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Eran las 12 de la noche y Aoi nuevamente caminaba por las calles de Tokio, rumbo a un lugar conocido. Era un lugar oculto para la gente común y corriente, ya que este lugar estaba destinado a la liberación y relajación, a través del placer.

Llegó, toco una amplia puerta y escuchó a alguien preguntarle, "¿Cómo sabes del placer?", a lo que Aoi respondió "Porque lo conozco", enseguida vio como le abrían la puerta y un hombre muy apuesto vestido con un traje que dejaba ver su trabajado pecho le dijo:

- Buenas noches, señor Aoi, pase y en un momento estaremos con usted.

- Hola, ¿cómo estás, Saga? –saludó, apenas dejando ver una sonrisa cortés

-Muchas gracias, pero antes quería saber con quién puedo hablar acerca de algo que quiero intentar.

- Oh, claro, le diré a nuestro jefe Yoshiki para que venga a verlo y conversen acerca de eso.

- Gracias Saga, sabía que entenderías.

- De nada, Amo.

Aoi sabía que lo que tal vez le pediría al Señor Yoshiki sería algo que podría parecer demasiado descabellado, pero viendo la situación, empezaba a dudarlo

Era un lugar que adiestraba y usaba a hombres jóvenes de todo el mundo que no tenían familia y si la tenían, eran convencidos para dejarlo todo a cambio de una buena vida entregando placer a los desconocidos.

- ¿Y a qué debo semejante presencia aquí? –La voz de Yoshiki, áspera y amigable, hizo eco en sus pensamientos.

- Buenas noches, Yoshiki-san, solo quería saber y preguntarte algo- Aoi estaba hablando un poco nervioso, pero con firmeza a un hombre de cincuenta años, ataviado con un hermoso traje de color negro que resaltaba su delgada y atlética figura.

- A un cliente como tú de nivel oro solo se le permiten ciertos privilegios como el de estar en este lugar y conocerme, así que te escucho Aoi-kun -terminó Yoshiki y cruzó las piernas, sentado en el sillón.

- Verás, la mercancía que me han dado es buena, pero ya la he probado toda... y me gustaría saber si puedo obtener algo nuevo

- ¿Algo como un virgen?- Yoshiki quería saber si ese era el punto al que iba el pelinegro.

- Si hablamos en específico, ¡sí! Sabes que nunca he estado con uno y quiero experimentarlo-Aoi estaba pensando bien las palabras para poder explicarse.

- Bien, sí se podría, pero tendrías que ayudarme ya que es mercancía nueva, tú te harías cargo de entrenarlo y formarlo para que después lo incluyas al grupo de los demás esclavos; es una norma que se impuso en todas las sucursales del mundo.

- Entiendo pero... ¿cómo empezaríamos? -preguntó Aoi.

- Vamos, Aoi-kun, tú ya sabes eso, sino no me hubieras preguntado, además, sé sin que me lo digas que ya tienes fijada a esa persona sino, ¿por qué tantos esfuerzos por todo esto?-dijo Yoshiki inclinándose en su silla hacia adelante y juntando las manos

- Este... Bueno... Yo... Sí tienes razón, ya hay alguien en quien he estado pensando... solo que siento que será difícil traerlo... Él es... demasiado rebelde...-dijo el pelinegro.

- ¿Es más joven que tú?

- Sí, tiene 20 años -Aoi se estaba acordando de él.

- No le veo el problema.

- No es la edad, Yoshiki-san, sino su carácter es muy rebelde, es impaciente, es terco, en la escuela es de los más problematicos pero también tiene uno de los mejores promedios; siempre sale bien librado de los problemas, Además...

Romper y Gritar //OS AOIKIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora