The candles blew and then disappeared
The curtains flew then he appeared
Saying don't be afraidBlue Oyster Cult - (Don't Fear) The Reaper
I.
El recuerdo de su primer encuentro con Kotobuki Reiji era algo que le atormentaba cuando su mente recuperaba dicha memoria.
El idiota de Reiji lloró en cuanto las primeras palabras salieron de su robótica boca. Fue la primera vez que Ai experimentó la emoción conocida como pánico. Porque el humano estaba llorando, porque estaba llorando por su culpa. Había buscado con fingida calma el rostro de su creador esperando con la desesperación latiendo en su nuca que él hiciera algo para solucionar aquel desastre. Fue la primera y única vez que Ai vio llorar a Reiji.
Suponía que Aine fue la causa.
Aine siempre era la causa de que la gente se sintiera mal a su alrededor.
Había llegado a no saber que sentir por él. Por Aine.
A veces le odiaba, otras le amaba y la mayoría del tiempo le fascinaba su existencia. Aine era el motor que lo movía, él era su motriz, su núcleo. Su existencia estaba ligada a la de aquel humano. Quizá por eso su curiosidad era tan voraz, tan insaciable. Ai conocía las limitaciones de su vida. Si Aine moría o despertaba no pasaría mucho tiempo antes de que el mismo dejase de funcionar. Irónicamente aquella conexión, aquella mortalidad inminente era lo que más le acercaba a una humanidad que le era imposible alcanzar.
El laboratorio era siempre demasiado ruidoso para su gusto. Ai observó en silencio los cables que le mantenían conectado a las máquinas de su creador. Un análisis rutinario, un recordatorio constante de su condición inhumana. El robot conocía lo que significaba cada pitido que aquellos aparatos emitían. El mismo había ayudado a diseñar las maquinas más nuevas. Por eso supo que algo andaba mal incluso antes de que el hombre al que podía considerar como su padre se girase hacía el con el ceño fruncido detrás de sus gafas de culo de vaso.
—Algo va mal —le escuchó decir lo que él ya sabía—. ¿Notas algo raro?
—Nada fuera de lo normal —replicó el robot.
—Ai...
—Intentaste que fuera lo más parecido posible a un humano —cortó lo que suponía que iba a ser otro aburrido monologo sobre la importancia de que le dijera en todo momento lo que experimentaba—. Sabes de sobra que eso a veces entra en conflicto con mis procesos internos o con lo racional de mis conexiones neuronales.
—Pero nunca antes habías mostrado estas lecturas. ¿Estás estresado? Si necesitas un descanso... —no llegó a terminar la frase pero Ai intuía lo que quería expresar. Era capaz de hablar con Shining Saotome para conseguirle esas vacaciones. Una parte de él lo agradecía, la otra sentía emociones encontradas al respecto. Negó con la cabeza.
—No necesito un descanso, profesor. Seguramente es Aine. Porcentualmente hablando... la mayoría de las veces se trata de él.
—¿Sabes que podría significar?
—¿Qué está despertando quizá? —se quedó callado—. ¿Qué se está muriendo? Podría no significar nada.
—Sabes de sobra que esa variable es improbable.
—Pero no imposible —insistió. No quería pensar en lo que implicaban las dos posibilidades que había expresado en voz alta. La muerte de Aine o su despertar. Ambas llevaban al mismo destino. Su propia desaparición. No es como si el profesor no hubiera intentado que tras una desconexión imprevista Ai no pudiera continuar con su existencia como si nada pero los resultados que habían conseguido hasta el momento no habían sido especialmente esperanzadores.
YOU ARE READING
Fallen, broken, loveless
Romance"Pese a que estaba seguro de que ese día llegaría Ai no pudo más que intentar retrasar lo inevitable de la única forma que sabía. Engañándose así mismo y a los demás". ReiAi (one-side). Advertencias: Lo siento el alma por los kilos, kilos y kilos d...