencia, la aceptó con una sonrisa y comió de ella.

Aixa sonrió, su plan no podría ir mejor.. Para mañana, estaría muerta.

—Sabes? Me caes bien.. Y.. Lo siento por tu hermana.. Pero.. Estoy aquí para lo que necesites si? Sólo pídelo..—sonrió

—Muerete..—susurró muy bajo para que Aitana no la escuchara—

—Si, tienes razón, mejor ya me duermo.. Es tarde..—sonrió y volvió a dormirse

—Duermete Aitana.. No volverás.. Hasta mañana tu morirás...—canturreó Aixa mirando a Aitana dormida

Aitana se durmió.. Sin saber que no volvería a despertar..


O eso es lo que Aixa suponía..



La Llamada del SuicidioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora