Capitulo 4

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El profesor no llegó a dar clase.

Todos en el salón están junto a su grupo de amigos. Yo solo quiero quiero saber que piensa ella de la carta.

Empecé a observar todos en el salón. Todo mundo estaba conversando junto a sus amigos. Busqué a los míos y exactamente estaban juntos, pero no estaban Pato y Mary.

Extrañada empecé a buscarlos en todo el salón con la mirada hasta que logré dar con ellos. Estaban en un rincón del salón sentados. Pato tenia su brazo al rededor de Mary mientras ella tenía su cabeza recargada en el hombro de él.

Los observé un poco más pero solo estaban charlando.

Una chica se acercó a mi con una sonrisa en su cara.

—Hola, soy Sofía y soy la concejal del salón. Tenemos un grupo de whatsapp y como eres nueva, necesito que me pases tu número para poder agregarte.

—Claro.

Escribí mi número en una hoja de papel y se lo entregué.

—Gracias, más tarde te agrego porque mi celular ya no tiene carga.

—Está bien.

Busqué a Jane con la mirada y estaba junto a los dos chicos con los que estaba en el receso. Estaban riendo y dándose ligeros golpes.

Sabia que eran amigos pero estaba sintiéndome un poco incómoda.

Volvi a observar a todos en el salón. Solo una vista rápida, sin detenerme a observar con detalle, hasta que algo captó mi atención.

Los labios de Pato estaban besando suavemente los labios de Mary. Un beso rápido y ambos se sonrieron.

Yo la besé primero, ja.

Sonreí por lo que acababa de pensar y volví a observar a todos.

Al llegar a casa lo primero que hice fue ir a mi habitación. Dejé mi mochila a un lado de la cama y me acosté en la misma. Las notificaciones empezaron a llegar y revisé una por una.

En el grupo de confesiones habian hablado durante toda la noche ¿acaso no dormían? Solo deslice hasta el último mensaje y salí del chat. En eso llegó una notificación.

Te han agregado a un grupo.


Abrí el chat y vi que era el grupo de mi nuevo salón.

Entré a mis demás redes sociales. Me guardé una, dos, tres, veinte fotos de Shawn Mendes y le agradecí al universo por tan maravilloso hombre.

Un mensaje llegó y me sorprendí.

De Jane.

Entonces no eres chico, Alex.

Fue entonces que olvidé el detalle de que Jane pensaba que yo era un chico.

Para Jane.

Ajam.

Me sigues cayendo mal.

Ok.

Ignoré su chat por el resto del día y me puse a hacer tarea.

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Llegué temprano a clases. Solo yo estaba dentro del salón.

Unos pasos se escucharon y levanté la mirada. Jane me observaba de una manera en que si se pudiera matar con la mirada, yo estaría bajo tierra.

—¿Cuándo ibas a decirme que no eras un chico?— Preguntó.

Me encogi de hombros y la seguí observando.

—Les diré a todos los del grupo.

Me puse de pie y caminé hacia ella.

—¿Por qué harías eso?— cuestioné acercándome aún más a ella.

Ella retrocedió un poco pero su espalda topó con la pared.

Yo era un poco más bajita de ella pero en este momento me sentía como un cazador acechando a su presa.

—Porque estás mintiendonos.

—Ustedes se mintieron a ustedes mismas— dije bastante cerca de sus labios.

En un impulso nuestros labios tuvieron un leve roce hasta que...

—Holaaaaa– dijo Pato.

Rápidamente me alejé de Jane y le dediqué una sonrisa de boca cerrada a Pato.

Mire de reojo a Jane y estaba tan roja como un jitomate.

Maldeci en mis adentros porque no logré besarla.

Jane salio apurada del salón sin decir nada y Pato caminó tranquilamente como si no hubiera pasado nada.

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