Soulmates Never Die.

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Si algo tenía Sherlock, era un sueño bastante ligero —en aquellas noches en las que conseguía dormir—, tanto, que al sentir pequeños pasos cerca de su puerta abrió los ojos.

—Pasa, John —ordenó.

El aludido abrió la puerta y contempló al detective, soltando un suspiro con alivio. Sus ojos estaban algo cristalizados, como si estuviese a punto de llorar o como si ya hubiese pasado el llanto.

—¿Qué sucede? —preguntó el más alto.

—Tuve una pesadilla sobre la caída —explicó el doctor con la voz entrecortada—, y quise ver si estabas bien, eso es todo.

—Tranquilo, mírame, estoy bien. Sólo fue producto de tu mente.

—Lo sé, pero, ¡demonios! Todo era tan real.

El nudo en la garganta de Watson cada vez era más evidente; su voz no sonaba como de costumbre, y ahora un par de lágrimas se le habían escapado, trazando su camino desde el lagrimal hasta la mandíbula.

Al notar que su compañero no pudo contenerse más, el pelinegro saltó fuera de su cama y se apresuró a quedar frente al otro; lo tomó de una mejilla, obligándolo a que le mirara a los ojos. John no aguantó y se abalanzó sobre su compañero de piso, abrazándole y hundiendo su rostro en el pecho contrario; el llanto comenzó a brotar sin intenciones de parar pronto. Holmes le devolvió el abrazo con un poco de dubitación y paseó una de sus manos por la espalda del rubio.

—Vamos, sólo fue un sueño; sigo vivo, ¿lo ves? —decía el menor con tal de dar ánimos.

—¡Maldición, Sherlock! No sabes lo mucho que sufrí y aún tengo secuelas.

—Sé cómo te sientes por dentro, lo he sentido antes; pero no llores, por favor.

Y como si el de mayor estatura hubiese pedido lo opuesto, el rubio se echó a llorar aún más, si es que aquello era posible. Sus manos se aferraban a la playera de dormir del detective y su rostro seguía oculto en el pecho de este último.

—Vamos, John, no te lo tomes tan fuerte, no te lo tomes tan mal —repetía a medida que el llanto iba cesando.

—Pero...

—Shh... —le calló— todo está bien. Seca tus ojos.

—Lo siento —murmuró débilmente el mayor, limpiando sus lágrimas con las manos y apartándose un poco de Holmes, aunque con la mirada puesta en el suelo todavía.

—Sólo... no agaches tu cabeza con pena —pidió Sherlock, tomando del mentón al otro para que levantara la vista—, y por favor, no llores.

Ante esto, Watson asintió con la cabeza, terminó de limpiar las lágrimas que aún escurrían por sus mejillas y de una vez por todas se tranquilizó. El silencio se hizo presente por unos cuantos segundos.

—Sí, puedes quedarte aquí —expresó el pelinegro como si leyese la mente contraria.

John no respondió verbalmente, sino que se tumbó sobre la cama del rizado, quien imitó la acción de inmediato. Se acomodaron dándose la espalda mutuamente.

—Sherlock, prométeme que no volverás a hacer algo así —el rubio rompió con el silencio.

—Lo prometo.

—Promete que no volverás a dejarme así, promete que no morirás —pedía, o más bien, suplicaba el de menor estatura con desesperación.

—Las almas gemelas nunca mueren, John —pronunció con dulzura, se dio la vuelta y rodeó al médico con uno de sus brazos; este último aceptó el tacto sin chistar.

Ambos sonrieron para sí mismos, no volvieron a decirse nada puesto que todo había sido expresado con ese gesto. Fue así como permitieron que Morfeo les atrapara con esa tranquilidad de que todo estaba bien, pues era cierto, las almas gemelas están destinadas a permanecer juntas sin importar lo que pase; las almas gemelas nunca mueren.








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Buenas.

Gracias por leer, votar y/o comentar en este one-shot. Espero que haya sido de su agrado, o que por lo menos no les parezca cutre.

No incluí ningún beso, pero me parecía que así quedaba bien, pues con las palabras expresadas y los gestos adoptados por cada uno ya era tiernito ;u; (?

Cabe decirles que mi inspiración para escribir esto fueron dos canciones: Don't Cry de Guns N' Roses y Sleeping With Ghosts de Placebo. Se me hacen geniales las letras y tenía muchas ganas de escribir otra obra Johnlock; de ahí surge esto.

Gracias de nuevo y hasta la próxima.

Soulmates Never Die.   》Johnlock Donde viven las historias. Descúbrelo ahora